¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Lo cursi

El delito de lo cursi está en lo pretencioso que es. Tal vez la manera de conjurarlo sea reconocerlo

Los colombianos somos un pueblo terriblemente cursi, de otra manera aquí no tendrían éxito las telenovelas, las baladas, los caudillos, los reinados ni los discursos políticos. La cursilería sería entonces una especie de pecado contra la verdad y el equilibrio propios del arte y la belleza, partiendo de que lo cursi es necesariamente postizo.
Cuando una sociedad no ha traspasado el nivel estético de la cursilería, esta se manifiesta en todas las expresiones de la gente; formas de hablar, de comportarse, de vestirse o de pensarse a sí misma, siendo las artes las que más sufren, pues son las embajadoras de lo que pasa culturalmente con esa sociedad. Si ella es cursi, vibrará con estilos artísticos que también lo serán precisamente por su altiva pretensión de tener el rango de las obras de arte.
¿Qué es cursi? Entre muchos ejemplos, podría ser la impostación de una emoción o de una intención que quiere ser exhibida como genuina, como ocurre en las malas escenas dramáticas. La sobreactuación, el subrayar lo obvio, como hacemos a veces los actores creyendo que para decir “te odio” (ya es cursi decirlo) hay que reteñir haciendo cara de odio, o la que creemos que lo representa. 

La solemnidad es, de por sí, cursi porque en su fondo hay arrogancia y un tomarse en serio aquello de creernos importantes

Son cursis los lugares comunes, las frases aprendidas y efectistas supuestamente bellas y los sentidos poemas que en un peligroso rapto de inspiración les hacemos a nuestras madres y a la tierra en que nacimos. Es cursi la aparatosidad de los himnos, de los homenajes, la gravedad de los sujetos del poder con su tono profético y también, la solemnidad de los compositores de canciones que, arriesgando como suicidas su capital poético, escriben sobre temas irredimibles como la menstruación (busquen 'De vez en mes', de Arjona), la masturbación o el pene (de Romeo Santos y Julio Iglesias), esta última titulada 'El amigo', sin duda uno de los más brutales monumentos a lo cursi.
La solemnidad es, de por sí, cursi porque en su fondo hay arrogancia y un tomarse en serio aquello de creernos importantes. Lo cursi también está en la falsa apariencia de calidad, como les pasa a los que hablan o escriben con un estilo engolado cuando el mensaje es pobre y quieren sonar inteligentes.
El delito de lo cursi está en lo pretencioso que es, y tal vez la mejor manera de conjurarlo sea reconocerlo, como hace el arte kitsch, que, retando el buen gusto, parece decirle “sí, soy cursi, y qué”.
MARGARITA ROSA DE FRANCISCO
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción