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Salman Khan, el profesor de los 10 millones de alumnos

Es el gestor de Academia Khan, que ofrece clases gratuitas a estudiantes en cinco continentes.

Decir que Salman Khan es el profesor con más alumnos en todo el mundo quizás suene a exageración, pero los 10 millones de estudiantes que ven sus más de 4.600 videos montados en internet cada mes lo confirman.
Todo empezó en el 2004 con una clase de matemáticas a distancia para su prima Nadia, de 13 años, quien se encontraba en el estado de Nueva Orleans, de donde es oriundo Khan, quien para entonces se encontraba trabajando en Boston.
Ella tenía problemas con esta asignatura y Khan, graduado de Matemáticas, Ingeniería Eléctrica y Ciencias Computacionales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), decidió ayudarla a través de internet. Tan buenos fueron los resultados que ella obtuvo en el colegio que rápidamente se regó el rumor de que el responsable del éxito estaba a cientos de kilómetros de distancia.
Para el 2006, Khan empezó a montar sus clases de matemáticas en una plataforma en línea que más adelante se convertiría en la Academia Khan, uno de los proyectos educativos más innovadores de la actualidad, financiado por compañías como Google y personajes como los multimillonarios Carlos Slim y Bill Gates.
Este apoyo ha servido para que la Academia Khan haya crecido hasta expandir sus clases a otras materias, las cuales no solo son dictadas a través de videos sino de ejercicios interactivos que son evaluados automáticamente; todo esto de manera gratuita. Además, se planea traducir las clases a todos los idiomas en los próximos años.
Khan habló con EL TIEMPO sobre su trabajo altruista y acerca de su visión de la educación en el mundo contemporáneo.
¿Cuál ha sido la clave del éxito de la Academia?
Al principio creo que hubo una gran conexión con los estudiantes, puesto que mucho del material educativo que había era muy refinado y elegante, pero al final no se enfocaba en el aprendizaje conceptual y, en ocasiones, menospreciaba las capacidades intelectuales de ellos. Con nosotros, la gente apreció que al otro lado de la pantalla pudieran ver a alguien que genuinamente estaba interesado en que entendieran los temas desde la base y no a partir de la memoria. También creo que se ha valorado que este sea un lugar seguro en el que los estudiantes no se van a sentir avergonzados frente a otros, y que además no es comercial, pues en él no hay publicidad o ventas de algún producto.
¿Cuál ha sido la parte más compleja durante el desarrollo de la academia?
Creo que mantenernos enfocados en lo que realmente importa y en los que nos ha llevado hasta acá. Me siento afortunado de que esto empezó por mis primos, lo que hace de esta una causa muy pura. En aquel momento yo no pensaba en lo que otros opinaran acerca del proyecto o si personas como Bill Gates lo usarían. A medida de que la academia crece, el reto de hacerla cada vez más pertinente y más accesible a los estudiantes también aumenta.
Recientemente, usted escribió un libro sobre la necesidad de ‘reimaginar’ la educación, ¿Qué quiere decir con esto?
Creo que en este momento la discusión está girando en torno al asunto equivocado, pues gran parte de esta parece tratarse únicamente de qué país es mejor que otro en materia educativa o qué grupo es mejor que otro, y, aunque creo que esto vale la pena hacerlo y es interesante pensar en las razones por las cuáles hay diferencias en los resultados de los exámenes, considero que debemos preguntarnos, más bien, sobre si estamos preparando a nuestros estudiantes para que sean capaces de vivir su vida a medida que crecen.
¿Por qué no hay que enfocarse solo en los resultados de los exámenes?
Pienso que una consecuencia de esto es que se suprimen los instintos creativos de los estudiantes, que, desde mi punto de vista es uno de los aspectos más importantes de su formación. Con esto no quiero decir que los resultados de los exámenes no sean importantes, pero pienso que debemos hacerlos de tal manera que incentiven la creatividad natural de los alumnos.
¿Cuál es la mayor retribución de este servicio que usted presta de manera gratuita?
Son las cartas que recibimos de estudiantes, padres de familia y profesores de todo el mundo, contándonos cómo esto les ha ayudado a pasar una clase, obtener buenas notas, y, en ocasiones, agradeciéndonos por ayudarles a entrar a una carrera universitaria o a aumentar su autoestima y darse cuenta de que no eran tontos. Lo que yo le digo al equipo de la academia es que una sola de esas historias hace valer nuestro trabajo.
¿Qué significó para usted el apoyo recibido de parte de Bill Gates?
Es lo que cualquiera que estuviera trabajando en un proyecto similar habría soñado y ayudó a que otros reconocieran que esto vale la pena hacerlo. Fue como un sueño convertido en realidad, y no solo por el hecho de que nos reconociera y manifestara públicamente que sus hijos y él mismo utilizan nuestros recursos, sino también porque antes de empezar a financiarnos, nos motivó saber que alguien tan exitoso e inteligente y con tanta experiencia en asuntos tecnológicos, pusiera sus ojos en este proyecto y decidiera apoyarlo, como ahora lo hace.
Usted, como ingeniero, ¿cómo relaciona la tecnología con la educación?
En educación, como en muchos otros aspectos, la gente ve a la tecnología como una meta y pienso que este ha sido un error o una trampa. Lo que yo siempre he dicho es que la tecnología no debe ser vista como un fin sino como un medio para alcanzar los objetivos, que deben crear una experiencia educativa que se encuentre con los estudiantes donde ellos están, y que permita identificar dónde están sus debilidades y fortalezas. Esta experiencia debe motivar a los estudiantes y hacer que evolucionen.
Repensando la educación
¿Cómo se imagina la educación del futuro?
Espero que los colegios no sean lugares donde los estudiantes solo van a pasar el tiempo mientras esperan el timbre de salida, sino que sean espacios en los que se sientan comprometidos y en los que quieran trabajar con sus compañeros.
Lo han bautizado ‘ el mejor profesor del mundo’…
Creo que es algo extremo de decir, pues yo solo me topé con una fórmula efectiva. Ser profesor es más que crear buenas explicaciones; se trata de motivar a los estudiantes, crear una cultura en los colegios y yo no hago nada de eso.
NICOLÁS BUSTAMANTE
Redacción Vida de Hoy
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