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Ciencia

La primera granja automatizada del mundo ya es una realidad

Cosechadora automatizada trabajando en el campo de cebada sin necesidad de un humano.

Cosechadora automatizada trabajando en el campo de cebada sin necesidad de un humano.

Foto:Hands Free Hectare / Universidad de Harper Adams

En el Reino Unido se cultivó y recogió una cosecha de cebada sin la participación de seres humanos.

En el Reino Unido, la última cosecha de cebada ya ha sido segada y retirada de los campos, culminando un calendario agrícola cuyo ritmo se ha mantenido casi sin cambios durante milenios. Pero este año, una hectárea de este cereal ha sido recogida sin que los seres humanos pongan un solo pie sobre el terreno.
El proyecto Hands Free Hectare o HFHa –la granja ‘manos libres’–, dirigido por la Universidad Harper Adams (HAU) y la empresa de tecnología agrícola Precision Decisions (PD), consiguió por primera vez en el mundo sembrar, cuidar y cosechar un cultivo solo con vehículos robot.
Kit Franklin, jefe de proyecto de la HAU e ingeniero agrícola, dice que “con el tiempo esta tecnología se utilizará en todos los sistemas agrícolas a gran escala, aunque es probable que, al principio, solo se aplique en los cultivos como las verduras para las ensaladas, donde la precisión es clave para obtener altos rendimientos y precios competitivos”.
Uno de los granjeros robot de esta singular granja, localizada en la región de West Midlands, es el tractor Iseki, que se utilizó para el arado del terreno y la pulverización de fungicidas, herbicidas y nutrientes. Este prototipo es más pequeño y ligero que la mayoría de los tractores que se usan hoy, porque el equipo científico de este proyecto cree que el uso de máquinas agrícolas más pequeñas podría mejorar la salud del suelo (menos peso) y de las plantas.
Los investigadores también utilizaron en su proyecto una ‘combine’, una máquina agrícola que corta y trilla el grano, de 25 años de antigüedad, a la que incorporaron tecnología moderna para automatizarla.

Flotas autónomas

“Creemos que la mejor solución es que en el futuro los agricultores administren flotas de pequeños vehículos autónomos, que podrán trabajar en los campos haciendo distintas labores simultáneamente, permitiendo a los granjeros usar su tiempo de un modo más eficaz y económico en vez de tener que estar conduciendo por la granja un solo vehículo a la vez”, dice Jonathan Gill, investigador de la HAU.
“Estas pequeñas máquinas autónomas, a su vez, facilitarán la agricultura de precisión y alta resolución, donde podrán tratarse por separado diferentes áreas del campo, e incluso plantas individuales, optimizando y reduciendo los insumos que se utilizan en la agricultura”, señala Kit Franklin.
Y Martin Abell, investigador mecatrónico jefe en PD, añade, que en esta iniciativa se ha usado solo maquinaria que los agricultores pueden comprar actualmente y tecnología de código abierto (que se desarrolla de forma colaborativa).
Los investigadores del proyecto HFHa han obtenido una cosecha de 4,5 toneladas de cebada (la variedad denominada ‘spring barley’) y proyectan fabricar cerveza con su primera cosecha automática. Y en el 2018 probarán el experimento con otro cultivo, informó la Universidad Harper Adams.

Se mueven con GPS

El tractor Iseki y la ‘combine’ Sampo usan unos sistemas muy similares, que involucran una serie de pequeños motores y mecanismos controlados de forma inalámbrica y sobre la base de programas de trabajo computarizados.
El tractor Iseki aró, sembró y fumigó la tierra orientándose sobre el terreno mediante un sistema de piloto automático utilizado habitualmente en los drones, que le permite seguir un recorrido previamente determinado con la ayuda de un GPS (posicionamiento geográfico mediante satélites).
El trabajo autónomo del tractor fue posible gracias a la asistencia de unos puntos de referencia o balizas digitales con GPS colocados en los extremos del campo, y que envían señales a la máquina para ayudarle a ejecutar sus operaciones. Y lo mismo pasó con la ‘combine’ a la hora de cosechar.
Por razones de seguridad, las máquinas fueron equipadas con escáneres láser que las detienen cuando algo se interpone en su camino.
Aunque el funcionamiento de este sistema puede sonar muy técnico y complicado, para el agricultor será fácil de utilizar y simplemente tendrá que ingresar en su computadora la información sobre las tareas que necesita que ejecuten sus vehículos robóticos, y estos se pondrán en marcha y las harán, según HFHa.
Operación fácil, pero con niveles que prometen ser cada vez más sofisticados. Por ejemplo, cuando las semillas han sido sembradas, un dron sobrevuela el campo para obtener imágenes multiespectrales (en infrarrojo, ultravioleta, etc.), que proporcionan información sobre el estado del suelo y de las plantas.
Estas imágenes permiten detectar carencias nutricionales, falta de agua y posibles plagas y enfermedades. Y también, establecer si hay que tratar de forma diferenciada un sector del campo.
Los drones también se pueden programar para recoger muestras de granos, para así decidir cuándo es el momento de cosechar.
El sistema se completa con un puesto de control, dotado de una plataforma tecnológica para ver el campo en tiempo real y recibir información de los robots mientras trabajan.
“No se trata de dejar a las personas sin trabajo, sino de cambiar el trabajo que hacen. El conductor del tractor no manejará físicamente ese vehículo, sino que será un gerente de flota y analista agrícola quien operará una serie de robots y monitorizará mucho más meticulosamente el desarrollo de sus cultivos”, remata Franklin.

No se trata de dejar a las personas sin trabajo, sino de cambiar el trabajo que hacen

Lo que ya existe

Ya hay drones que permiten pulverizar herbicidas o nutrientes a un ritmo de 200.000 metros cuadrados por hora.
La firma alemana Bosch desarrolló un robot llamado Bonirob que permite deshierbar sin el uso de herbicidas y escanea el cultivo para alertar de falta de agua, plagas y otros problemas.
En la región vitivinícola de Borgoña, ante la escasez y costo de la mano de obra, se prueba un robot que poda las viñas: se llama Wall-Ye.
En Japón, una planta agrícola completamente automatizada promete producir 30.000 cabezas de lechuga al día.
La agricultura vertical en estanterías y espacios cerrados se ensaya en diversas partes con éxito. Tiene ahorros de agua del 90 por ciento y tecnología de iluminación led especialmente diseñada para agricultura.
DANIEL GALILEA
EFE Reportajes
En Twitter: @EFEnoticias
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