¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Asimetrías peligrosas

La asimetría en las capacidades bélicas, tácticas y estratégicas no es sostenible en el tiempo.

Hace sesenta años, exactamente el 4 de octubre, la Unión Soviética cogió a los Estados Unidos con los pantalones abajo. Ese día se lanzó el Sputnik 1, el primer satélite capaz de transmitir impulsos radiales a la Tierra. Los rusos habían logrado colocar en órbita un aparato capaz de enviar y recibir señales.
Los soviéticos hicieron un satélite pequeño pero extremadamente reflectivo, para que cada noche todo el que quisiera lo pudiera ver pasando por encima de sus cabezas. Era una mezcla de ciencia y propaganda. El espacio se volvió la nueva frontera de la Guerra Fría. Después vinieron la perrita Laika, también rusa, solo un mes después del Sputnik 1, y el primer viaje humano al espacio, a cargo de Yuri Gagarin, también hijo de la Revolución de Octubre.
El reconocido programa espacial de Estados Unidos fue una reacción tardía al liderazgo que tenían los soviéticos. La arraigada convicción de la supremacía geopolítica de los estadounidenses quedó desbaratada por la rápida capacidad de los rusos de contrarrestar construyendo bombas nucleares y liderando la toma de la frontera espacial como campo de batalla. Eso obligó al presidente Kennedy –‘ad portas’ de otro fracaso estratégico como la invasión de bahía Cochinos– a ofrecer una respuesta retórica. Sin tener en su momento los medios, les propuso a los gringos la meta de llevar a un hombre a la Luna en los siguientes diez años. Y lo lograron.
Todo este berenjenal es la mejor demostración de que las leyes de la guerra son inexorables. La asimetría en las capacidades bélicas, tácticas y estratégicas no es sostenible en el tiempo. De hecho, cada bando buscará la manera de contrarrestar, a su manera, esa asimetría. Por ejemplo, los chalecos bomba, que, con toda su monstruosidad, no son más que usar personas para desplegar y activar ataques ante la ausencia de medios técnicos para lograr el mismo objetivo. Los aviones que derribaron las Torres Gemelas son una cruda y maléfica versión de los misiles de crucero.
Paradójicamente, las ocasionales brechas en las que se produce una asimetría en las capacidades de los contendores –asimetrías que nunca duran demasiado– son una oportunidad. El saber aprovecharlas para lograr la victoria o la paz es la virtud de un verdadero hombre de Estado, de un verdadero estratega. En el terreno criollo, el Plan Colombia creó una asimetría lo suficientemente rápida y sostenible que llevó a las Farc a la convicción de que esa brecha –por más que trataron– no se podía cerrar antes de que los aniquilara el Estado. Por eso, la paz es la victoria.
Hoy existen asimetrías peligrosas para el mundo y para Colombia. Por ejemplo, las capacidades disuasivas de nuestro país son obsoletas frente al que se perfila como el más peligroso enemigo estratégico, Venezuela. La brecha asimétrica con el país vecino es una amenaza, y toca cerrarla ya si queremos estar tranquilos en materia de seguridad nacional. Algo en lo cual pocos colombianos piensan.
Corea del Norte ya logró cerrar la brecha estratégica que tenía con su peor enemigo, Estados Unidos. Kim Jung-un tiene las capacidades de ejercer la doctrina MAD, que, muy apropiadamente, en inglés quiere decir “loco” y también, ‘mutually assured destruction’ –es decir, garantía de absoluta destrucción mutua–, por lo que las bravuconadas de Trump sí podrían llevar a que se desconozca la simetría existente que ya alcanzó ese bárbaro norcoreano. Toca contenerlo porque ya no es posible destruirlo. Cuando las brechas asimétricas no existen, no queda sino la diplomacia.
Dictum. Hay momentos en la vida en que el amor comanda. El amor, como la paz, también puede ser la victoria.
GABRIEL SILVA LUJÁN
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción