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Sin acuerdos, Farc dan parte positivo en diálogos de paz

Gobierno y guerrilla cumplieron 6 meses de negociación y aún el tema de tierras sigue en discusión.

Como de incertidumbre mutua podría definirse el estado entre el Gobierno y las Farc el domingo, cuando se cumplieron seis meses de negociaciones y el país esperaba anuncios de un acuerdo sobre tierras.
Ninguna de las partes sabía hasta cuándo la otra estaba dispuesta a transar en los 13 temas pendientes que tenían atascado el primer punto de la agenda. Por eso, ninguna se atrevía a ponerle fecha al acuerdo.
Si bien el grueso está pactado, los pendientes, en temas como explotación minera, inversión extranjera y el autoabastecimiento alimentario, seguían en forcejeo. (Lea también: La 'lista de mercado' de las Farc).
De hecho, las Farc entraron al Palacio de Exposiciones de La Habana apostando por una “lista de mercado” que en algunos puntos al Estado, desde su perspectiva, le resultaría costosa. La llamaron irónicamente así para responder a una comparación que el presidente Juan Manuel Santos hizo sobre la magnitud de sus peticiones.
En ella las Farc insistieron en acabar la “concentración de la tierra en pocas manos”, en la formalización “de 9,5 millones de hectáreas” de campesinos “organizados en zonas de reserva campesina”, en la minería “sin impactos negativos en la producción de alimentos y el medio ambiente” y en un salario mínimo y seguridad social completa para los trabajadores del campo.
Nada excepcional a simple vista, pero la “lista” tocó temas que se consideraban superados, como el de las zonas de reserva campesina, sobre las cuales está definido, como lo reveló EL TIEMPO en su edición de ayer, que se crearán cuando se justifiquen para la seguridad de los campesinos y para proteger su propiedad. La lista también incluyó temas que el Gobierno considera innegociables, como el autoabastecimiento alimentario. En plata blanca esto significa que el país no podría hacer tratados de libre comercio.
Una fuente que está dentro de la negociación dice “las Farc van y vuelven” en los temas de la agenda, y están como “los sindicatos, que, cuando ya se ha pasado por la prima vacacional y la licencia de maternidad, vuelven a preguntar por el incremento de los salarios”.
Pero para la guerrilla, su lista, aunque “molesta al Gobierno”, “no sugiere una revolución por decreto”, sino “reivindicar los intereses” de los más pobres.
Cada parte, en todo caso, seguía destacando las aproximaciones que han logrado y la posibilidad de encontrar fórmulas intermedias en lo que resta sobre el campo. “En esas fórmulas está el truco”, le dijo a este diario el jefe guerrillero ‘Andrés París’.
Tiempos aún difíciles
Mientras este era el ambiente entre los delegados del Gobierno y las Farc en el tema agrario, siguen sin acompasar los ritmos de la negociación.
Para el Gobierno es claro que terminar este ciclo de conversaciones, el noveno, sin cerrar un acuerdo sobre tierras sería “grave” de cara a la opinión pública y al apoyo que se requiere de ella para continuar con el proceso de paz. Pero ayer mismo ‘Iván Márquez’ se quejó de que a las Farc les pidan la velocidad “del Giro de Italia”. “Estamos satisfechos, no entiendo por qué dicen que el ritmo es lento (...). Es un contrasentido que un conflicto de 50 años se resuelva en meses”, dijo.
Es más, la guerrilla sumó a favor de su ritmo el anuncio del presidente Santos de poner a trabajar un equipo para la reelección de su obra de gobierno, encabezada por la búsqueda de La Paz.
‘Márquez’, quien respondió sin afanes varias preguntas, fue explícito. Dijo que la “lectura” del grupo guerrillero es que “la decisión del Presidente de ir por la reelección libera el proceso de la presión de los tiempos”.
Pero ya cubanos del común, sin ansiedades como las de los colombianos frente al proceso de paz, comienzan a sentir que “hace tiempo largo” el Gobierno y las Farc están negociando. Saben del proceso de paz por lo que ven en los noticieros de la isla y Telesur , y al decir de un taxista, ven que seis meses después “no pasa nada”. Y qué pase durante esta semana, seguía siendo incierto.
MARISOL GÓMEZ GIRALDO
Editora de EL TIEMPO
En Twitter: @margogir
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