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Mensaje a San Pedro

De por Dios, San Pedro, abra la llave. Deje caer sobre este país unos aguaceros seguidos.

Luis Noé Ochoa
Querido San Pedro: Juan, no Santos, sino san Juan el galileo, que vive por los lados de Cafamnaúm, me dio su correo electrónico: sampedro@llavesdelcielo.ci, y por ello le envío, en nombre de millones de recalentados y desesperados colombianos, este mensaje.
Imagino que sus múltiples ocupaciones últimamente no le han dejado tiempo para mirar hacia este país del Sagrado Corazón, que era potencia mundial en agua hace apenas unos diez años. Teníamos 737.000 cuerpos de agua, pero hoy no tenemos ni para lavarnos el cuerpo. El Gobierno nos pide que nos bañemos de a dos o tres, en un dos por tres.
Estamos ya con 128 municipios en racionamiento, entre ellos Cali, capital del Valle. El río Magdalena –así llamado en honor a María Magdalena, a quien Jesús sacó siete demonios y el chikunguña–, declarado en alerta roja, ha tenido niveles de 44 centímetros frente a Honda y de 32 en Barrancabermeja. Y en cuanto al Cauca, tiene más profundidad la orinada de un gato.
Se lo juro por Dios. Perdón, es que parece increíble. Ya sé, dirá usted que quién nos manda haber deforestado entre 1990 y el 2010 más de 310.000 hectáreas por año de bosque en la Amazonia y la región Andina, y en el 2013 barrimos a punta de motosierra otras 140.000, y en el 2014, 120.000. Así, ¿qué esperamos?
Por nuestra culpa estamos mal. No hay control, ni cuidado serio de las aguas. Y por el calentamiento global, causado por la humanidad industrial que no ha sabido cuidar este planeta, tenemos un Niño que no deja llover. La sequía es ya ruina en el campo, carestía. Los alimentos están por las nubes. No, mentiras, porque no hay nubes. Pero están intocables, como las amantes, pues, así uno sienta el calentamiento global, hay que aplazar el gustico o usar preservativos.
El Ministro de Salud... No, mentiras, porque tampoco hay salud, pide que las mujeres no se embaracen hasta después de julio, porque con el verano se activaron los mosquitos que lo pican a uno en el anofeles, o donde tenga descubierto, y producen zika, una enfermedad que puede causar microcefalia. Usted sabe, querido San Pedro, que es el cruel mal de cerebro pequeño, como el de los que talan bosques, o el de los que piden más guerra, o el de los que manejan algunas EPS.
Porque entre las prohibiciones también va a estar no enfermarse. No atienden a la gente, la dejan morir en urgencias o en la calle. Le recomiendo a la señora Rubiela Chivará, víctima del mosquito de la indolencia, a quien después de 7 meses de un carameleo miserable en la EPS Cruz Blanca para una operación, se la aplazaron dos veces, hasta porque no había ascensor, y le dio un infarto y murió en el andén.
Por favor, asígnele un sitio a la diestra de Dios para que ella le pueda contar del calvario que vivió, a ver si Él –porque los hombres no son capaces– arregla el sistema de salud en Colombia.
Vuelvo a lo del verano. Este año no habrá subienda. No me refiero a que no se haga el amor, sino a que sin agua no hay pescado. Y usted, que fue pescador, sabe lo que es echar la red y no coger nicuro... ni bocachico, ni un cangrejo, si no es por la ayuda de Jesús, que haga un milagro. Aquí, unas 2.000 familias de pescadores aguantan hambre.
En esto del clima casi nadie tiene ni ‘ideam’, y no sabemos cuándo se irá el Niño. Por eso, de por Dios, San Pedro, abra la llave. Deje caer sobre este país unos aguaceros seguidos, pues, como vamos, se viene Semana Santa y no habrá ni para el lavatorio de los pies, y qué pena con Nuestro Señor. Además, no se podrá celebrar Pentecostés, pues no habrá alimentos del campo, o estarán pentecostosos. Eso sí, no mucha, que nos inundamos. Dios le pague.
Luis Noé Ochoa
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
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