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Educación

Guía para crear propósitos de año nuevo con sus hijos

El ejemplo genera en los niños acciones, por ello es bueno plantearse propósitos de familia que traigan bienestar a todos en casa.

El ejemplo genera en los niños acciones, por ello es bueno plantearse propósitos de familia que traigan bienestar a todos en casa.

Foto:123RF

Seguimiento, motivación y reconocimiento, claves para que los niños alcancen metas y sean felices.

En los primeros meses del año es costumbre crear una lista de propósitos para realizar durante los próximos meses, lo cual tiene un trasfondo psicológico importante, pues lleva a las personas a involucrarse en un ejercicio mental productivo y a trabajar por alcanzar dichas metas.
Además, el pensar en lograr objetivos es tan importante para el crecimiento personal como “materializar sueños”, explica Annie de Acevedo, educadora y psicóloga especializada en crianza y desarrollo. Por eso, transmitir esa costumbre de padres a hijos se convierte en una fórmula para modificar costumbres no tan buenas y formar hábitos positivos en los pequeños.
Sin embargo, lograrlo es una tarea muy difícil y los estudios así lo confirman. En EE.UU. se realizó una investigación en la que participaron más de 250 personas, a quienes se les hizo seguimiento por un año para verificar si lo que se propusieron iba camino al éxito.
Los resultados fueron contundentes: un 92 por ciento de los consultados no logró llevar a feliz término sus propósitos; un 25 por ciento los abandonó en la primera semana de enero; un 40 por ciento renunció a los seis meses, y el 77 por ciento desistió después de los seis meses. Al final, solo quedó un 8 por ciento de personas que trabajó sus objetivos durante todo el año.

El ejemplo genera buenas prácticas

Pero si para un adulto es difícil concretar esos fines, ¿qué tan posible es que un niño logre cambiar hábitos y crear otros nuevos? Los expertos consideran que se puede y, en especial, es una práctica positiva que ayuda a los menores a organizarse, adquirir responsabilidad y funciones ejecutivas.
“Lo primero es el ejemplo. Si un niño ve a mamá y papá sentarse a hablar de sus propósitos, que cada uno haga su lista, que se proyectan alcanzando metas, entonces los niños lo harán también”, indica Annie de Acevedo.
Por su parte, Beatriz Collantes, magíster en psicología con énfasis en educación y miembro del Ciepse EE. UU. (Centro de Investigación y Evaluación Psicológica Educativa), indica que los niños pueden ser muy efectivos alcanzando metas, aun más si “viven en un ambiente familiar enriquecido, es decir, donde se facilitan los aprendizajes; hay un contexto motivador que hace que el pequeño aprenda de forma natural y entienda que él puede cumplir logros, objetivos y hacerlos realidad”.
María Amelia Bueno, médica especialista en ayurveda y medicina tradicional china, explica que los niños tienen toda la capacidad de plantear sus propios propósitos, “aunque a veces requieren de ayuda para poder enfocarlos de manera más concreta y realista, con el fin de que sea más fácil hacerlos efectivos”.
La psicóloga clínica de la niñez y la adolescencia de la Universidad de La Sabana Bibiana Castillo dice que los padres deben enseñar a sus niños, desde pequeños, que esos propósitos de nuevo año han de estar encaminados a “alcanzar metas y sueños que los hagan felices, y que se sientan satisfechos de poder lograrlos”. Añade que esos propósitos pueden ser personales, académicos, familiares o de otro orden, pero siguiendo objetivos que los lleven a mejorar actitudes y desarrollos.
La doctora Collantes anota que los adultos pueden guiar a los pequeños en el diseño de sus propósitos, pero teniendo en cuenta lo que ellos propongan, ya que “un niño independiente, seguro de sí mismo, podrá manifestar su intención de llevar a cabo determinado propósito. Esto depende mucho de lo que observe en casa, de su autoestima en la toma de decisiones y de que no tema a expresar lo que piensa”.
Ella explica que este tipo de niños, autónomos y propositivos, incluso desde corta edad, se forman a partir del ejemplo. “Son hijos observadores de sus padres y de su contexto, que pueden elegir y plantearse metas. Son niños que aprenden a tener retos y cómo afrontarlos; por ejemplo, saben cómo solucionar problemas”.

Impulse metas simples pero objetivas

Los expertos sostienen que con los niños, y mucho más con los pequeños, se deben plantear logros simples, pocos y concretos. Especialmente, objetivos enfocados a mejorar conductas o hábitos que les ayuden a corregir aquello que pueden mejorar. Además, esas metas deben trabajarse en el menor tiempo posible para obtener resultados.
Al respecto, la doctora María Amelia Bueno explica que a partir de acordar con el niño el propósito por trabajar, hay que ayudarlo a plantear ese objetivo de manera concreta, en presente y en positivo. “Por ejemplo, si el niño dice: ‘yo quisiera ser menos desobediente para relacionarme mejor con mis papás y mis hermanos’, los padres podrían plantear una frase en positivo: ‘soy obediente para relacionarme bien con mi familia’ ”, explica. Hay que presentar el propósito como si ya se hubiera logrado. ¿Por qué la información debe ser concreta, en presente y en positivo? “Porque el subconsciente no entiende las negaciones”, dice Bueno. “Por ello, el transmitirle información positiva hace más factible que el mensaje quede almacenado en el presente, pues queremos que el propósito se logre ahora, no en el futuro”.

¿Cuándo evaluar resultados?

Con los niños, dice la doctora Acevedo, todo debe trabajarse a corto tiempo. Plantarse una evaluación a diciembre es mucho para un niño, indica la profesional, y por ello recomienda que, al mes de propuesto el objetivo, se haga un balance de cómo va la consecución de ese propósito. “La mente del niño es cortoplacista, no largoplacista. Él no es capaz de mantenerse en las tareas tanto tiempo porque todavía no cuenta con el desarrollo neuronal para hacerlo”, añade.
Por su parte, la experta Beatriz Collantes propone que si el niño no está logrando su meta se hable con él con el fin de que comprenda sobre el compromiso que adquirió y para seguir creándole inquietudes hacia el cumplimiento de sus propósitos, con lo cual “aprenderá sobre responsabilidad”.
Muchas veces, continúa, puede que no se logren los propósitos, pero el trabajo de plantearlos e intentar alcanzarlos ayudará a los niños a desarrollar habilidades como “la persistencia, la capacidad para alcanzar metas, responsabilidad, cumplimiento de objetivos, puntualidad, mejor manejo del tiempo, mayor seriedad y estructura en la forma de pensar, entre otras muchas habilidades”.
Para la psicóloga Bibiana Castillo, la evaluación de logros para realizar con los niños más pequeños debe ser permanente, “y puede hacerse a través de una cartelera, para que de forma visual ellos observen si están cumpliendo un paso a paso para alcanzar su propósito”.
Para finalizar, Annie de Acevedo indica que plantear propósitos con los niños los hace crecer y les ayuda a “organizar los sueños; es enseñar a ese cerebrito a organizarse y a lograr cosas”, por lo que estos primeros días del año son propicios para diseñar esas metas que harán que hijos y padres crezcan y fortalezcan relaciones.

‘Tips’ para alcanzar ‘sueños’

Los propósitos de año nuevo son una excelente forma de poner a la mente a trabajar en aquello que se quiere lograr en los próximos meses. Los niños son muy buenos en ello, pues su cerebro, en los primeros años de vida, cuenta con todo el potencial para activar en positivo las ideas. Los expertos le aconsejan cómo lograrlo:
- Lo primero que hay que tener claro es que los papás deben motivar los propósitos de sus hijos; generarles todo un clima de acción y darles valor porque van a alcanzar algo que se han propuesto. Solo así se logran cambios importantes de conducta.
- Elija con su hijo entre uno y tres o cuatro propósitos o logros de año. Procure que estos vayan ligados a deseos de mejorar hábitos o ajustar aquello que no está bien dentro de la conducta del pequeño, es decir, lo que hay que mejorar, pero también tenga en cuenta que sea algo que le genere satisfacción y felicidad.
- Cuando hay dos o más niños en casa, busque metas comunes de familia. Pueden ser sencillos propósitos, como no pelear con los hermanos, ajustar la hora de ir todos a dormir, o no discutir cuando se sale de paseo en el carro. Procure que este tipo de propósitos de familia sean objetivos simples que den bienestar a todos sus miembros.
- Considere que hay diferencias en planear propósitos con un pequeño de cuatro a seis años que con uno de diez en adelante. Este último tiene un pensamiento más abstracto, por lo que se puede pensar en propósitos a más largo plazo. Un pequeño, por otro lado, debe trabajar en cosas mediáticas y de corto tiempo para que se motive a iniciar nuevos logros.
- Finalmente, cuando el niño alcanza un logro nuevo que nunca había trabajado, merece ser reforzado con un ‘premio’ tangible pero que no se entienda como algo material y costoso. Puede tratarse simplemente, de un reconocimiento como una pegatina de carita feliz que, sumada a otras, pueden darle como premio una salida al parque temático, cine con los amiguitos en casa, entre otros.
ASTRID LÓPEZ ARIAS
www.abcdelbebe.com
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