¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

El juego del avestruz

El territorio marítimo de Colombia no está definido. Resulta necesario hacerlo de una vez por todas.

Laura Gil
Un país con diferendos fronterizos necesita una política de límites. Colombia no la tiene.
Al tímido llamado a la sensatez de Colombia, el gobierno de Nicolás Maduro contestó con la retórica acostumbrada. Dicen que no hay mejor defensa que un buen ataque, y a tan inamistoso recurso acudió el vecino país.
“Venezuela llama la atención sobre el tenor de las declaraciones del Gobierno de Colombia, en donde se escandalizan y exageran los chantajes y mentiras mediáticas en sustitución de válidos canales diplomáticos y de diálogo debido entre países de buena vecindad”, se afirmó desde Caracas. Ni una palabra contuvo el comunicado sobre el decreto controvertido por Colombia.
Venezuela expresó interés en la organización de una sesión de la Comisión Binacional de Alto Nivel. Sí dejó la puerta abierta a la negociación, pero, tal como vamos, será en términos venezolanos. La vía del diálogo directo siempre estuvo disponible; Colombia eligió abandonarla y obligarse al silencio. Una vez más, Colombia está a la defensiva en materia limítrofe.
El 26 de mayo del 2015, Venezuela, ignorando las disputas con Colombia y Guyana, se arrogó facultades para defender como territorio propio espacios que no le pertenecen, es decir, para ejercer soberanía sobre ellos. Para “alcanzar la mayor integridad en las operaciones militares del nuevo sistema defensivo territorial”, se inventó las zonas operativas de defensa integral marítimas e insulares, una figura desconocida para el derecho internacional.
El Gobierno de Guyana rechazó el acto administrativo con firmeza, tildándolo de amenaza a la paz y seguridad regionales, emprendió una campaña de denuncia en el Caricom, consiguió el apoyo del Reino Unido, mantuvo contactos con el Secretario General de Naciones Unidas y logró una modificación del decreto en su beneficio.
Venezuela se vio obligada a controlar daños y, el 8 de junio, diez días antes de que Colombia siquiera objetara, el decreto fue republicado con dos adiciones, un reconocimiento general de la existencia de regiones pendientes de delimitación y una referencia específica a la controversia con Guyana.
Casi tres semanas necesitó Colombia para formular una objeción. En menos, Guyana consiguió mucho más. Aun si se reconoce que la instrumentalización de la cuestión colombiana con fines domésticos se cruza con el problema limítrofe, la gestión de Bogotá se destaca por tardía e infructífera.
Una política limítrofe requiere coherencia, sentido de Estado y visión de largo plazo. Julio Londoño lo tenía claro; las nuevas generaciones no. Con el derecho internacional no se juega.
En el 2013, Colombia hizo gala de creatividad con la “zona contigua integral”, un concepto inédito hasta entonces. En contra de la letra y el espíritu del fallo de la Corte Internacional de Justicia, Colombia reunificó en papel las aguas del archipiélago de San Andrés.
Con documento en mano, Nicaragua demandó a Colombia por desacato de la sentencia. ¿Cómo podrá Colombia defender la unilateralidad de su acción mientras critica la medida venezolana? La defensa de los intereses nacionales ante Venezuela entra en colisión con la respuesta ante Nicaragua.
Los problemas no desaparecerán si los ignoramos. El territorio marítimo de Colombia no está definido, y resulta necesario hacerlo de una vez por todas. Colombia necesita tratados de límites marítimos con Nicaragua y Venezuela.
El juego del avestruz no sirvió y es hora de acabarlo. Llegó el momento de negociar.
Laura Gil
Laura Gil
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO