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'Estoy convencido de que el plebiscito pasará el umbral'

El presidente Santos dice que no tiene plan B porque no cree que el sí pierda.

YAMID AMAT
El plebiscito en el que se someterá a consideración del pueblo colombiano si acepta o no los acuerdos de paz que se firmen con las Farc “será la decisión de voto más importante que cualquier colombiano haya tomado en toda su vida”.
La definición es del presidente Santos, que resume con ella la histórica trascendencia de la consulta. El texto exacto de la pregunta aún no ha sido definido, pero el espíritu de esta lo resume el mismo mandatario: “Se trata de preguntar si el país quiere que las Farc desaparezcan como grupo armado”.
En la siguiente entrevista, el mandatario se refiere exclusivamente a lo que significa para el futuro de nuestra nación el aval que la Corte Constitucional acaba de darle a la consulta plebiscitaria. Y explica en qué consistirá esta.
Usted dijo que convocará el plebiscito después de que se firme el acuerdo de paz con las Farc. ¿Qué falta para firmar el acuerdo?
Si bien hemos avanzado mucho, aún faltan por acordar temas como el mecanismo de designación de los magistrados de la Jurisdicción Especial de Paz, los programas de reintegración de los miembros de las Farc y algunos otros pendientes. He dado instrucciones al equipo negociador del Gobierno y acordamos con las Farc acelerar al máximo la negociación para terminar el proceso, pero no hay fechas definidas. (Lea: El día en que Colombia votó por primera vez en un plebiscito
¿Cómo proyecta adelantar la tarea de pedagogía para que todo el país esté enterado de lo que va a votar en el plebiscito?
La pedagogía sobre el acuerdo se inició ya, pero es claro que en la medida en que se avanza sobre los puntos de la agenda, los mitos y mentiras sobre lo que se está acordando han ido cayendo y la verdad ha salido a relucir.
Mitos y mentiras, dice usted. ¿Como cuáles?
Por ejemplo: sí va a haber justicia, con investigación y sanción para los responsables de crímenes atroces. Es decir, no habrá impunidad. Las Farc van a entregar las armas a las Naciones Unidas. Habrá verificación y control al cese del fuego y de hostilidades, lo que incluye el fin de la extorsión, del secuestro, del narcotráfico y demás actividades ilegales.
¿Y cómo hará para informar lo que se votará en el plebiscito?
Cuando tengamos el acuerdo final, estos esfuerzos de pedagogía e información serán intensos, para lo cual el Gobierno recurrirá a la radio, la televisión, los medios impresos, el internet y todas las herramientas posibles para garantizar que los colombianos conozcan el acuerdo, su contenido, su significado y lo que el acuerdo significa para ellos y para Colombia como nación. (Lea: Con plantón llaman a conservadores a apoyar el sí)
Hay mucha gente que dice que el mensaje del plebiscito es muy confuso. Por ejemplo, varios lectores de El TIEMPO piensan que el sí gana con el 13 por ciento de la votación, lo que es totalmente absurdo. ¿Qué va a hacer para aclarar las dudas?
La pedagogía sobre el plebiscito es muy importante. Déjeme explicarle algunos aspectos: los colombianos van a tener la última palabra. Todos estamos habilitados para votar, y confío en que frente a esta oportunidad única de decidir sobre nuestro futuro, millones de compatriotas lo van a hacer. Esta es sin duda la decisión de voto más importante que cada uno de nosotros tendrá que tomar en toda su vida. Sobre el resultado, lo primero, como en todo ejercicio democrático, es que la mayoría gana. El sí tendrá que sacar más votos que el no. Pero además, la ley, avalada por la Corte Constitucional, impone que por lo menos el 13 por ciento del censo electoral diga que sí. Ese umbral es, de hecho, más elevado que el que existe para un referendo, que necesita del voto afirmativo del 12,5 por ciento de los votantes.
La Corte avaló la participación de funcionarios públicos en la campaña del plebiscito. De qué manera lo harán?
Los funcionarios de los gobiernos nacional, departamental y municipal, todos, están en libertad de hacer campaña por cualquiera de las opciones.
¿Habrá algún tipo de coacción a los funcionarios?
De ninguna manera. Respeto profundamente la libertad y el derecho de todos a votar a conciencia. (Lea también: Farc ya aceptaron al plebiscito como mecanismo de refrendación)
¿Usted considera un desastre para la paz si el plebiscito no alcanza el umbral?
Estoy convencido de que, frente a la importancia de lo que se decide en esta votación, los colombianos van a ejercer su derecho, rebasar con creces el umbral y tomar en sus manos el futuro de nuestro país y de la paz. Es la decisión de voto más importante que cada uno de nosotros tendrá que tomar en toda su vida.
¿Qué significa que el resultado del plebiscito sea vinculante?
Muy sencillo y muy claro: los colombianos tienen la última palabra y su decisión debe ser respetada. Son los votantes los que decidirán si aprueban o no el acuerdo, y yo acataré ese resultado. Ellos decidirán si dejamos atrás cincuenta años de conflicto armado y nos damos la oportunidad de construir la paz entre todos, o no.
¿Qué tipo de campaña se va a hacer por el sí?
Como la paz no es de Santos ni del Gobierno, sino de todos los colombianos, habrá con seguridad múltiples campañas por el sí desde la sociedad civil, los jóvenes, los empresarios, los sindicatos, los partidos; en las regiones, cada uno de ellos decidirá el tipo de campaña que quiere adelantar. A todos, a los defensores del sí y a los de no, los invito a que hagan una campaña con altura, con tolerancia y respeto, con la verdad y sin recurrir a mentiras o sofismas.
¿El vicepresidente Germán Vargas Lleras hará campaña o mantendrá su silencio?
Usted vio al vicepresidente al lado mío cuando presentamos la iniciativa del sí a la paz. Su partido, Cambio Radical, ha estado firme en su apoyo al proceso. No me cabe la menor duda: yo sé que Germán Vargas quiere la paz.
¿Cuál es su opinión sobre las críticas del procurador Alejandro Ordóñez a esta consulta popular?
Hace mucho tiempo que no le paro bolas a lo que dice el Procurador. Infortunadamente, todas sus actuaciones han adquirido un objetivo político, causando un grave daño a la Procuraduría.
El expresidente Álvaro Uribe calificó de tramposa la reducción del umbral…
Lo tramposo es decir mentiras. Como tanto se ha dicho, el umbral del 13 por ciento de aprobación (es decir, voto sí) es superior al 25 por ciento de participación (gente que vota) que requiere un referendo, por ejemplo, y es más democrático, como lo sostienen respetados juristas que han opinado sobre la materia.
¿Cuando usted dijo que no se va a cometer ninguna locura, a qué se refería?
Lo que dije es que una de las razones para ofrecer hace cinco años que todo sería refrendado por el pueblo, era precisamente para darles la garantía de que no se iba a negociar ninguna locura, porque cualquier locura sería rechazada por los colombianos en las urnas. (Lea también: ¿Si gana el no en el plebiscito, el proceso de paz se acaba?)
¿Cuál sería el futuro del proceso de paz si el plebiscito no alcanza el umbral?
Yo estoy absolutamente convencido de que vamos a pasar el umbral; yo no tengo plan B porque no creo que se presente esa situación. Si el país no aprueba los acuerdos, continuaremos como estábamos hace cinco años, con conflicto armado.
¿El plebiscito lo único que supone es que usted cumpla su palabra de consultar al pueblo sobre los acuerdos?
Y presupone también, porque el proyecto de acto legislativo lo dice, que todo lo que el proyecto de acto legislativo establece para implementar los acuerdos comience apenas se refrenden los acuerdos. O sea, apenas se gane el plebiscito.
Es decir, ¿si el plebiscito se aprueba, usted comenzará la expedición de decretos?
Sí, señor. Y de decretos-leyes bajo las facultades extras que tendré cuando sea aprobado el acuerdo por el Congreso y revisado por la Corte Constitucional.
Las encuestas que se han divulgado últimamente sobre la aceptabilidad suya han ido mejorando, pero no superan aún el 50 %. ¿No es peligroso que su baja popularidad ponga en riesgo el plebiscito?
Es que este plebiscito no va a ser sobre el Presidente. Este plebiscito va a ser sobre los acuerdos que terminan el conflicto armado. Por eso le repito: esta paz no es mía, no es de mi gobierno; es de todos los colombianos. El plebiscito no es sobre el Presidente, es sobre la terminación del conflicto.
Es decir, ¿la gente no va a votar sobre si Santos sí o Santos no, sino sobre si paz sí o paz no?
Exactamente, ese es el interrogante que se le pondrá al pueblo colombiano. ¿Ustedes quieren que a través de estos acuerdos se logre la paz? ¿Sí o no? Nada tiene que ver con si les gusta el Presidente o el Gobierno.
Si es así, ¿por qué razón la pregunta no va a ser: usted quiere la paz o no?
Porque lo que estamos sometiendo ante el pueblo colombiano es si quiere la paz producto de los acuerdos que se lograron. En cierta forma, la pregunta es como usted la establece, pero tenemos que preguntar específicamente sobre el acuerdo .
¿Hay algo oculto hoy que haga indispensable que la gente conozca el acuerdo?
No hay nada escondido, no hay nada oculto, y en la medida en que la gente va conociendo lo que se ha negociado, irá disipando sus dudas, eliminando sus incertidumbres y apoyando el acuerdo. No hemos negociado con cartas marcadas. La gente va a ver que esto fue un acuerdo responsable, serio, efectivo y benéfico.
¿El texto del acuerdo es muy extenso?
Son acuerdos con muchos detalles, pero que se pueden simplificar muchísimo. Nosotros vamos a hacer una labor de pedagogía para que la gente entienda el alcance de los acuerdos. Yo mismo se los puedo resumir de la siguiente forma: 1. Desarrollo rural: más inversión para el campo, sin expropiar a nadie. Sin tocar, bajo ninguna circunstancia y de ninguna forma, la propiedad privada adquirida en forma lícita.
Pero uno de los orígenes de la guerrilla fue la falta de tierra…
Es que aquí hay muchas tierras que se les van a dar –no a la guerrilla– a los campesinos a través, por ejemplo, de la ley de zidres, para poner a producir millones de hectáreas que hoy están totalmente improductivas.
¿Y el segundo tema?
Participación política: eso es profundizar nuestra democracia; la nuestra ha tenido la falencia de estar sometida a un conflicto armado que les ha impedido representatividad adecuada a muchas regiones. No hemos sido capaces ni siquiera desde hace 25 años de establecer lo que la Constitución ordena, que es el estatuto de oposición. Se va a fortalecer la democracia sin tocar lo fundamental de nuestras instituciones. Solamente hay beneficios.
¿Este segundo punto es el que permite la elegibilidad de quienes hoy tienen las armas contra el Estado?
Va a permitir por ejemplo que las Farc se conviertan en partido político, y que compitan para entrar al Congreso. Es que de eso se trata el proceso, precisamente de eso: que puedan continuar persiguiendo sus ideales políticos, pero sin armas.
Pero no parece fácil que la gente vote por alguien que fue de la guerrilla…
Ese es uno de los puntos que falta todavía por acordar: cómo va a ser su representación en el Congreso.
¿Eso no está definido todavía?
No, pero lo que le puedo decir es que a nadie le debería generar ningún tipo de preocupación que tengan representación en el Congreso, porque se trata de eso, de cambiar el monte con armas por el Congreso sin armas. Si no logran suficientes votos, se podría pensar en permitir, por un tiempo limitado, un número mínimo de representación, pero eso es parte de la negociación.
¿Sea por votación o sea por designación, pero que estén en el Congreso?
Yo creo que eso es sano para la democracia, y de eso se trata el proceso. (Lea también: Editorial: La campaña por el plebiscito)
Enumeraba usted los temas que se someterán al plebiscito. ¿Cuál es el tercero?
El narcotráfico. Ese es un tema importantísimo.Por primera vez las Farc, que se han financiado con el narcotráfico –y ellos lo han reconocido–, han acordado colaborar con el Gobierno para la sustitución de cultivos ilícitos. Eso es histórico en la lucha de Colombia contra el narcotráfico y contra los cultivos ilícitos. Ahora sí vamos a tener una oportunidad real de hacer presencia permanente del Estado en las zonas dedicadas a los cultivos ilícitos, con alternativas legales rentables para los campesinos y dejar de ser los primeros exportadores de cocaína del mundo.
¿El siguiente tema del acuerdo?
El tema de las víctimas: sus derechos, que es el tema fundamental. El derecho a la justicia, a la reparación, el derecho a la verdad, a la no repetición. Ahí está todo lo de la justicia transicional, la reparación de víctimas.
¿Cuántas van ya reparadas?
Unas 600.000, porque iniciamos antes de terminar el conflicto esa reparación, que es una de las cosas que el mundo entero más admira. Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo reparando víctimas para cicatrizar las heridas de un conflicto de 50 años. Ese tema es el meollo de la negociación, y hoy el mundo entero lo está reconociendo, porque cumple con los estándares internacionales en materia de justicia, cumple con nuestras propias leyes y nuestra propia Constitución. Aquí no va haber impunidad. A los máximos responsables se les va a investigar, juzgar y condenar y sancionar como ordena el Tratado de Roma, la Corte Penal Internacional y nuestras propias instituciones.
¿Cuál es el próximo anuncio que se hará en La Habana?
Yo creo que cuando salga esta entrevista, hoy domingo, se hará un anuncio muy importante: la mujer tendrá un papel preponderante e importante en la solución y en el posconflicto. (Lea: Así va el plebiscito que la guerrilla de las Farc ya aceptó)
¿En qué sentido, Presidente?
Así como en muchas de las políticas sociales del Gobierno la mujer es hoy el sujeto más importante en su aplicación, también lo será en muchas de las políticas del posconflicto. Por ejemplo, en la propiedad de la tierra, en los programas productivos, el papel de la mujer va a ser reconocido específicamente.
¿A todo eso es a lo que el país debe votar sí o no?
¡Sí!, pero, sobre todo y ante todo, deben votar sí o no al fin del conflicto. A la entrega de las armas de las Farc a Naciones Unidas, la desmovilización, el fin del secuestro y la extorsión. Es la desaparición de las Farc como grupo armado. La gente no ha entendido bien eso. Apenas firmemos, ¡desaparecen las Farc! Eso es lo más importante. Es el fin del conflicto armado con las Farc y todo lo que ha significado, el dolor que esto ha producido durante los últimos 50 años y los beneficios que va a producir.
Si se resume al máximo la pregunta en el plebiscito, ¿sería esa?
Así no será la pregunta, pero en el fondo se trata de eso: si el país quiere que las Farc desaparezcan como grupo armado.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO
YAMID AMAT
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