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Con Mockus, a calzón quitao

Sancionar a Mockus sería un cómico puritanismo, allí no hubo violencia, hubo maltrato a la estética.

No hubo violencia ni se ensució la honra de nadie cuando el filósofo Antanas Mockus decidió mostrar su gastadito, fatigado y pálido ‘culimbo’. La faena mockusiana la han visto millones aquí, y en los noticieros de México, España, China y Japón la siguen mostrando entre risas, aplausos y rechazos. Esa fotojopo en el “templo democrático” opacó todas las noticias por exótica.
La peluquería señorera discutió sobre el ‘culimbo’ del senador. Para los estilistas Tito y Dorian, Mockus quedó fatal porque mostró unas nalguitas pálidas con granitos rojos cuando existen lociones y masajes para tener nalgas bellas y firmes. La jurídica Manuela Uribe la censuró diciendo: “Fue una estrambótica protesta, un infantilismo, casi una payasada”. A eso le respondieron: “No exagere, no hubo payasada, fue una salida exótica al estilo Mockus, donde a nadie maltrató en su honra”.
Como me exigieron opinar, dije que sancionar a Mockus sería un cómico puritanismo, allí no hubo violencia ni matoneo, hubo un maltrato a la estética porque el respetable ‘culimbo’ del filósofo está gastadito y cero coquetón para mostrárselo al país. Ahí saltó la cartagenera Paola Lozano: “No joddda…, qué jopo tan picao tiene Mockus; sus nalguitas tienen salpullido, que se unte crema humectante, las J-7 de Paola Turbay son buenísimas”. Las señoras de la peluquería temen que ese folclórico ‘nalga-show’ se vuelva moda en los colegios. Mi pareja, Lulita Arango, me alertó: si mi nieto Emiliano, burlonamente, me muestra las nalgas, fijo se gana un coscorrón. Punto.

La faena mockusiana la han visto millones aquí, y en los noticieros de México, España, China y Japón la siguen mostrando entre risas, aplausos y rechazos.

Y pasemos al fiestón, a la posesión presidencial. Mil invitados, pero hay 77 parejas que, sintiéndose casi invitadas, compraron zapatos, cartera, abrigo y un pomposo vestido, pero aún no han recibido la invitación y tienen susto-pánico al marido que pagó.
Frescura, si no les llega, tranquilas, la ven gratis por televisión; y como habrá frío y lluvia, se salvan de la pulmonía.
Comentario de una amiga en la peluquería: “Yo sí esperaba que Iván y Juliana me invitaran, pero me dejaron viendo un chispero”. La consolé diciéndole que los cupos eran pocos; que la democracia es generosa, que lo digan los Ñoños & cía., que con los impuestos de ustedes se dieron 87 banquetes millonarios con los contratos del Sena, Fonade, Imprenta Nacional y otros, como el de Odebrecht, que dejó un saborcito a “traición a la patria”.
Ante esos saqueos, lo de Mockus fue una pilatuna exótica.
PONCHO RENTERÍA
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