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'Esto es por lo que tanto luchamos': pareja tutelante

Fernando y Ricardo llevan 33 años juntos. Este jueves celebraron con júbilo decisión de la Corte.

JUSTICIA
Fernando José Silva y Ricardo Betancourt cumplieron hace una semana 29 años de vivir juntos, aunque llevan 33 siendo pareja. Hoy, por fin, luego de años de espera, la Corte Constitucional les dio luz verde para que puedan casarse, al igual que todas las parejas homosexuales del país. (Lea también: Las claves para entender la histórica decisión sobre el matrimonio gay)
Siempre quisieron casarse, aunque apenas hace 10 años empezaron a creer en la posibilidad de hacerlo. “Cuando vimos que, en el mundo, otros países lo estaban haciendo y, sobre todo, cuando en Latinoamérica lo aprobaron otros cuatro países, pensamos que Colombia podría llegar a equiparar esos derechos”, indicó Ricardo.
En 2013, luego de que se abriera la opción para solemnizar la unión ante un notario, Fernando y Ricardo hicieron la solicitud en la Notaría 37 de Bogotá para casarse; sin embargo, recibieron una respuesta negativa, por lo que decidieron dar un siguiente paso: interponer una tutela, que llegó a la Corte Constitucional y fue resuelta este jueves junto con otras cinco solicitudes similares, tres de parejas de mujeres y una de otra pareja de hombres.
Ricardo recordó que cuando se conocieron, en la década de los 80, y tras tres años de noviazgo decidieron irse a vivir juntos, en 1987. “Hasta el sol de hoy no nos hemos separado. Hemos construido todo un mundo alrededor de nosotros y hemos tenido la aceptación de nuestras familias”, dijo Betancourt.
Silva, de 58 años, quien trabaja en ventas, y Betancourt, de 59, administrador de inmuebles, llegaron al Palacio de Justicia media hora después de conocerse la noticia de que la tutela que interpusieron llevó a que el alto tribunal constitucional reconociera que en el país el vínculo de las parejas gais se debe llamar matrimonio.
Cada jueves, desde hace más de cuatro semanas, esta pareja de bogotanos llegaba muy temprano a la Corte Constitucional esperando que, después de la sala plena, los magistrados de la Corte decidieran votar a favor del matrimonio igualitario. Con tristeza se marchaban luego de cada jornada, al ver que no había ninguna decisión al respecto; hasta este jueves.
La noticia los cogió por sorpresa cuando iban en su carro para el norte de Bogotá y recibieron una llamada de su abogado, el activista Germán Rincón Perfetti, en la que les comunicaba que el alto tribunal había dado el sí.
“Estamos felices. Esto es por lo que tanto hemos luchado. Es un triunfo de toda la comunidad”, aseguró Silva, mientras abrazaba al hombre con el que inició una relación en 1983. A su lado había activistas, músicos y cámaras que grababan el histórico momento.
Este día lo celebrarán por todo lo alto con el resto de la comunidad LGTBI con la que han luchado por el reconocimiento de sus derechos. “No sé cuándo nos vamos a casar. Todo depende de lo que siga ahora con los trámites legales”, aseguró Fernando.
En 2005, Fernando y Ricardo establecieron ante un notario su relación como una unión de hecho, para proteger sus bienes. Por eso celebran lo que se viene para otras parejas, pues, según dicen, ya no tendrán que pasar la misma situación que para ellos es como esperar a que les hicieran el favor de reconocerles su derecho a la salud, amparados por su pareja o a heredar una pensión.
Silva agradeció que sea la Corte Constitucional la que haya dado este paso en el reconocimiento de derechos igualitarios. “El Congreso siempre se hizo el de la vista gorda. La Corte es la defensora de nuestros derechos, y por eso es correcto que la decisión venga de este alto tribunal”, aseguró.
Por su edad, dice Fernando, aunque han pensado en adoptar, hoy no lo verían como una opción viable. “Ricardo dice que ya somos mayores y por eso me dice que no. Yo sí creo que nunca es tarde. Hay 10.000 niños en Bienestar Familiar esperando a tener una familia, y a mí sí me gustaría poder dársela”, afirma.
Ellos creen que esta decisión hace parte de la “bola de nieve” que ya nadie podrá parar en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales. Que es una reivindicación con ellos, que por mucho tiempo no fueron reconocidos en el país como ciudadanos de primera.
Ahora, Fernando y Ricardo, quienes se reconocen felices y enamorados, no saben con claridad cuánto tiempo falta para que se presente la nueva ponencia favorable al matrimonio gay; sin embargo, están seguros de que ya es definitivo, por lo que empezarán a preparar “la fecha y la parafernalia” para la boda.
JUSTICIA
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