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¿Fuego amigo?

‘¡Pobre Duque!’, dicen algunos. ‘Le va a tocar difícil hasta con su partido’. ¿Será que sí?

¿Una estrategia política? ¿Un enfrentamiento entre hermanos uribistas? Apenas ha pasado una semana desde que arrancó el gobierno de Iván Duque, y, más que enterarnos de sus primeras actuaciones como mandatario, así como de su visita a San Andrés, su paso por Tumaco o su primer taller Construyendo País, terminamos haciendo cábalas sobre si los ataques que está recibiendo desde el Centro Democrático son parte de una movida inteligente para alivianarle la carga al novísimo presidente o si en realidad hay un ala del partido que quiere amargar el arranque del cuatrienio duquista.
Si es lo segundo, no deja de sorprender el disparatado alcance de este fuego amigo que surge desde poderosas orillas del Centro Democrático. Por un lado, la senadora María del Rosario Guerra sale a descalificar al recién nombrado viceministro de Vivienda, Víctor Saavedra, dizque porque fue el “responsable de las cartillas de ideología de género” que generaron un sacrosanto escándalo hace un par de años. Si nos remitimos a lo esencial, ¿es realmente grave tener una visión distinta sobre la educación sexual que la que profesa la senadora Guerra? ¿Descalifica a una persona el considerar que es saludable para un país que el Estado se comprometa en una política educativa que no promueva la segregación? ¿Respaldar a la comunidad LGBT le resta valor a la experiencia profesional de una persona? ¿Un viceministro podría impregnar una casa con ideología gay?
Pero va la otra disonancia entre Duque y su partido: la consulta anticorrupción. Y aquí no fue una voz cualquiera del Centro Democrático la que se alzó contra la consulta. El mismísimo faro y guía del partido, el ‘presidente eterno’, Álvaro Uribe, fue quien enfiló la artillería en contra de la votación, que ya está a menos de un par de semanas. No obstante la celebración de Uribe con su “menos mal no mencionó la consulta anticorrupción”, haciendo referencia al discurso inaugural del presidente Duque, este último reiteró, al día siguiente de que se le impuso la banda presidencial, su respaldo a la iniciativa, que recogió más de 4 millones de firmas el año pasado.

¿No será que el escenario de conflicto interno (tanto en el país como en el Centro Democrático) es mucho más conveniente para mantener a Colombia hipnotizada con esa perfecta sinfonía?

¿Qué espera el ‘presidente eterno’? ¿Desincentivar la votación de la consulta para luego decir que se perdieron 350.000 millones de pesos por culpa de Claudia López? ¿No sería mejor invitar a votar para que la plata no se desperdicie y los colombianos decidan en franca lid y no llevados por el capricho del expresidente?
“¡Pobre Duque!”, dicen algunos. “Le va a tocar difícil hasta con su partido”, puntualizan otros. ¿Será que sí?
Díganme paranoico, ¿pero no estaremos más bien al frente de una sorprendente sinfonía del Centro Democrático en la que un discreto compositor y director de orquesta va acompasando las cuerdas, los vientos y la percusión para que el público se sorprenda con la interpretación de una pieza en la que unos y otros se responden con maestría, generando tensiones y expectativas que al final solo sirven para que se luzca ese (no tan) discreto compositor de la alta política?
¿No será que el escenario de conflicto interno (tanto en el país como en el Centro Democrático) es mucho más conveniente para mantener a Colombia hipnotizada con la melodía de esa perfecta sinfonía del inefable compositor? ¿No se dará cuenta el presidente Duque de que quedar atrapado en esa sinfonía lo condena a ser el ‘pobrecito presidente’ por los próximos cuatro años?
Presidente Duque, ya tiene la investidura. Ya está despachando desde la Casa de Nariño. Ya es el que manda. Usted ya no es la viola, el fagot, el violín o el corno. Usted es el director. Dirija la orquesta y no se deje manosear la partitura, así llegue el mismísimo Beethoven a decirle que él lo hace mejor.
* * * *
#PreguntaSuelta: ¿no es un sino trágico que el gobierno Santos haya empezado con emergencia por lluvias y ahora pase lo mismo con Duque?
JUAN PABLO CALVÁS
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