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Proceso de Paz

Lo acordado con las Farc y factor tiempo, claves en diálogo con Eln

Analistas coinciden en que buena parte del éxito del nuevo proceso dependerá de la medida en que las partes aprovechen las lecciones que dejaron los diálogos de La Habana.

Analistas coinciden en que buena parte del éxito del nuevo proceso dependerá de la medida en que las partes aprovechen las lecciones que dejaron los diálogos de La Habana.

Foto:Archivo

Expertos analizan el proceso que está por comenzar con esa guerrilla en Ecuador.

Las negociaciones de paz con la guerrilla de las Farc, que se extendieron por casi cuatro años hasta llegar a un acuerdo final, ofrecerán insumos claves para los nuevos diálogos con el Eln, que empiezan este jueves con el tiempo andando en contra.
Analistas coinciden en que buena parte del éxito del nuevo proceso dependerá de la medida en que las partes aprovechen las lecciones que dejaron los diálogos de La Habana, y de que el Eln comprenda que en las negociaciones de Ecuador habrá que apurar el paso para no dejar pasar esta oportunidad.
Desde La Habana, el senador Iván Cepeda le dijo a EL TIEMPO que hay “un conjunto de métodos de negociación, de conocimientos, de construcción de confianza, de desarrollo sobre diversas temáticas que sin lugar a dudas van a constituir un acumulado fundamental para desarrollar estas conversaciones en Quito”.
“Hay un proceso de cese de hostilidades que ha dejado unas lecciones que sin lugar a dudas serán también útiles para impulsar un cese de hostilidades con el Eln”, añadió Cepeda, quien cree conveniente que en algún momento, ojalá en el inicio de las negociaciones en Ecuador, haya un proceso de empalme con la agenda de La Habana.
Y que este “permita desarrollar un proceso armónico, de articulación de ambos diálogos”, dijo.
Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para Análisis de Conflictos, cree que el Gobierno con toda seguridad tendrá la intención de usar los acuerdos de La Habana como marcos de referencia, entre otras cosas, porque no fueron elaborados en algunos puntos como ‘exclusivos’ para el proceso con las Farc.
“Lo que tiene que ver con el cese al fuego y de hostilidades y el proceso de dejación de armas es como una ‘caja de herramientas’ que puede servir. Cuando empiecen el proceso de desarme o desmovilización sería hasta ridículo que el Eln no quiera usarlo”, expresó.
Y en opinión de Carlos Lozano, director del semanario Voz, también hay temas muy similares entre ambos procesos “que seguramente serán asumidos”, como lo son el de víctimas y el de justicia transicional. De hecho, en su momento se planteó que el modelo de justicia acordado con las Farc será el mismo para el Eln.
De otro lado, expertos consideran que el primer punto de la negociación con el Eln es el que marca la diferencia mayor entre ambos procesos.
En el documento de acuerdo de los diálogos, donde se reveló la hoja de ruta, el primer punto de la agenda es ‘Participación de la sociedad en la construcción de la paz’, en el que estaría el acento particular de la nueva negociación.
Ahí se establece que la participación de la sociedad se dará “en función de las iniciativas y propuestas, que hagan viable la paz, en el curso y contexto de este proceso”, y también que este será “un ejercicio dinámico y activo, incluyente y pluralista, que permita construir una visión común de paz que propicie las transformaciones para la nación y las regiones”.
Aquí hay quienes coinciden en que si bien las Farc y el Gobierno abrieron espacios para escuchar a las víctimas, minorías y distintas organizaciones sociales y sectores de la sociedad civil, desde el principio estuvo claro cuáles eran los puntos puntuales que se discutirían y que conducirían el proceso de diálogos.
Con el Eln, por otro lado, con este primer punto se abrió una puerta mayor.
Angélika Rettberg, directora de la maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes, explica que en una negociación siempre hay una agenda sobre la mesa y otra que avanza en forma paralela, y por los tiempos particulares de este proceso, puede que al mismo tiempo en que se avanza escuchando a la sociedad civil se avance en otros frentes.
A estos tiempos que pueden ser ajustados, advierte Rettberg, se suma que “como hemos visto, la paciencia de la sociedad colombiana es poca”.
Para Lozano, esta parte genera un reto, pues aunque todo apunta a que el tiempo de diálogos debería ser menor, hasta ahora el Eln ha mostrado ‘no tener afán’ y este modelo da a entender que el proceso podría extenderse. “¿Eso de la participación de la sociedad cuánto puede durar?”, se preguntó.
El tiempo será un factor clave. Con las Farc los diálogos atravesaron los dos periodos del presidente Juan Manuel Santos y el proceso del Eln inicia en el tramo final de su mandato.
“El Presidente, cuando empezó a negociar con las Farc, tenía un capital político muy alto. Al Eln se le hizo tarde para negociar la terminación del conflicto y eso va a pesar mucho en el proceso. Es difícil verlo con una alta probabilidad de concluirse”, dice Restrepo.
Y añadió: “cuando inició el proceso con las Farc hasta los más pesimistas se declaraban optimistas reservados, en este es muy difícil que alguien se declare optimista. Hay muchas razones, y la principal es que se inicia al final de un Gobierno después de haber recibido un golpe tan fuerte como la victoria del ‘no’ en el plebiscito”.
Rettberg también cree que las negociaciones empiezan en un momento en que, si bien el premio Nobel le dio un nuevo impulso al presidente Santos, es innegable que la victoria del ‘No’ le redujo su margen de maniobra.
Por eso, analiza que si el Eln quiere firmar algo, tiene que ser en lo que resta de tiempo a la administración Santos. “No estoy segura de que este proceso alcance a sobrevivir a un cambio de Gobierno”, dijo.
Y subrayó, como Restrepo, que las condiciones “son muy distintas”, incluyendo las que tienen que ver con la percepción de la comunidad internacional, pues después de la victoria del ‘No’ “el mundo perdió un poquito la paciencia con Colombia. El mundo necesitaba un ejemplo de éxito y esperaba que el país lo fuera y no resultó siéndolo”.
“Ojalá ellos (El Eln) hagan esos cálculos y entiendan que sus opciones son reducidas”, añadió la experta.
ALBERTO MARIO SUÁREZ D.
Subeditor de ELTIEMPO.COM
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