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Editorial: Otra ilusión esquiva

Deben preocupar, entonces, los múltiples tropiezos que ha tenido la implementación del SITP.

EL TIEMPO
Casi tan viejo como el del metro es el anhelo que tienen los bogotanos de contar con un servicio de buses seguro, respetuoso de la dignidad humana. Esa es una de las promesas del SITP: poner fin a la guerra del centavo, contar con conductores capacitados, que gocen de garantías laborales y al mando de vehículos en óptimas condiciones. Y si bien ha habido avances importantes, la ciudad todavía está lejos de alcanzar tal aspiración.
El accidente ocurrido el pasado viernes, que involucró a cuatro automotores de transporte público, en el barrio La Coruña, de Ciudad Bolívar, con saldo de un muerto y 55 heridos, es un duro recordatorio del trecho que falta. Uno de ellos se quedó sin frenos, invadió el carril contrario y estrelló a los otros tres. Y aunque los automotores comprometidos tenían el logo del SITP y el letrero de ‘provisional’, aún no estaban bajo la autoridad de TransMilenio S. A., entidad a cargo del nuevo sistema integrado.
Es un hecho que el transporte antiguo brinda escasas, por no decir nulas, garantías a los pasajeros. La feroz competencia entre conductores y las múltiples gambetas que los propietarios les hacen a los controles de las autoridades se cuentan entre las causas de esta situación. Es un esquema mandado a recoger, en el que las empresas se limitan a ser afiliadoras, sin incentivo alguno para ofrecer el servicio que merece la gente.
Debe preocupar, entonces, que de los múltiples tropiezos que ha tenido la implementación del SITP –algunos heredados de la pasada administración, no todos–, siendo el más grave la quiebra de dos de los operadores, los bogotanos estén condenados a seguir padeciendo este servicio de pésima calidad por un lapso aún incierto. Por lo menos 3.000 vehículos de este tipo seguirán rodando por las calles.
Y si este panorama causa decepción, tampoco es alentador conocer las cifras de accidentalidad de los buses azules del nuevo esquema: 2.307 accidentes involucraron buses zonales del SITP en el 2014, más el período que abarca hasta abril del año en curso, incidentes que dejaron 15 muertos y 795 lesionados. Son números que generan pesimismo respecto a la ilusión de que, más temprano que tarde, subirse en un bus en la capital deje de ser una experiencia extrema.
EDITORIAL
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