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'Reforma educativa sin consensos básicos no pasa': Cecilia María Vélez

ELTIEMPO habló con la ex ministra y ahora nueva rectora de la U. Jorge Tadeo Lozano.

ANDREA LINARES
Como nueva rectora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la ex ministra de educación Cecilia María Vélez White se puso como retos mejorar las competencias de los jóvenes que llegan a la educación superior, elevar su nivel de inglés, fomentar la investigación ligada a los problemas sociales y aplicar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación de forma compleja y sofisticada, con un impacto directo en cobertura y calidad. (Lea´más detalles sobre la reforma a la educación)
En entrevista con EL TIEMPO.COM la economista destaca, en relación con la reforma a la educación superior, que el sector no requiere grandes cambios sino ajustes y que sacar una nueva ley o una política sobre el tema requiere consensos básicos.
"No creo que con leyes, peloteras o reformas pasemos de un día para otro de una universidad mala a una buena. Creo en los procesos de mejoramiento continuo", puntualiza.
Ahora sentada en el otro lado, ¿Cuál será su posición frente a la discusión sobre la Ley 30?
En principio la discusión me encanta. Creo que en este sector no se trata de imponer posiciones sino de establecer consensos que permitan avanzar. Lo que ha pasado en el país me parece útil y van a salir cosas buenas, en la medida en que reflexionemos todos. Hay que poner a conversar a los distintos grupos, porque ninguno le puede imponer a otro su posición.
Vamos a entrar a la discusión con nuestros puntos de vista, abiertos a los puntos de vista de los otros, y tratando de aportar a un proceso que va a ser muy fructífero para el desarrollo de la educación superior del país.
A su juicio, ¿cuáles deben ser los ejes de la discusión?
Hay un punto crítico: cómo ampliamos la educación superior para más gente. Pasar de 400 mil a 600 mil estudiantes genera una presión enorme sobre las universidades. Cómo vamos a resolver esto, cómo lo vamos a financiar, debe ser uno de los ejes. Hay muchas maneras de abordar el problema. Todo el mundo va a tener que aportar en este tema. El otro eje debe ser cómo logramos calidad. Todos tenemos nuestras teorías y la discusión va a ser muy interesante.
¿Por qué ha sido fallido el proceso de reformar la Ley 30?
Hay una Ley que determinaba una forma de distribuir recursos para la universidad pública y propuse que la cambiáramos. A la academia le gusta discutir bastante y me pasé unos dos años discutiendo la posibilidad de cambiar e incrementar la plata para la universidad pública.
Cuando tuve el consenso con ella, fue muy tarde y el Congreso me dijo que no pasara esa reforma. Nos demoramos en ese intento por la discusión que tuvimos… no me arrepiento, porque una reforma sin consensos básicos no pasa, hay que buscarlos.
A uno le gustaría que la academia fuera más ágil en la discusión, pero es bastante lenta... Pienso que en su momento se hicieron muchas cosas legales; eran ajustes, no  grandes cambios institucionales; eso es lo que requiere el sector.
¿Cuál es la universidad que necesita Colombia?
Una muy flexible, receptiva a las necesidades de la sociedad y de los estudiantes. Una universidad con investigación, ligada a los problemas reales del país, con mucho contacto internacional, que siempre busque la excelencia, que esté elaborándose.
No creo que con leyes, peloteras o reformas pasemos de un día a otro de una universidad mala a una buena. Creo en los procesos de mejoramiento continuo y lo que pasó con reformas previas es que se nos dio una gran expansión de universidades, pero con detrimento en la calidad.
Lo mismo pasó en educación básica, se creció en cobertura pero no en calidad…
Allí tenemos un problema. Cuando se da una gran ampliación, la demanda de maestros es grande y, probablemente, no se pueda generar en ellos un nivel de calidad suficiente para ofrecer buena educación. Es claro, además, que al aumentar rápidamente la cobertura -que fue lo que pasó en estos países- se están integrando al sistema personas que vienen de condiciones muy precarias.
Si a una universidad de calidad la hacen sus estudiantes, hay que escoger a los mejores...
El sistema se tiene que ver integralmente: la mejor política de calidad de la básica es la buena educación inicial. Y si a la educación superior le llegan mejores estudiantes de la básica, va a haber mejor calidad. Pero ya aquí, como rectora de una universidad, debo partir de lo que tengo. Mi reto básico es poner un valor agregado muy grande a la formación de los que llegan. Así mejoran las cosas.
¿Cómo puede la academia mejorar la calidad de la educación básica?
La academia tiene gran responsabilidad, porque es la educación superior la que está formando a los docentes de la básica. La Tadeo, que no tiene licenciaturas, puede hacer investigación y devolver sus resultados sobre educación a la básica; eso va a ser útil para que mejoren.
Pero las facultades de educación también tienen un reto grande...
Hay que generar centros de apoyo a la labor de los maestros y ayudarles a que cambien su esquema pedagógico, darles luces sobre cómo pueden innovar, cómo pueden evaluar resultados y utilizarlos en el mejoramiento de su práctica docente.
El Gobierno ha dicho que se necesitan más técnicos y tecnólogos, ¿qué opina?
El crecimiento del país nos está generando mucha demanda de profesionales pero, masivamente, tal vez la demanda del mercado venga más hacia técnicos y tecnólogos. Es un reto que tenemos, y en la medida en que las universidades buenas hagan esas ofertas, eso va a resultar benéfico para el país.
Y para el mejorar el nivel de inglés, ¿qué hay que hacer?
Estudiar, estudiar, estudiar… Hay que poner estándares altos. Lo que habíamos pensado desde el Ministerio es que los estudiantes salieran con nivel B1 del bachillerato y que la universidad pudiera subirlos a B2. Esa es una meta a largo plazo, pero las universidades los están poniendo en B1 y eso no les alcanza para irse al exterior. Vamos a tener que aumentar los estándares e intensificar el inglés.
Por último, ¿cómo resolver el tema de más recursos para las universidades públicas?
Hay que darles más plata, pero ligada a resultados. Que se entreguen recursos por indicadores.
Desarrollo de competencias, el mayor reto frente a la Tadeo
Cecilia María Vélez reconoce que los estudiantes llegan a las universidades con grandes déficits, "ese es el material que tenemos para trabajar y debemos hacer un gran esfuerzo por nivelar y elevar esas capacidades en los jóvenes".
Como rectora de la Tadeo Lozano se plantea seis retos, que apuntan al mejoramiento de la calidad: ampliación de la cobertura con programas de calidad y pertinentes; mejoramiento de las competencias de los jóvenes; acercar la universidad a la sociedad para determinar qué programas requiere el mercado laboral (propone que todos los jóvenes pasen por prácticas de trabajo social).
Otros retos apuntan a enfrentar la internacionalización, a través de investigación conjunta con universidades de afuera e intercambio de estudiantes y profesores; fortalecer la investigación, como eje de la transformación de los métodos pedagógicos; desarrollar el uso de las tecnologías de forma más compleja y sofisticada, y lograr la acreditación institucional de la Tadeo.
"Necesitamos -dice la rectora- estudiantes lectores, apasionados por la lectura, y esa no es una cualidad que tengan muchos. Que se expresen bien, que puedan discutir, argumentar, escribir. Esta competencia viene con falencias de la educación básica".
Resalta que otra competencia importante es la del pensamiento abstracto, que se liga con las matemáticas, la menos desarrollada en el país. "Desarrollar esta competencia es una cualidad que debe tener cualquier profesional. Hay que trabajar, también, en el desarrollo de pensamiento científico de los jóvenes: despertar su curiosidad, capacidad de hacer preguntas, formular hipótesis y esa pasión por buscar respuestas a los problemas. Igualmente, mejorar las competencias ciudadanas", afirma.
ANDREA LINARES
REDACTORA DE VIDA DE HOY
ANDREA LINARES
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