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¿Y nuestra plata de Isagén?

Qué bueno llegar a saber cuánta plata recibieron los que actuaron como intermediarios o asesores.

¿En qué va la inversión de los dineros por la venta de Isagén? Como me uní a la gran mayoría de colombianos que rechazamos este imperdonable negocio, siento un gran compromiso para intentar seguir el rastro, en la medida de lo posible, de los $ 6,48 billones pagados por la canadiense Brookfield. Sabemos que más del 47 por ciento de la capacidad instalada de la empresa estaba o está en Antioquia. Los gobernantes de entonces no estuvieron a la altura de su compromiso por defender este patrimonio. Pero, por fortuna, a veces llegan cartas…
Cartas que son un paliativo, un consuelo ¿o una salvación? Me refiero a la carta que el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, a solo un mes de comenzar su administración en el 2016, le envió al Gobierno Nacional (que estaba muy calladito al respecto) para recordarle que, según la Ley 226 de 1995, “cuando se venden las acciones de una empresa pública, el 10 por ciento de esos recursos deben ir a la ejecución de proyectos de desarrollo regional en las entidades territoriales en las cuales esté ubicada la actividad principal de la empresa cuyas acciones se enajenen”.
¡Qué carta tan visionaria y oportuna! Todo el reconocimiento a Luis Pérez, que asumió un liderazgo en este asunto trascendental: pidió, habló y empujó por la plata. El Gobierno Nacional dijo que sí, que cómo no, que Antioquia, Santander, Caldas y Tolima tenían derecho a $ 649’066.579, que el dinero sería incluido en el Presupuesto General de la Nación del 2017. Eso lo dijeron en abril del 2016, pero solo el 5 de junio pasado llegó el decreto 940, el cual reglamenta la distribución de los recursos entre las entidades territoriales y exige que la plata solo puede ir a obras de infraestructura, en concordancia con los planes de desarrollo y con impacto regional.
Para Antioquia y sus 17 municipios ubicados en área de influencia de los embalses, son $ 307.397 millones (mitad para los municipios y mitad para el departamento). Los otros departamentos, que no habían dicho una palabra y se les apareció la Virgen, ¿ya pidieron y recibieron su dinero por Isagén? ¡Pilas! Si pasa este año, platica que se pierde. Y son más de $ 239.000 millones para Santander, más de $ 84.000 millones para Caldas y más de $ 17.000 millones para Tolima.
Y siguiendo con Antioquia les cuento en qué van las cosas: cuando los verdugos de Isagén (Ministro de Hacienda a la cabeza), perdón, digo, cuando los vendedores de Isagén dijeron que sí, que claro, que darían el reglamentario 10 por ciento, el gobernador se reunió con los alcaldes de los 17 municipios beneficiarios y todos emprendieron la definición de los proyectos prioritarios. Y, aunque el decreto reglamentario se demoró, gracias al trabajo adelantado en Antioquia los programas ya fueron presentados para evaluación de los organismos nacionales competentes. En este sentido, el secretario de Infraestructura de este departamento, Gilberto Quintero, afirmó: “Estamos trabajando en armonía con el Gobierno central, hemos tenido buena respuesta y puedo dar fe de que todos los proyectos planeados con ese 10 por ciento serán ejecutados. Todos los convenios serán firmados antes de que inicie la ley de garantías”.
Los alcaldes del oriente antioqueño cruzan los dedos para que así sea, y esperemos que se dé la celeridad necesaria, porque del ahogado, el sombrero: Isagén nunca se debió vender, o su plata, destinarse a proyectos de protección del recurso hídrico, pero ya no hay remedio y ahora lo que toca es esperar que con un equipo de trabajo comprometido y con una parte de ese dinero, Antioquia tendrá, según lo explica el secretario Quintero, un panorama vial mucho mejor en el campo, en especial en el oriente, donde están los municipios directamente beneficiados y en los cuales se dará prioridad a la pavimentación de vías terciarias y secundarias, urgentes para la calidad de vida de los campesinos y para unir los valles de Aburrá y San Nicolás. Este propósito está ligado al Plan de Desarrollo de Antioquia, el cual se puso como meta la pavimentación de 1.000 km de vías terciarias en un departamento donde, de 12.000 km de estas vías, había solo 90 km pavimentados cuando se inició la actual administración. ¿Cómo puede un campesino ser competitivo si no hay vías para sacar sus productos? ¿Cómo puede haber equidad en medio del aislamiento?
“La idea es que la de Isagén no se convierta en plata de bolsillo y que le quede un símbolo al departamento por esa empresa que se privatizó”, dijo Luis Pérez cuando le aprobaron su carta milagrosa. Eso desde Antioquia. Pero es un compromiso de la prensa nacional y de todo el país que hagamos un inventario de cómo van las 4G prometidas con esta venta. Y qué bueno llegar a saber, con pelos y señales, cuánta plata recibieron los que actuaron como intermediarios o asesores en este negocio. El asunto ha pasado de agache. ¿Por qué?
SONIA GÓMEZ GÓMEZ
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