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Movilidad eléctrica: el futuro es hoy

Que por esta vez estemos listos y no rezagados frente a avances tecnológicos que protegen el planeta

Eduardo Behrentz
La solución al severo problema de contaminación del aire que enfrentan muchas ciudades viene en camino. La incapacidad de los gobiernos locales en esta materia, en especial en países en vías de desarrollo, será compensada por el avance tecnológico que ocurre en otras latitudes. Me refiero al vehículo eléctrico (conocido como ‘cero emisiones’), cuya masificación vendrá acompañada de la desaparición gradual del automotor de combustión interna. Eliminando estos últimos, cuyos gases de escape respiramos todos, los desafíos asociados con la polución y las enfermedades asociadas a esta serán objeto de los libros de historia. 
Es cierto que existen otras fuentes de contaminación, pero desde la perspectiva de exposición personal a tóxicos del aire, las emisiones vehiculares son, literalmente, el 99 por ciento del problema.
Según el último reporte de perspectivas de Bloomberg New Energy Finance, para el año 2040 más de la mitad de los vehículos nuevos vendidos en el mundo serán eléctricos. Hoy en día, la pregunta no es si el carro (y el bus) eléctrico se convertirá en la forma dominante para el transporte de pasajeros, sino qué tan rápido sucederá. Esto es consecuencia de que varias de las principales marcas de la industria, incluyendo Mercedes Benz y Volvo, han hecho compromisos corporativos de largo plazo para convertirse en los líderes y principales fabricantes de este tipo de automotores. La competencia a tan alto nivel de sofisticación, inversión e innovación es garantía de resultados concretos. Igualmente importante es el progreso en el incremento de la capacidad de las baterías, así como la reducción de sus costos, los cuales han caído 70 por ciento en los últimos cinco años.
La combinación de vehículos más baratos con mayor autonomía y menores costos de operación se configura en un coctel excelso para que las fuerzas de mercado y las preferencias de los usuarios migren naturalmente hacia esta tecnología. Se espera que dicho coctel se encuentre en su punto ideal hacia el año 2025, momento a partir del cual observaremos un crecimiento exponencial a nivel mundial, y en lugares como Estados Unidos, Europa y China no habrá necesidad de más incentivos, subsidios o programas específicos del Estado para fomentar la movilidad eléctrica masiva.

El primer paso es comprometer a las autoridades locales para que garanticen una oferta suficiente de estaciones públicas de carga gratuita que den la inercia inicial al vehículo eléctrico

La cuestión que ahora debe ocupar a nuestros gobernantes es cuáles serán los tiempos para Colombia, por donde actualmente circulan poco menos de 400 carros eléctricos de los cerca de dos millones que hay en el mundo. Si no queremos tardarnos varios lustros de más en recibir los beneficios sociales y ambientales de la nueva realidad de la industria de vehículos, debemos prepararnos para resolver múltiples barreras. De lo contrario, terminaremos convertidos en el destino de tecnologías consideradas obsoletas por el resto de los países (tal como ocurre en la actualidad con la flota diésel que no cuenta con filtros de partículas).
El primer paso es comprometer a las autoridades locales para que garanticen una oferta suficiente de estaciones públicas de carga gratuita que den la inercia inicial al vehículo eléctrico. También hay tareas para el Congreso de la República y los entes regulatorios del sector energético, para que tengamos listos los paquetes normativos que permitan numerosas ‘electrolineras’ en las calles y carreteras del país antes de que su ausencia se configure en talanquera para la introducción de la nueva forma de movernos. Y también hay un trabajo importante para las secretarías de planeación y el gremio de constructores, dirigido a que las unidades de carga que deben instalarse en nuestras residencias no terminen siendo soluciones improvisadas que afecten el entorno urbano o sacrifiquen la eficiencia de tales dispositivos. Estamos a tiempo para prepararnos. Que por esta vez estemos listos y no quedemos rezagados frente a avances tecnológicos que protegen nuestras vidas y el planeta.
EDUARDO BEHRENTZ
Eduardo Behrentz
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