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¡Ojo con las mayorías acomodaticias!

Están buscando la manera de ponerles una trampa a las mayorías de participación popular.

MARÍA ISABEL RUEDA
Humberto de la Calle fue uno de los muchos padres de la Constitución del 91. Ministro de Gobierno y gestor de sus reformas, él mismo defendió, bajo la filosofía de una ‘Constitución para la paz’, el tránsito de la democracia representativa a la participativa. Es decir, que el pueblo tuviera variadas instancias de participación que garantizaran que, en adelante, los colombianos no veríamos pasar a la democracia como en un cortejo, sino que formaríamos parte de él. Coherente con la Constitución del 91, el presidente Santos nos prometió a los colombianos que refrendaríamos los acuerdos de La Habana. Pero, ¡oh sorpresa!, 24 años después, para De la Calle los mecanismos de participación que impulsó ya no nos convienen. Le resultaron demasiado exigentes a nuestra democracia.
El Plebiscito no le sirve, porque exige la aprobación de la mayoría del censo electoral. Y el Referendo, tampoco, porque solo es válido con la participación mínima de al menos una cuarta parte (el 25 %) del censo electoral, y la aprobación de lo consultado de por lo menos la mitad más uno de los participantes.
Y mientras el Plebiscito admite preguntas generales para que el Gobierno reciba una especie de cheque en blanco sobre lo que resuelva acordar con las Farc, el referendo requiere preguntas puntuales sobre normas en construcción. Es decir que solo las cuestiones formuladas por el Congreso en la ley de la convocatoria podrán ser sometidas a referendo. Mejor dicho, el presidente Santos y sus negociadores están metidos en camisa de once varas. La democracia se les volvió demasiado estricta para sus designios.
Por eso andan intentando ponerles una trampa a las mayorías de participación popular. De la Calle, esta semana, en un foro en la Universidad del Rosario, anunció tan campante que “habrá un nuevo mecanismo para refrendar la paz”. Uno diseñado por este Gobierno a su medida, que exija menos cantidad de participación ciudadana, y que no tenga como requisito una aprobación detallada de los acuerdos de La Habana. Lo cual en el fondo es un reconocimiento tácito de que lo que este gobierno no pudo imponer con su liderazgo, por los mecanismos de persuasión, como son las bondades de la paz, nos lo impondrá mediante la maniobra de ablandar las mayorías que exige nuestra democracia, de manera que los designios del Gobierno sean impuestos a través de unas minorías disimuladas.
¿Qué están proponiendo? Que el Congreso acorte los trámites y los tiempos exigidos para las reformas constitucionales y legislativas, y por este atajo se tramite el nuevo mecanismo de refrendación de los acuerdos de La Habana. El modelo más cercano será el propuesto por el senador Roy Barreras, en el cual lo consultado se aprobará sencillamente con las mayorías de los que voten. Pero como puede ser realmente una participación muy pobre, Roy se quiere curar en salud –al fin y al cabo él es médico–, introduciendo el voto obligatorio, so pena de multa, eventualidad que también será sometida a una aprobación exprés en el Congreso.
Pero si lo que las Farc quieren es seguridad jurídica, esta es la ruta menos apropiada para conseguirla. Mientras más se ablanden los trámites legislativos, y menos mayorías se exijan para los mecanismos de participación ciudadana que avalarán los acuerdos de La Habana, menos legitimidad tendrán y más vulnerables serán a que mañana, cuando el péndulo de la política nos monte en Colombia un gobierno ideológicamente diferente al actual, con este precedente todo pueda revertirse, porque habrá quedado demostrado lo sencillo que es cambiar en Colombia las mayorías por minorías, mediante triquiñuelas que fácilmente diluirán los trámites legislativos para romper todos los seguros de la Constitución.
Ojo, doctor De la Calle. Usted menos que nadie se puede permitir el lujo de que la Corte Constitucional sentencie que con todos esos atajos se está suplantando su modelo de la Constitución. Tampoco, que con un acto acomodaticio de las mayorías, patrocinado por usted, se puedan burlar las condiciones de nuestra democracia participativa. La misma que, a buena hora, ayudó a diseñar.
Entre tanto… Alcalde Peñalosa: exíjale a Petro recibo de todo lo que le vaya a entregar, para que luego no se lleve sorpresas.
MARÍA ISABEL RUEDA
MARÍA ISABEL RUEDA
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