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Colombia, el país con más uniones libres de América

Un informe mundial refleja el nuevo mapa de las familias en el país.

El matrimonio y el hogar conformado por papá, mamá e hijos son figuras cada vez más en desuso en el país. A la luz de los resultados del Mapa mundial de la familia 2013, realizado en 45 países y amparado en datos oficiales de los últimos años, queda en evidencia la realidad social de las familias colombianas.
En el documento, realizado por la organización global Trends Child, Colombia (con datos de Profamilia y el Dane en este caso) sobresale por ser el país con mayor porcentaje de cohabitación o uniones libres: el 39 por ciento de las parejas entre 18 y 49 años de edad vive de esa manera.
En el mundo, este tipo de uniones son altamente frecuentes en Europa y América Latina. Por ejemplo, cerca de la cuarta parte de suecos y franceses viven en uniones consensuales. En la región, después de Colombia, siguen Argentina (27 por ciento) y Brasil (26 por ciento).
Colombia también es el país donde la gente tiende menos a casarse. Entre los que tienen 18 y 49 años solo el 19 por ciento está casado. Ese porcentaje asciende al 43 por ciento en Canadá, al 58 por ciento en México y al 67 por ciento en Nigeria.
Álvaro Sierra, investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana –una de las entidades que patrocinaron el estudio-, afirma que lo más importante de este documento es que evidencia la informalidad de las uniones libres en el país como una grave problemática social que no se ha dimensionado.
"No se trata del matrimonio como un ritual por la Iglesia o mediante una notaría. El matrimonio garantiza derechos y deberes para los cónyuges y los hijos", dijo Sierra al considerar que la tendencia de vivir al margen de la institucionalidad está derivando en generaciones enteras de niños desprotegidos y mujeres abandonadas.
"Hay muchos casos de hombres que engendran hasta diez hijos, con varias mujeres con las que han tenido uniones informales, y el Estado no está en condiciones de exigirles que respondan", dice Sierra, quien considera que pese a que después de dos años de convivencia se genera una responsabilidad civil entre la pareja, en la práctica se cumple con muchas dificultades.
"Esas leyes son letra muerta, no tienen dientes. Basta con mirar cómo las Comisarías de Familia no dan abasto ante tantas demandas de alimentos", sigue Sierra al insistir que la problemática social causada por muchas uniones libres también implica subsidios y otras modalidades de asistencia que el Estado les debe brindar a muchas mujeres abandonadas y a sus hijos, y eso, añade, es un grave problema social y económico para el país.
Y en el caso en el que el padre responda económicamente, los vínculos afectivos entre padre e hijo, al igual que la figura paterna, van a ser inexistentes para esos niños.
Por su parte Adriana González, directora encargada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) considera que las uniones libres no representan un problema desde que obedezcan a una decisión madura y responsable, y siempre y cuando sean hogares protectores de sus hijos.
Matrimonios católicos a la baja
Monseñor Libardo Ramírez, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Conferencia Episcopal, no está de acuerdo con que, según el estudio, solo el 19 por ciento de parejas del país haya optado por el matrimonio. "Ese dato me parece muy bajo y extraño. Yo pensaría que en el país por lo menos el 30 por ciento de la población se ha casado por la Iglesia", comenta.
Sin cifras a la mano, Ramírez admite bajones en las solicitudes de matrimonios católicos que, según él, no representan una crisis. Este obispo considera que existe una campaña en contra de la institucionalidad de la familia tradicional, "que es de donde salen los buenos ciudadanos".
"Se está promoviendo un mundo donde reinan el libertinaje y los principios materialistas, y donde hasta las uniones homosexuales son vistas como algo normal", opina este obispo a la vez que destaca que aún existe un alto porcentaje de católicos colombianos que ve en el matrimonio, y en la procreación, su proyecto de vida.
Ramírez señala que los matrimonios civiles también se han visto afectados. Y tiene razón. Un informe presentado el jueves por la Superintendencia de Notariado y Registro estableció que durante los primeros cinco meses del 2013 se redujeron en un 6,5 por ciento las uniones civiles en comparación con el mismo periodo del 2012.
De acuerdo con Jorge Enrique Vélez, superintendente de Notariado, en lo corrido del 2013 se han formalizado 23.428 matrimonios civiles, 1.629 menos que en el mismo periodo del año anterior (25.057).
Pero los divorcios de las uniones civiles también van en aumento. Durante los primeros cinco meses del año en las notarías del país se han oficializado 6.752 de estos trámites. En el periodo comparado fueron 7.219.
Monseñor Libardo Ramírez afirma que, en el último año, ha recibido 850 solicitudes de nulidad de matrimonios en su despacho. Sin embargo, asegura que el 90 por ciento de esas parejas buscan una separación para casarse de nuevo.
Muchas formas de familia
Claudia Gómez, directora de investigaciones de Profamilia, coincide en que en Colombia se ha transformado el modelo de familia en las últimas décadas, como consecuencia de las nuevas realidades sociales de un mundo siempre cambiante. "No creemos que se haya destruido la familia, sino que se ha transformado", dice.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2010, hecha por dicha entidad, el 56 por ciento de niños viven con ambos padres, el 32 por ciento vive solo con la mamá, el tres por ciento con el papá y el 7 por ciento con ninguno de los dos. Y un 10 por ciento de hogares en el país son habitados por una sola persona.
Gómez hace referencia al estudio Fecundidad y familia en Colombia 2012-2013, hacia una segunda transición demográfica, que Profamilia presentará próximamente y en el que se indica que las uniones libres se triplicaron en el país entre 1964 y 2005, y el matrimonio se redujo a la tercera parte.
También estableció que entre los años 1990 y 2010 la proporción de mujeres divorciadas, entre 25 y 29 años, aumentó en un 65 por ciento; entre las de 30 y 44 años el incremento de divorcios fue del 46 por ciento.
El estudio también señala un importante aumento de mujeres solteras, mientras que disminuyen las mujeres casadas.
A eso se suman los cambios en la fecundidad. Mientras hace 20 años el promedio de hijos era de 7, en el 2010 era de 2,1, cifra que disminuye a 1,4 en ciudades como Bogotá, Cali o Medellín.
También se evidenció una ruptura entre sexualidad y matrimonio, y entre sexualidad y procreación. Es decir, no hay necesidad de estar casados para tener sexualidad ni para tener hijos. Es por eso que muchas mujeres, por ejemplo –explica la experta- ya no anhelen tener un esposo sino un hijo.
"Todas las formas de familia son válidas desde que sean un escenario de respeto y construcción de sujetos autónomos. Ya no podemos decir que solamente las familias biparentales son las ideales", reflexiona Gómez.
REDACCIÓN VIDA DE HOY
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