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Lo bueno y lo malo de una internet demasiado segura

Anuncio de encriptar la información generó alarma entre autoridades de EE. UU.

REDACCIÓN TECNÓSFERA
No deja de haber una cierta ironía. Luego de cuestionar por años la despreocupación de WhatsApp con sus mensajes, de señalar los agujeros en los protocolos de seguridad de Google o, más recientemente, de crucificar a Apple por la filtración de fotos desde su servicio de almacenamiento en la nube, el anuncio de que estas y otras empresas darán pasos concretos para encriptar la información que manejan fue recibido por autoridades de Estados Unidos con críticas y un poco de alarma.
En realidad, con algo más que ‘un poco’ de alarma. El Departamento de Justicia expresó, en términos bastante inequívocos, que la decisión de proteger los datos, en particular de teléfonos móviles, llevará de manera inexorable a “una tragedia”.
El más reciente modelo de Apple, el iPhone 6, cuenta con encriptación de fábrica para que nadie, excepto las personas que intervienen en una conversación, pueda leer los datos relacionados con mensajes, contactos y correos, o tenga acceso a fotos y videos.
Agencias de seguridad como el FBI argumentan que la información almacenada en los teléfonos puede ser crucial a la hora de resolver casos de extorsión, secuestro u homicidio. Por eso, el organismo no ha ahorrado esfuerzo alguno para condenar los planes de las empresas.
“La encriptación no es simplemente una característica de un teléfono; es una promesa de venta. Es el equivalente de una puerta que no se pueda abrir, de una cerradura que no se pueda violar. Yo pregunto: ¿a qué costo?”, sostuvo James Comey, director del FBI.
El funcionario no se limitó a exponer su preocupación, sino que urgió al Congreso estadounidense a “arreglar” esa situación.
La ‘puerta trasera’
Escondido en el lenguaje, Comey utilizó un concepto que les pone los pelos de punta a los desarrolladores de nuevos protocolos de seguridad: la idea de que, por mandato legal, las firmas tecnológicas se vean obligadas a crear una “puerta trasera” que le permita al FBI, a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) o al Departamento de Seguridad Doméstica ‘saltarse’ los filtros de encriptación y ver, leer o escuchar lo que deseen.
Un opositor de semejante noción ha sido Tim Cook, el CEO de Apple, quien declaró en un tono que no deja lugar a dudas: “Si las autoridades necesitan algo, que vayan a donde el usuario y lo pidan. Hacer eso por ellos no me corresponde”.
Expertos de la industria ven en el surgimiento de mejores estándares de privacidad una respuesta explicable a las filtraciones del excontratista de la NSA Edward Snowden, que en el 2013 dibujaron un hasta entonces inimaginable poder de interceptación y monitoreo de correos, mensajes y llamadas. Según sus revelaciones, los principales operadores de telefonía en EE. UU. colaboraron con las autoridades de manera secreta y les dieron acceso a la totalidad de sus registros.
Bajo el nombre de PRISM, la NSA dispuso un canal privilegiado que le daba acceso a los servidores de Apple, Google, Facebook y Microsoft.
Firmas como Google respondieron usando nuevos sistemas de encriptación. Para Comey, “el péndulo ha llegado demasiado lejos”. Y eso sin hablar de terrorismo. Cuando WhatsApp (propiedad de Facebook) anunció que comenzará a encriptar los mensajes de sus 600 millones de usuarios, hizo frente al cuestionamiento de quienes denunciaron que su falta de preocupación por la privacidad de quienes usan su app “es la clase de cosas que adoran en la NSA”.
Pero, para la agencia, el que el servicio de mensajería más popular del mundo lance un tipo de encriptación que le hace imposible revelar el contenido de un mensaje, incluso si lo ordena una corte, no es menos que “una medida inexplicable, que busca darles a las personas medios para mantenerse por fuera del alcance de la ley”.
No quieren dar su brazo a torcer
Por ahora, las grandes empresas de internet no han dado señales de contemplar un cambio de curso en la decisión de encriptar los datos. Dicen que no pueden mantener la confianza de sus clientes si cualquier agencia intercepta la información. Apple dispuso el considerable músculo de su equipo legal para explicar, por ahora en reuniones informales, su punto de vista. Su abogado dio a entender que no solo no creen en el principio de la ‘puerta trasera’, sino que no creen que sea posible desde el punto de vista técnico. En una reunión referida por ‘The Wall Street Journal’ se lo cita diciendo: “No podemos crear una llave que solo los buenos puedan emplear”.
REDACCIÓN TECNÓSFERA
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