¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Todavía hay tiempo

“Los malos gobernantes son elegidos por los buenos ciudadanos que no votan”.

¿Dónde está el expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal? ¿Dónde están las masas liberales que el 11 de marzo, con 1’800.000 votos, eligieron a 49 congresistas? ¿Y dónde están los 14 senadores y los 35 representantes liberales elegidos el 11 de marzo? La escasa, la muy lánguida participación de todos ellos: el director, los congresistas, los ciudadanos del montón, en la campaña del candidato liberal Humberto de la Calle ha significado, nada más y nada menos que por esa falta de compromiso del liberalismo en general con su candidato —un colombiano de primera categoría, culto, inteligente, preparado, con una hoja de vida llena de servicios prestados al país y a sus habitantes—, que a él no le haya ido nada bien en las encuestas.
Pero si ese candidato del Partido Liberal a la presidencia de la República ha logrado ocupar el quinto puesto, en una lista de siete participantes, como aparece en las encuestas, esto se debe al apoyo que ha recibido de su antiguo contendor, el exsenador y excandidato presidencial Juan Fernando Cristo, y del grupo de sus amigos. Mejor dicho: lo que realmente ha quedado muy claro en esta campaña electoral es que el gran Partido Liberal ha hecho muy poco, o casi nada, en favor de la candidatura de Humberto de la Calle.
A pesar de que no faltan sino cuatro semanas para el 27 de mayo, día en que los colombianos votarán por su candidato en una primera vuelta electoral, todavía hay tiempo para arreglar los errores, las fallas, o las embarradas, y para que cambien las cosas que van mal. Porque la política es dinámica y porque parece que los jóvenes, esa inmensa mayoría de colombianos, están demostrando que tienen la intención de hacerse sentir y de ocupar en el país el espacio que les corresponde. Y si de verdad esos millones de jóvenes que no han votado nunca —unos por pereza, otros porque no les interesa, otros porque la política y los políticos les repugnan— tienen ahora la intención de votar, el revolcón el 27 de mayo sería de película. Pero habrá que ver cuánto va del dicho al hecho. Y todavía falta saber qué piensan hacer los millones de jóvenes que están estrenando cédula de ciudadanía.

Lo que realmente ha quedado muy claro en esta campaña electoral es que el gran Partido Liberal ha hecho muy poco, o casi nada, en favor de la candidatura de Humberto de la Calle.

Como se supone que Colombia es una democracia, y democracia es, según el diccionario, “un régimen político en el cual el pueblo ejerce la soberanía por sí mismo, sin mediación de un órgano representativo (democracia directa), o por representantes intermediarios (democracia representativa)”, es obvio que el voto es el primer recurso que tiene el ciudadano que quiere ejercer su soberanía. Sin embargo, en la democracia colombiana la mayoría del pueblo no vota.
Según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en la actualidad, es decir, en 2018, en Colombia hay 36’024.667 ciudadanos habilitados para votar. Pero en las elecciones del pasado 11 de marzo solo votaron un poco más del 55 por ciento de ellos. Lo sorprendente es que esta última votación se ha considerado una gran cosa, comparada con todas las votaciones anteriores. Por ejemplo, y el dato es de la Registraduría, en las 15 elecciones que hubo en Colombia durante los años del conflicto armado, las votaciones no pasaron del 46 por ciento.
Si de verdad Colombia es una democracia y el voto es el primer recurso que tiene el ciudadano para ejercer su soberanía, en esta coyuntura, como dicen los economistas, y contando con un abanico de siete presidenciables, el momento ha llegado para que voten las mayorías. Sobre todo, esa inmensa masa que milita en el centro tiene que hacerse sentir. No todo puede ser la extrema derecha o la extrema izquierda. El justo medio debe abrirse camino. Y hay que acabar con el estribillo que se repite antes de todas las elecciones: “Los malos gobernantes son elegidos por los buenos ciudadanos que no votan”. Entonces, la consigna debe ser salir a votar. Recordando a propósito lo que escribió el poeta español Antonio Machado: “Hoy es siempre todavía”.
LUCY NIETO DE SAMPER
lucynietods@gmail.com
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción