¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

Adiós, rumbera

Esas mujeres 'malas' fueron diseñadas para que hicieran todo lo prohibido a las 'buenas'.

Se llamaba Neé Emelia Pérez Castellanos al nacer en La Habana (Cuba) y quería ser monja misionera, pero más pudieron su amor por el baile y por la actuación.
Decidió llamarse Ninón, como Ninon de Laclos, una cortesana intelectual parisina, coleccionista de amantes. El Sevilla le añadió el sabor de España, un país al que amó, aunque se declarara siempre “católica, apostólica y cubana”. Murió el primer día de este año y con ella, la representación mayor de las famosas rumberas del cine mexicano.
No fue el personaje de la madre abnegada, ni el de la señora que espera al marido en el hogar, ese que encarnaron en el cine Tongolele, María Antonieta Pons, Amalia Aguilar, Meche Barba y Rosa Carmina, lideradas por Ninón Sevilla, sino el de la hermosa mujer que se aleja de la casa y de sus normas para buscar en la calle el dinero que ha de permitirle sobrevivir a ella y a su familia.
La imagen de la sensual cabaretera de anchas caderas, que muestra las piernas al bailar mambo con desenfreno, esa misma que ahora fuma recostada en una columna del bar, esa imagen de Ninón Sevilla en Aventurera es, sin duda, la mejor síntesis del cuerpo y del alma de todas las rumberas.
Que no eran malvadas, sino ‘malas’, creadas para realizar todas las acciones que a las ‘buenas’ les estaban prohibidas.
Cuando Ninón Sevilla llegó a México conoció a los pensadores Alfonso Reyes y José Vasconcelos, quienes le presentaron a la escritora chilena Gabriela Mistral, algunos años después Nobel de Literatura.
Ninón dice haber aprendido mucho de la narradora latinoamericana, sobre todo de su prédica: “Una profesión bien servida es la solución a los males de la sociedad”. La búsqueda de la excelencia, profesional y ética, en cada oficio.
Gabriela Mistral consideraba además que el cine era la mejor herramienta para propagar la educación y ella misma cargaba un proyector y latas de película en sus viajes por todo el territorio mexicano.
En el mundo empezó a crecer una opinión que consideraba al cine dañino para la mente y para la salud. La Mistral se levantó contra ella y pronto alcanzó el cargo de directora del Instituto Cinematográfico Educativo de la Liga de las Naciones (antigua ONU), con sede en Roma, desde donde pudo poner en práctica todas sus convicciones sobre el innegable papel educativo que el cine podría tener.
No solo esa formación y esa actitud de la Mistral marcaron a Ninón Sevilla. También su manera de fumar en público. “Fue la primera mujer que vi haciendo eso y, de una, la imité en el cine”, señaló Ninón.
La cubana no estuvo mucho tiempo sola como artista en Ciudad de México. Fue ella quien se trajo a Dámaso Pérez Prado y a su mambo hasta los escenarios aztecas. Fue ella la que facilitó que la Orquesta América, de su tocayo Ninón Mudéjar, regara su chachachá por México y todo el continente.
Al principio, la crítica local y latinoamericana ignoraron la importancia de las rumberas para el cine, pero, cuando los amigos de Cahiers du Cinema, la magnífica revista de directores tan valiosos como Jean-Luc Godard y François Truffaut la declararon ícono insuperable del cine musical, el mundo entero se hincó de elogios por todos ellos. Roger Vadim había explicado que, en la construcción de la hermosa Brigitte Bardot como símbolo erótico, la referencia primordial había sido Ninón Sevilla. “Cuando ella aparece en cámara, todo a su alrededor se difumina.”
Fue grande.
En octubre de 1968, ante un teatro abarrotado de la Universidad de Yucatán, el cronista Carlos Monsiváis dijo para la posteridad: “No tenemos por qué copiar la iconografía de cultura popular de Andy Warhol. Nosotros tenemos a las rumberas”.
Adiós, Ninón. Música en su tumba.
Heriberto Fiorillo
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO