¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

Montonera

Contribuiría a una solución que los del Sí les hagan contrapeso a los del Centro Democrático.

RUDOLF HOMMES
Existen varios desequilibrios entre los partidarios del Sí y los del No. Los primeros quieren que se apruebe el acuerdo original o el acuerdo reformado tan pronto como sea posible, y se proceda a consolidar la paz. Esto los ha puesto en desventaja frente a los del No, que dicen que quieren la paz, pero entre los cuales hay muchos que preferirían que se embolate. Lo que es interesante, pero que no contribuye a un desenlace negociado, es que para Álvaro Uribe y los cuadros directivos del Centro Democrático la situación es ideal. Si se llega a un acuerdo salen oliendo a rosas; y si no sucede esto, se fortalece su situación política porque derrotan al Gobierno, y es posible que esto sea lo que más les convenga. Las dos vertientes no tienen sus intereses alineados y las opciones que tienen no son equivalentes ni tienen los mismos grados de libertad.
El riesgo de que se deshaga el acuerdo es del Gobierno y de los del Sí. Pero no del Centro Democrático, a menos que hubiera una censura o un rechazo social de parte de una porción importante de los que votaron por el No pero quieren la paz. Como el liderazgo y la vocería los ejercen los del Centro Democrático, no es probable que esto suceda. El Gobierno, individualmente o de acuerdo con las Farc, debe considerar opciones distintas al consenso para seguir adelante sin contar con Uribe y sus colaboradores. Esto no es fácil ni exento de riesgos, pero puede ser necesario para evitar que se esfume la posibilidad de hacer la paz si para la oposición resulta más atractivo derrotar al Gobierno que llegar a un compromiso.
El intento de Uribe de hablar directamente con las Farc iba en esa dirección, lo mismo que la invitación a una negociación tripartita y la oferta de cooperar siempre y cuando se llegue a un gran acuerdo nacional, que no era nada distinto a continuar como estamos, pero otorgándoles la oportunidad de imponer reglas.
Las Farc no se dejaron seducir por esa invitación y percibieron la intención de dilatar. Tomaron la decisión de hablar exclusivamente con el Gobierno. Ellos dos ya llegaron a un acuerdo, y lo que les conviene es presionar conjuntamente a los del No a aceptar un compromiso que no va a surgir si no existe una clara determinación de seguir adelante sin ellos. Esto posiblemente requiera que la Corte Constitucional le lance un salvavidas al proceso concibiendo una salida legal que no exija que se tenga que ceder a todas las pretensiones del No. El esquema de “todo o nada” condena el proceso al fracaso.
Otro aspecto que contribuiría a una solución es que los partidarios del Sí se organicen y que surjan un liderazgo y una vocería que les hagan contrapeso a los del Centro Democrático. Ellos están perfectamente coordinados. Lo que dice Uribe lo repiten con las mismas u otras palabras Iván Duque, Zuluaga, hasta Pacho Santos, y aparece en los documentos gremiales que piden un consenso nacional. Los del Sí, por el contrario, son una montonera. No tienen un discurso coherente. Muchos de ellos creen que exigiendo un consenso se aproximan a una solución, cuando lo que se requiere es un compromiso. No tienen voceros reconocidos ni líderes que le hagan eco al Presidente, que inicialmente no parecía tener conciencia de que cuenta con numeroso y decidido apoyo.
Si el proceso sale adelante, le va a deber mucho al movimiento estudiantil que llenó de luz y de esperanza la plaza de Bolívar y ha continuado ejerciendo presión, como también lo hacen ahora las víctimas y otras organizaciones a favor de la paz, para que se tomen decisiones audaces y se avance con mayor rapidez y firmeza.
RUDOLF HOMMES
RUDOLF HOMMES
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO