¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Nuevos nombres de la mentira

Si soy dueño del poder, lo que diga siempre será verdad. Los demás solo tendrán un arma débil.

Sergio Ramírez
Hay una lucha sorda entre verdad y mentira que se libra en la novela y demás obras de ficción, y así mismo en la crónica o el relato periodístico. En la ficción, que cuenta situaciones imaginarias, se miente con toda legitimidad y en el relato de prensa, que describe hechos, la mentira es ilegítima.
Hay un punto intermedio que Truman Capote buscó en lo que llamó real fiction (ficción real), una de las grandes vueltas de tuerca del periodismo moderno, plasmada en su libro 'A sangre fría', en el que narra el asesinato de una familia de granjeros en el estado de Texas, perpetrado por dos muchachos delincuentes que terminan en la silla eléctrica. Capote usa los procedimientos imaginativos propios del relato de ficción para contar los hechos, sin falsearlos. Es lo mismo que hizo García Márquez en su 'Relato de un náufrago', publicado por entregas antes de convertirse en libro. Era toda una hazaña entretener al público con un relato que en manos de cualquier otro hubiera podido resultar monótono, la sobrevivencia de alguien perdido en alta mar, viviendo las mismas ocurrencias día tras día.
El aparato de ficción se alza sobre los relieves del mundo verdadero, sin alterarlos. Es lo que da legitimidad a la mentira. Se investigan los hechos, igual que lo haría un periodista, pero llega un momento en que los caminos se separan, y entre ambos se abre una brecha que adquiere naturaleza ética. Se trata de una mentira inocente. Quien abre las páginas de una novela ya sabe que se trata de una invención, y entra entonces en lo que se llama “la suspensión de la incredulidad”. Comienza a creer que todo es cierto, por obra del arte del novelista.

‘Hechos alternativos’ es uno de los términos de mayor impacto contemporáneo... ¿Un hecho alternativo a qué? La verdad no tiene alternativa, salvo en las novelas.

‘Hechos alternativos’ es uno de los términos de mayor impacto contemporáneo, inventado por la consejera de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, recién pasada la toma de posesión de Trump, en 2017. Su secretario de prensa había afirmado que aquel acto había roto todos los récords de asistencia: pero con solo comparar los datos del número de personas que habían abordado el metro ese día, y el día de la primera investidura de Obama, Trump había tenido mucho menos gente.
Cuando el entrevistador del programa Meet the Press confrontó a la señora Conway diciéndole que aquella era una “falsedad demostrable”, ella respondió que lo que él estaba dando era nada más un “hecho alternativo”. ¿Un hecho alternativo a qué? La verdad no tiene alternativa, salvo en las novelas.
Si soy dueño del poder, lo que diga siempre será verdad. Los demás solo tendrán en sus manos un arma débil, desacreditada, la realidad alternativa. Los hechos sometidos a duda, cuestionados. Todos los diques de la lógica y de la ética se rompen, y las aguas sucias e impetuosas de la mentira lo inundarán todo.
Otro nuevo nombre de la vieja mentira es la ‘posverdad’, un término que ha entrado ya en el Diccionario de la Lengua Española: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. Es un neologismo de antiguas raíces.
La demagogia siempre ha procurado que los hechos objetivos sean sustituidos por las mentiras sustentadas en las emociones y en las creencias en determinados valores, aunque estos sean espurios, como la superioridad de una raza, la infalibilidad de una creencia religiosa... Se trata de que la realidad simple sea ignorada y sustituida por dogmas. “El que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad”, dice el Diccionario Oxford de la posverdad.
Hacer que se ignoren los hechos, sobre todo a la hora de conducir a los rebaños de votantes a las urnas para elegir candidatos fundamentalistas, o movilizar a la gente en las calles contra los inmigrantes retratándolos una y otra vez, en el discurso posverdad, como causantes de males y amenazas. Es la búsqueda del triunfo definitivo de la propaganda sobre la razón.
SERGIO RAMÍREZ
Sergio Ramírez
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción