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Candidatos presidenciales, al banquillo ambiental

Los candidatos a la presidencia deberían tener claro que el deterioro ambiental es creciente.

Los candidatos a la presidencia y los candidatos al Senado y a la Cámara deberían tener claro que en nuestro país el deterioro ambiental es creciente, y en algunas regiones grave, y que está poniendo en riesgo las bases mismas de su desarrollo económico y social. Así se establece en el documento que fue enviado a seis candidatos presidenciales –De la Calle, Duque, Fajardo, Petro, Ramírez y Vargas Lleras–, invitados al foro público ‘¿Cómo responder a los retos ambientales y del desarrollo sostenible en Colombia?’, que –convocado por el Foro Nacional Ambiental (FNA), Caracol TV, ‘El Espectador’, Fescol y la facultad de Administración de la Universidad de los Andes– tendrá lugar en este centro académico el próximo martes 23 de enero.
En documento enviado a los candidatos, y elaborado por Julio Carrizosa, miembro del Comité Académico del FNA, se subraya que hoy tenemos suficiente conocimiento “acerca de la magnitud de la erosión, la compactación y la urbanización de los mejores suelos del país, así como de la extrema contaminación química y orgánica de las corrientes de agua en las cordilleras, los valles interandinos y la llanura del Caribe y la deforestación anual que ha llevado casi a la desaparición total del bosque seco tropical y del bosque andino”.
Este grave deterioro no solo continúa sin pausa en estas regiones de la cuenca Magdalena-Cauca y del Caribe, en donde habita más del ochenta por ciento de la población, sino que se está acelerando en regiones que hasta hace pocos años mostraban un estado de relativa conservación, como la Amazonia, la cuenca del Pacífico y la Orinoquia. Así lo muestra el mapa de los ecosistemas de Colombia 2017, que comprueba, según lo enfatiza Carrizosa, que “en los dos últimos años se han transformado, como resultado de diversos eventos, más de un millón cuatrocientas mil hectáreas de nuestro territorio, entre ellas bosques tropicales deforestados, humedales desecados, suelos agrícolas erosionados, compactados, contaminados o urbanizados”. Se trata del mayor deterioro y destrucción ambiental de la historia del país en tiempo tan breve.
Precisamente en el norte de la Amazonia, como se ha denunciado en este diario, se está perpetrando una masiva deforestación para la apertura de tierras para la ganadería, en un país que las tiene en exceso, con lo que está desapareciendo una selva con un valor ecológico único, puesto que comunica el parque nacional de Chiribiquete, el de más extensión del país, con la serranía de la Macarena.
Se trata de un ecocidio, como también lo es el que la minería ilegal está perpetrando en diversas regiones al arrasar con bosques ribereños, cauces de los ríos y humedales y dejar una de las mayores contaminaciones de mercurio, en aguas y suelos, de que se tenga noticia en el mundo.
En el documento que enviamos a los candidatos se puntualiza también que en otro estudio del Ideam se clasifica a Colombia como el tercer país más vulnerable al cambio climático, a lo cual se agregan los impactos económicos y sociales que ya se han registrado debido a la intensificación de los fenómenos del Niño y la Niña. Este clima cambiante profundiza aún más la vulnerabilidad ambiental del territorio, en parte natural y en parte causada por la acción humana, y constituye una especie de notificación al país sobre las dificultades mayores y, en mucho, inciertas que va a encontrar para su necesario crecimiento económico.
A su vez, las ciudades, también afectadas por estos factores, enfrentan cada vez más problemas y amenazas ambientales generadas desde su interior, como son su caótico crecimiento y la contaminación del aire, las aguas y los suelos. Pero la política ambiental urbana parece tener solo dolientes a medias, tanto en la dirigencia local como en la nacional. Escuchemos a los candidatos a la presidencia el próximo martes 23.
MANUEL RODRÍGUEZ BECERRA
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