¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Palos de ciego

Tillerson pide cooperación en asuntos migratorios al tiempo que Trump insiste en su muro.

Quienes pensaron que la visita del secretario de Estado Rex Tillerson a América Latina suavizaría la tensión creada por la actitud hostil y el lenguaje soez de Donald Trump hacia la región se equivocaron.
Obviamente, es mejor tratar con un señor bien educado como Tillerson que con un patán como Trump, pero desde el momento en el que el Secretario de Estado prologó su visita a México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica con un discurso que califica a la Doctrina Monroe como una política “claramente exitosa... y tan relevante hoy como el día en que fue escrita” se apagaron las luces.
“Invocar la Doctrina Monroe de 1823 en 2017 –me dice Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano– muestra poca sensibilidad al bagaje histórico de Estados Unidos en América Latina”. Con la Doctrina Monroe, Estados Unidos no solo intentó impedir la intromisión europea en el hemisferio, sino apropiarse del continente.
‘América para los americanos’, entendido el gentilicio como estadounidenses, afirmaba su auto-otorgado derecho a decidir el destino de un conjunto de países a los que consideraba inferiores. Este es el antecedente de los “países de mierda” de Trump.

Nos esperan años de tensión, porque es muy poco probable que Trump madure en los próximos tres años y que su ego disminuya.

Luego vinieron el ‘Corolario’, de Teddy Roosevelt, y la ‘política del gran garrote’, que declaraban a Estados Unidos ‘policía mundial’ con autoridad para intervenir en los asuntos de cualquier país que, a su juicio, no se comportara de manera civilizada. En la práctica, la combinación de estas dos políticas propiciaron intervenciones militares estadounidenses en toda la región.
El desmedido elogio de Tillerson a la desprestigiada Doctrina Monroe obedece al temor estadounidense de que China y Rusia extiendan sus vínculos económicos en los países de la región. Pero es también el reflejo de una mirada anacrónica en la era de la globalización y una falta de respeto a Latinoamérica.
Otro tropiezo grave de Tillerson fue sugerir que quizá la solución al problema en Venezuela era un golpe militar. “No es de extrañar –me comenta Shifter– que los gobiernos de la región se distanciaran de las observaciones de Tillerson y que el Gobierno venezolano haya intentado sacar ventaja política al unir a los chavistas contra ‘el imperio’ ”.
Sin duda, el desconcierto de Tillerson se debe al éxodo de importantes diplomáticos de carrera desde cuando se inició el gobierno de Trump. De los cinco embajadores de carrera que ocupaban el rango más alto del Departamento de Estado en enero de 2017, solo queda uno.
“Esta atención tardía en América Latina”, me dice el embajador Charles Shapiro, “subraya la importancia de tener embajadores en los países con personal adecuado y un secretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental confirmado. En la diplomacia se atiende la relación día a día con diplomáticos capaces”.
Tillerson pide cooperación en asuntos migratorios al tiempo que Trump insiste en su muro en la frontera sur, llama “países de mierda” a los países del área, amenaza con recortar la inmigración legal de esos países y añora importar inmigrantes blancos de Noruega.
También pide mayor cooperación en comercio, pero, como me comenta Shifter, “los gobiernos de América Latina deben estarse preguntando por qué si tanto preocupa a Estados Unidos la creciente presencia china en la región, Trump renunció al Tratado de Asociación Transpacífico”.
La presencia de Estados Unidos en la región es real, importante y duradera. Tan sustancial que es capaz de resistir los embates de Trump y los dislates de Tillerson.
Nos esperan años de tensión, porque es muy poco probable que Trump madure en los próximos tres años y que su ego disminuya. Mientras tanto, América Latina debe ampliar su relación comercial con otros países y aprender de los chinos su paciencia milenaria.
SERGIO MUÑOZ BATA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción