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Este sería el perfil del líder espiritual que necesitan los católicos

El cónclave para elegir Papa será en marzo. ¿Qué cualidades deberían arropar al nuevo jerarca?

Se necesita un papa que tenga la capacidad de intervenir con fortaleza y con decisión la curia vaticana, pero después de las denuncias realizadas por el pontífice saliente lo cierto es que son realmente pocos los cardenales que ostentan cargos en el gobierno de la Santa Sede que puedan cumplir con este requisito, ya que han sido y son parte del problema. (Lea también: La guerra detrás de la renuncia).
Entre los que se salvan hay dos fuera de serie: Gianfranco Ravasi (italiano), que ejerce como ministro de Cultura, y Peter Turkson (ghanés), actual ministro para los temas de Justicia y Paz.Ravasi tiene la edad indicada, 70 años, en tanto que Turkson, con sus 56, tendría que comprometerse con un pontificado demasiado largo, como el de Juan Pablo II, que fue elegido a los 58. (Lea también: 'Mi amigo el Papa': Darío Castrillón).
Fuera de la curia, sin embargo, la paleta de candidatos se amplía. Allí aparecen los cardenales Angelo Scola y Angelo Bagnasco. Ambos tienen la edad indicada para un papado de duración intermedia (72 y 70, respectivamente), pero cargan con características que difícilmente crearán consenso. (Lea también: Las revelaciones del 'vatileaks').
Si bien Scola es el cardenal de la mayor diócesis de la Iglesia -la de Milán-, representa la línea más conservadora en términos de la moral sexual, la postura frente al aborto y demás temas vinculados a la bioética, lo que lo convierte en el candidato de Benedicto XVI. Bagnasco, por su parte, representa a la derecha política, que es objeto de grandes prevenciones en la Italia de hoy. (Lea también: El papado no será lo mismo).
Elegir un papa que no sea europeo implica un cambio de mentalidad para el que los cardenales del Viejo Continente no están preparados. Pero si deben hacerlo, probablemente apoyarían al canadiense Marc Ouellet (69 años), presidente de la Congregación para los Obispos, organismo que realiza la selección de los nuevos obispos antes de la aprobación papal. En su contra se certifican el desconocimiento de la economía y la ingenuidad política de la que con frecuencia da testimonio. (Lea también: El hombre que empuñó la razón para defender la fe).
En la baraja está también el cardenal Timothy Dolan (62 años), de Nueva York, quien es inmensamente apreciado por sus pares, un hombre de una profunda formación y sabiduría, que sabe que juega en contra de la inveterada oposición de la Iglesia numéricamente mayor del mundo católico -la de América Latina- y de aquellos sectores de opinión que continúan atacando a la Iglesia de EE. UU. por la proliferación, en el pasado, de los casos de pedofilia y de los intentos de ocultación de los culpables. (Lea también: Balance de un corto papado).
Más improbable es la figura del cardenal de Honduras Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga (71 años), que en el anterior cónclave entró como uno de los candidatos pero a quien se considera vinculado a una línea no clara del populismo tradicional de Latinoamérica, que no genera confianza entre los europeos.
Autoridad y carisma
En síntesis, se busca un pastor, una persona de doctrina segura pero capaz de discutir abiertamente con la sociedad globalizada y de adaptarse a las nuevas tendencias culturales. Una persona con autoridad clara frente a la corrupción, en términos morales (pedofilia y otros casos) y económicos. (Lea también: 'No se inmiscuirá, pero tampoco va a sentarse a morir').
Se busca un papa abierto a la globalización, capaz de dialogar con las otras religiones y además una persona 'libre' en el pensar, sin compromisos previos y que sintonice con las muchedumbres por su cercanía. (Lea también: Secretos de un reinado de 2.000 años).
Es lógico que cada país quiera ver al cardenal propio al menos de candidato. Pero a medida que pasan por el filtro de '¿qué papa para qué Iglesia y para qué mundo'? -las preguntas que rondan las reuniones previas al cónclave-, los candidatos se reducen significativamente. Solo los nombres que pasan esta criba llegan a la votación. (Lea también: Benedicto, en 7 palabras)
Ya en la Capilla Sixtina, los aspirantes son sometidos a una última meditación, que se encarga a una persona de enorme fidelidad doctrinal, quien abandona el cónclave una vez terminada su intervención. A partir de ese momento, el jefe de protocolo dirá las famosas palabras extra omnes ('todos los demás fuera'), y lo que ocurra en adelante será secreto, ya que pesa la pena de excomunión sobre quien revele datos. Nadie puede tomar apuntes ni comunicarse con el exterior, y es por ello por lo que todo se quema. ( Vea el especial multimedia de la renuncia de Benedicto XVI)
Pero en todo este proceso, los aspirantes tendrán, sin duda alguna, que contar con el Espíritu Santo, quien es, doctrinalmente, el gran protagonista. Por esto, en Roma se dice que para ser papa se necesita que concurran en los candidatos dos propiedades: inteligencia y santidad. Quien no sale elegido es porque una de esas cualidades falló, y en los días posteriores al habemus papam la gente se divierte averiguando cuál de las dos fue. (Lea también: 'La Iglesia hallará su senda si se hace más humilde': Leonardo Boff)
El colombiano que hará parte del cónclave
El cónclave del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI tendrá una cuota colombiana: el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá.
Él, al igual que los 116 miembros del Colegio Cardenalicio, podrá participar como elector y como elegible.
Bogotano de 70 años, Salazar tiene un perfil que lo pone al mismo nivel que el resto de cardenales: habla cinco idiomas, es filósofo y estudió Teología y Biblia en Roma. Pero no lo favorece el poco tiempo que lleva como cardenal, pues fue nombrado en noviembre del año pasado, y apenas se abre camino en la curia romana. No obstante, hay que recordar que Juan Pablo II fue un 'palo' en el cónclave del que salió elegido, pues en esa época era muy poco conocido. Además, también se ha hablado de la posibilidad de que el nuevo pontífice podría ser latinoamericano, teniendo en cuenta la gran cantidad de fieles católicos que hay en la región.
Sin embargo, Salazar, también presidente de la Conferencia Episcopal, ve remota la posibilidad de ser papa. "Nunca ha habido un papa no europeo, y no creo que un colombiano vaya a serlo", ha dicho. También ha reconocido que, en su ministerio religioso, no se ha interesado nunca por internacionalizarse. "Siempre he sido muy parroquial".
Salazar, quien calificó la renuncia de Benedicto como un acto "valiente y admirable", viajará el próximo 24 de febrero a Roma.
'Un nuevo rumbo'
Salazar considera que el sucesor de Benedicto XVI debe seguir en la línea de promover el Evangelio de acuerdo con los cambios de la sociedad moderna.
Los que más suenan para suceder a Benedicto XVI
Angelo Scola
Arzobispo de Milán (Italia)
Es el candidato italiano que más suena. De 72 años, reconocido teólogo y favorable al diálogo entre las religiones. Medios locales hablan también del cardenal Gianfranco Ravasi, de 71 años, a cargo del Pontificio Consejo para la Cultura.
Marc Ouellet
Exarzobispo de Quebec (Canadá)
Es jefe de la Congregación de Obispos en el Vaticano y preside la Comisión Pontifical para América Latina, donde ha residido. El exarzobispo de Quebec, de 68 años, es conocido por su rigor al liderar una de las diócesis más laicas de su país.
Peter Turkson
Cardenal de Ghana (África)
Es jefe del 'ministerio' vaticano para la Justicia y Paz. Tiene 64 años, habla inglés, francés, alemán, hebreo e italiano, lengua nativa, y escribe en latín y griego. Suenan otros dos africanos: Francis Arinze (Nigeria) y Laurent Monsengwo (Congo).
Jorge Mario Bergoglio
Arzobispo de Buenos Aires
De origen italiano y de 77 años. Durante el primer cónclave, en el 2005, fue el más votado, detrás de Ratzinger. De la región también suenan el brasileño João Braz de Aviz, de 65 años, y el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, de 70.
Timothy Dolan
Arzobispo de Nueva York
Conocido por sus talentos mediáticos y su franqueza, este cardenal de 63 años es considerado un conservador modernista. Según los vaticanistas, su diócesis es una de las que mejor luchan contra la pedofilia y el laicismo en los países occidentales.
VERGINIO ROMANO
Para EL TIEMPO
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