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Gobierno

Bitácora de presidentes, discursos y posesiones

De izquierda a derecha, los presidentes Alfonso López Michelsen, Álvaro Uribe Vélez y el saliente Juan Manuel Santos. Tres momentos de la historia con tres climas y problemáticas distintas.

De izquierda a derecha, los presidentes Alfonso López Michelsen, Álvaro Uribe Vélez y el saliente Juan Manuel Santos. Tres momentos de la historia con tres climas y problemáticas distintas.

Foto:Archivo / EL TIEMPO

Iván Duque se posesiona este martes 7 de agosto. Así fue ese momento para sus antecesores.

Casi todos los discursos de posesión son muy largos. Pero, en la posesión presidencial de 1845 –la primera de Tomás Cipriano de Mosquera–, este pronunció el más corto discurso en este género: “Acabo de prestar el juramento de sostener y defender la Constitución y la ley; y, si necesario fuese, sellaré con mi sangre tan solemne juramento. Bien, decís, señor, que el código fundamental ha trazado mis deberes, y espero no desmerecer al llenarlos. En materias administrativas seguiré siempre la opinión pública, aun contra mis propios convencimientos. Feliz si logro conocer la opinión de la mayoría inteligente. He dicho”.
El récord de extensión lo tuvo Mariano Ospina Pérez en su posesión, quien, en seis horas, agotó los temas y a los visitantes, dos de los cuales murieron, poco después, según se dijo entonces, por la retención urinaria.
Desde antes de nacer la república, los chibchas tenían la ceremonia de El Dorado con motivo de la ascensión al cacicazgo del sucesor; desnudaban al heredero en carnes vivas, lo untaban con una tierra pegajosa y espolvoreaban con oro molido en Guatavita como nuevo señor y príncipe.
Los virreyes, después de veinte años de gestión, algunas veces, daban los datos más señalados de su tarea. Llegaban a Cartagena, donde empezaba la fiesta. En Santafé asumían el mando ante la Real Audiencia. El juramento era de acorde a las Leyes de Indias.
Los libertadores fueron coronados en la plaza mayor de la capital por las mujeres más bellas. Bolívar, Santander y Anzoátegui recibieron los laureles mientras el virrey Sámano corría fugitivo hacia Honda diciendo: “Corramos que nos alcanzan esos cobardes”.
La federación de 1863 a 1886 tenía período presidencial de dos años, pero Mosquera y Murillo Toro repitieron. Núñez acabó con todo al saber de la derrota radical de la Humareda: la Constitución de 1863 ha dejado de existir.

La hegemonía azul

La hegemonía conservadora, de 1880 a 1930, tenía períodos presidenciales de seis años. Diez años intentó Rafael Reyes, y Enrique Olaya Herrera lo tumbó con un discurso y un memorial de Nicolás Esguerra. Sanclemente y Marroquín eran tan viejos que Caro, quien los impuso, dijo que no eran históricos sino prehistóricos.
Marco Fidel Suárez, modestamente, llegó a su posesión solo, en un coche de servicio público. Suárez le dio límites a la república y amistad con los Estados Unidos con el Tratado del 6 de abril, básico para nuestro comercio exterior. Abadía Méndez, en 1930, entregó el mando a Olaya democráticamente y perdió el poder y la razón. Las Bananeras y el movimiento estudiantil de junio, con las conferencias de Alfonso López Pumarejo sobre la ‘Prosperidad a debe’, tumbaron la vieja hegemonía con ayuda del clero, que cometió los errores de monseñor Perdomo, al que los feligreses llamaron ‘Monseñor perdimos’.

La República Liberal

Los borradores de Carlos Lleras, la biografía de Eduardo Zuleta sobre López, el libro de Gustavo Humberto Rodríguez sobre Olaya Herrera y los discursos de los estadistas –1930-1946– copan la visión de Revolución en Marcha y las gestiones oficiales de entonces. En 1945, López renunció y Alberto Lleras asumió como designado con un gabinete, un discurso y una actitud ante el sindicalismo que lo separaban del gobierno que lo antecedió.
Olaya habló de Concentración Nacional, y sus ministros notorios eran conservadores. Lo juramentó el doctor Goenaga, que había posesionado a Núñez. Habló de crear facultades de economía, ciencia política y alfabetización. Enfrentó la guerra con el Perú y la crisis del 29. Implantó entonces la jornada de ocho horas, vieja batalla de María Cano. También expidió la ley sobre cooperativas, la Ley 83 de 1931 sobre libertad sindical, leyes que legitimaron las movilizaciones populares y las organizaciones sindicales. La Ley 6 de 1945 consagró las conquistas prestacionales de tres lustros de cambio social. Hasta entonces no había descanso semanal ni vacaciones anuales, salvo excepciones.
Alfonso López Pumarejo, el 20 de julio de 1938, entregó al Congreso un informe tan largo como un libro con las siete reformas emprendidas: la constitucional, la agraria, la tributaria, la universitaria, la judicial, la laboral y la reforma de la política internacional de Colombia. Decía que el deber del hombre de Estado es efectuar por medios pacíficos y constitucionales lo que haría una revolución por medios violentos.

El récord de extensión lo tuvo Mariano Ospina Pérez en su posesión, quien, en seis horas, agotó los temas y a los visitantes, dos de los cuales murieron, según se dijo, por la retención urinaria

Lo posesionó Laureano Gómez, presidente del Senado, quien en 1958 juramentó a Alberto Lleras. En 1950, Laureano Gómez se posesionó ante Domingo Sarasty, presidente de la Corte, porque Mariano Ospina había clausurado el Congreso el año anterior.
En 1938, Gabriel Turbay dio posesión a Eduardo Santos, a quien le tocó enfrentar la guerra mundial, el pacto de cuotas cafeteras, crear el Ministerio de Trabajo y la jurisdicción laboral, el Inscredial y el Insfopal, lo mismo que el Instituto de Fomento Industrial, todos hoy lamentablemente abolidos, a pesar de ser necesarios.
En 1945, Francisco J. Chaux posesionó al designado Alberto Lleras, quien creó la Flota Mercante Grancolombiana, los departamentos administrativos e introdujo la planeación.

El decenio crítico: 1948-1958

Mariano Ospina Pérez tenía altas miras desde su primera candidatura en 1929. Pero en 1946, para alegría de la caricatura, centró el programa en la vaca lechera y la huerta casera. Defendió la creación de Paz del Río contra Currie y ganó. Quería que la reversión de Mares fuera para una sociedad comercial privada y perdió porque los congresistas santandereanos, los trabajadores de la USO y la opinión hicieron crear Ecopetrol, rentable durante 67 años, pese al “agotamiento” de la perforación.
La muerte de Gaitán inició un tramo difícil. El líder acababa de redactar la Plataforma del Colón, el discurso de Manizales por los humildes y la Oración por la Paz en la marcha del silencio. En 1949, Ospina clausuró el Congreso y se cambió la votación de la Corte y del Consejo de Estado.
Laureano Gómez, en el discurso inaugural, señaló que no aceptaba el derecho positivo sino la ley moral. Su salud flaqueó y fue encargado Urdaneta. Alzate le dio posesión y habló de la guerra de Corea, a la cual enviaron a miles de compatriotas en el Batallón Colombia. El proyecto de Constitución corporativa y falangista incluía a la prensa como un servicio público y traición a la patria a quien hablara contra el gobierno en el exterior. Los incendios de 1952 desconceptuaron al gobierno y el 13 de junio de 1953, los militares asumieron el poder. Ospina, en la Asamblea Constituyente, posesionó a Rojas dos veces. Esta Asamblea reconoció el voto femenino, pero no hubo elecciones. El 10 de mayo, estudiantes, estadistas y banqueros tumbaron el gobierno. La Junta Militar de 1957 duró un año, convocó el Plebiscito y fundó el Sena y las cajas de compensación.

El Frente Nacional, 1958-1974

Alberto Lleras, Guillermo León Valencia, Carlos Lleras y Misael Pastrana fueron los presidentes del Frente Nacional, con alternación obligatoria entre conservadores y liberales. Alberto Lleras, en el teatro Patria, antes de posesionarse dijo: “La nación, que tiene intuiciones tremendas, no ha depositado su confianza en mí por ninguna otra razón sino porque no ha oído de mis labios, en todo este tiempo, una sola invocación a la locura ni una palabra que no invite a la paz”.
El 7 de agosto, Laureano Gómez lo juramentó y dijo que todos nos equivocamos. En el cuatrienio organizó la planeación, creó la Esap y el Servicio Civil y expidió una ley con miras a una reforma agraria democrática, aun pendiente.
Guillermo León Valencia fue juramentado por el senador Víctor Mosquera Chaux, su paisano. Pregonó la milimetría en los cargos públicos, desató la Operación Marquetalia, que dio origen a las Farc, y conjuró el golpe de Estado del ministro de guerra Ruiz Novoa.
Carlos Lleras, político y administrador, se enfrentó al Fondo Monetario Internacional, organismo que pretendía mandar en el tipo de cambio, devaluación, tarifas y control de inflación. Es decir, en todo lo que corresponde al presidente. Lleras expidió el decreto 444, que devalúa gota a gota; propuso y logró una reforma administrativa y una enmienda constitucional regulatoria de la planeación, pero dejó los auxilios parlamentarios.
Misael Pastrana inició su gobierno después de una disputa sobre su resultado electoral. Planteó las cuatro estrategias en la filosofía de la planeación y las upacs, ordenadas por el profesor Currie, y otorgó al Incora su entierro en la reunión de Chicoral. Con las upacs, muchas gentes de clase media adquirían vivienda, pero también una deuda impagable.

El proyecto de Constitución corporativa y falangista incluía a la prensa como un servicio público y traición a la patria a quien hablara contra el gobierno en el exterior

Hacia una nueva Constitución

López Michelsen mantuvo su crítica al Frente Nacional. Mejoró su relación con el sindicalismo y con la universidad. La emergencia económica permitió castigar las rentas de capital y aliviar las rentas de trabajo. Controló la inflación heredada y en la política internacional independiente privilegió mirar a los semejantes, a mirar al polo de la orientación proestadounidense vigente en el medio siglo precedente. Incorporó la costa Atlántica en el plan de inversiones públicas para reducir las disparidades regionales.
Turbay Ayala (1978-1982) triunfó en la difícil toma de la Embajada Dominicana. Empero, el predominio del ministro Camacho Leyva, el tratamiento a Gabriel García Márquez y a los intelectuales presos políticos empañaron su cuatrienio. El Estatuto de Seguridad fue empleado abusivamente por militares contra la población civil. Fue una administración asediada por el M-19 y el robo de armas del Cantón Norte en fechas iniciales.
Belisario Betancur (1982-1986) tuvo un feliz comienzo con referencia a los No Alineados, a Contadora y al diálogo en pos de la paz. Con todo, la toma del Palacio de Justicia y la imprevisión en el desastre de Armero no han podido ser olvidadas. La dignidad en la política internacional independiente, con su discurso en la ONU, le aportó ventajas para la evaluación histórica. Poco después, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de la literatura.
La verdadera democracia fue el lema y acción desde la posesión de Virgilio Barco (1986-1990). Proyectó una reforma constitucional no lograda, pero básica de lo venidero. Durante su mandato fueron asesinados candidatos presidenciales: Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro Leongómez, Bernardo Jaramillo Ossa y Jaime Pardo Leal.
César Gaviria (1990-1994) fue escogido en los funerales de Galán. La Constitución de 1991 y la tutela y la junta del Banco de la República independiente son las conquistas del Derecho Público más reciente. Bienvenidos al futuro fue su lema, y el neoliberalismo en lo económico abrió al país, pero agotó sectores económicos. Injusto sería no recordar a Álvaro Gómez Hurtado, Horacio Serpa Uribe y Antonio Navarro Wolf, quienes dirigieron la Constituyente y colaboraron en la moderna carta.
Durante la presidencia de Ernesto Samper Pizano (1994-1998) se vivió una etapa tormentosa. El salto social, la reunión de los No Alineados en Cartagena fueron interferidos en su gloria por el Proceso 8000 y la influencia dañina del embajador de Estados Unidos. Venido de Anif y del sector privado, Samper hizo una carrera llena de obstáculos.
Andrés Pastrana gobernó de 1998 a 2002. Su contacto con las Farc marcó su éxito electoral en la segunda vuelta del debate. Fue inconcebible que los diálogos no se hubiesen roto o condicionado ante la silla vacía que le hizo Marulanda. Pastrana rompió los diálogos por el secuestro de un avión por la insurgencia. Mejoró la relación con Estados Unidos, muy deteriorada entonces.
El enfrentamiento verbal de Álvaro Uribe Vélez (2002 -2010) con las Farc catapultó su candidatura del 2% a la victoria en primera vuelta. Varios libros registran sus dos cuatrienios y la frustración de su segunda reelección. Desde el día de su posesión y juramento ante el senador Alfredo Ramos, el bombardeo de las Farc inició el enfrentamiento con Uribe, que aún perdura, no obstante la desmovilización de la guerrilla.
Juan Manuel Santos llegó a la presidencia en 2010. Con las Farc acorralada, tomó la ruta de la negociación en La Habana con resultados que harán historia. Desde la posesión del primer cuatrienio en presencia de Uribe Vélez, Santos señaló que las llaves de la paz no estaban en el fondo del mar. Santos ganó el premio Nobel de la Paz en medio de la hostilidad de los enemigos de la tesis de Roger Garaudy: pasar del anatema al diálogo.
Iván Duque Márquez asciende este martes, elegido por más de diez millones de votos contra ocho millones adversos. El país sabe que él no viene de las dinastías tradicionales. Existe la ilusión de que Duque realice un gran cambio, la revolución desde el poder de que habló Maura. López Pumarejo lo dijo: “En el país, al margen de las fuerzas amistosas y hostiles, hay un ambiente de esperanza en el inicio de todo mandato presidencial. Y el 7 de agosto es el día glorioso cuando se siente alegremente el viento de la patria en la bandera”.
CRÓNICA
Benjamín Ardila Duarte*
* Abogado, escritor e historiador. Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.
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