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Lo bueno y lo malo de los videojuegos

El juego controlado causa efectos positivos en las capacidades intelectuales de los más pequeños.

TECNÓSFERA
Cada año se lanzan al mercado cientos de nuevos diseños, dispositivos y retos más difíciles de superar. Mientras ya hay quienes las consideran un arte, otros señalan que el número de adictos a estas tecnologías no deja de crecer. No pocos dicen que vivimos apenas el comienzo de un verdadero ‘siglo de los videojuegos’.
Pero ¿se han preguntado qué efectos positivos o negativos tienen los videojuegos en el cerebro o qué pueden provocar en los procesos de aprendizaje o socialización? ¿Serán tan malos o tendrán algún beneficio?
Uno de los recursos con los que cuentan los padres para la formación y el entretenimiento de sus hijos es internet, que en el caso particular de Colombia pasó de tener 8,8 millones de conexiones en el 2008 a casi 14 millones en el 2016, según cifras de Red Papaz.
Este hecho contribuye a que brechas sociales y económicas se reduzcan, al tiempo que amplía la interacción de los más pequeños en la red. El efecto de los dinámicos videojuegos sobre los niños siempre tendrá a los académicos y especialistas en cada orilla.
Múltiples estudios vinculan los videojuegos con comportamientos difíciles y violentos, mientras que otros lo desmienten y afirman que el juego controlado causa efectos positivos en las capacidades intelectuales de los más pequeños. Veamos a héroes y villanos.
Los efectos positivos en los jugadores
Existen estudios de universidades y organismos de prestigio mundial que demuestran cómo los beneficios de esta actividad superan de lejos a la percepción negativa que se tiene sobre la práctica de los videojuegos. Por supuesto, sin dejar a un lado que se debe ejercer con moderación.
La psicóloga Gladys Sánchez, especialista en docencia universitaria y con más de 20 años de experiencia en trabajo con menores, señala que los niños son sujetos de educación apasionados por aprender, explorar y conocer todo lo que el mundo les ofrece, y en este sentido es responsabilidad de los padres que esa fascinación se extienda con el tiempo. Eso ayudará para la toma de decisiones, pues en el videojuego el niño debe elegir entre varias opciones.
¿Qué beneficios básicos tienen en común la mayoría de los videojuegos? Pues, entre muchos, ayudan a resolver problemas, mediante soluciones y acertijos, con lo que se favorece el desarrollo de la lógica del pequeño. De esta manera, el cerebro se ejercita procesando grandes cantidades de información.
Un uso adecuado de esa práctica, teniendo en cuenta su complejidad, también ayuda a mejorar las habilidades de táctica y estrategia, ya que por lo general el objetivo es uno solo y el jugador se debe enfocar y esforzar en lograr sortear las diferentes situaciones, en las cuales se mezclan tanto fortalezas como debilidades. Después de muchas caídas, el jugador se levanta y sale adelante en su propósito, y esa es una enseñanza que le queda al batallador del videojuego.
Mejora el trabajo en equipo
La práctica del videojuego también favorece, según los expertos, el contacto social y el trabajo en equipo, ya que puede propiciar la interacción entre amigos, como sucede en los deportes de conjunto como el fútbol, el baloncesto o el béisbol.
Como si fuera poco, se consigue la perseverancia. El logro que alcanza el niño cuando supera un nivel le da mayor confianza.
Otro de los puntos claves es que contribuye a mejorar la coordinación visual y manual, en un trabajo en el que el cerebro se constituye en un motor puesto a la máxima revolución.
Los videojuegos estimulan la memoria y capacidad para retener conceptos numéricos e identificar colores.
Además se crea una mayor tolerancia frente al fracaso, pues el jugador perderá muchas veces, pero pondrá empeño en intentarlo de nuevo para, finalmente, salir airoso en los objetivos planteados.
Oriente a sus niños si van a jugar videojuegos
La mayoría de estudios enfocados en los efectos negativos de los videojuegos en los niños se han concentrado en evaluar el impacto de títulos violentos. La investigación “Videojuegos violentos y expectativas hostiles: una prueba general al modelo de agresión”, publicada por Brad Bushman y Craig Anderson, de la Universidad de Iowa, fue una de las primeras aproximaciones académicas en avivar la polémica.
Según el estudio, los niños que juegan títulos violentos son más propensos a desarrollar pensamientos y comportamientos agresivos. Además, son menos propensos a ayudar a otros individuos de su círculo cercano. El planteamiento ha sido corroborado por otras autoridades científicas.
De acuerdo con el doctor Dmitri Christakis, del Instituto de Investigación para Niños de Seattle, cualquier sujeto sometido a contenidos de violencia simulada, por un largo periodo de tiempo, como son los videojuegos, puede volverse inmune al dolor y puede desarrollar una inclinación a resolver conflictos por medio de la violencia. Así mismo, se reduciría su capacidad de empatía.
Según la Academia Americana de Psiquiatría en Niños y Adolescentes, el uso excesivo de videojuegos puede incidir en que el joven se aísle socialmente, desarrolle pobres habilidades para interactuar con otros individuos, lea menos, haga menos ejercicio y reduzca sus horas de sueño.
En aras de reducir el impacto negativo de los videojuegos, la psicóloga Gladys Sánchez brinda varias recomendaciones:
“La tecnología está en la vida de nuestros niños, queramos o no queramos, y nosotros no podemos sustraerlos de eso. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de que esté presente tampoco puede convertirse en lo único”, afirma.
“La edad mínima para que un niño tenga acceso por primera vez a una consola de videojuegos es a los 7 años, ya que cuenta con una madurez cognitiva que no altera otro tipo de proceso. La compañía de los padres es fundamental”, remarca.
Según la experta, una hora al día es el tiempo máximo que un niño debería jugar en una consola. Es recomendable que los padres también compartan este espacio con los niños.
Por último, la psicóloga convida a escuchar a los niños. “Si los pequeños demuestran interés por los videojuegos, es relevante apoyarlos y guiarlos para que esto se convierta en algo complementario para su vida, no lo primordial”. concluye.
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