¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

¿A qué juega Leyva Durán?

Parecería que el ajedrez de Leyva Durán, después de treinta años, le podría funcionar.

Álvaro Leyva Durán es un hombre sin duda inteligente y hábil. Heredero de una estirpe política conservadora con raíces laureanistas, se ha vuelto el hombre detrás del trono de las Farc. De candidato eterno a la presidencia, su trayectoria política fue derivando al papel del enfant terrible de los procesos de paz. A pesar de que en público su nombre poco se menciona, es aceptado entre las altas esferas de los diálogos de La Habana que las Farc no mueven una hoja sin su visto bueno.
No es la primera vez que Leyva Durán aparece en el tema de las negociaciones y los procesos de paz. Cuando el establecimiento conservador le cerró las puertas electorales por sus tendencias iconoclastas, se reinventó como facilitador de la salida negociada del conflicto. Mucho se especula sobre el papel que Leyva Durán jugó en procesos como el de la Uribe y en el fallido del Caguán, comandado por el entonces presidente, Andrés Pastrana.
Ha participado como componedor sirviendo como catalizador en la resolución de situaciones críticas entre el Estado y los grupos terroristas. Mejor dicho, para nadie es un secreto que tras bambalinas siempre aparece la mano de este político conservador, quien cuenta con la simpatía y la confianza del secretariado para la toma de las decisiones más delicadas. También, hay que reconocer, ha sido consultado por candidatos presidenciales, presidentes, expresidentes, negociadores, actores del conflicto y más de un lagarto de esos que tratan de sacarles punta a los procesos de paz. La mesa de La Habana ha sido una bonanza de relevancia para nuestro amigo Leyva Durán.
Por eso cabe preguntarse cuál es la agenda de este personaje, qué busca, qué piensa y qué pretende con su significativa influencia sobre el proceso de La Habana. Sería bueno que el país conociera mejor cuáles son sus ideas y sus aspiraciones. Por ahora lo que se dice es que Álvaro Leyva ha convencido a las Farc de que hacer la paz sin consecuencias objetivas sobre la realidad jurídica e institucional del país es el equivalente a una derrota.
No en vano, el secretariado de las Farc anda insistiendo, in crescendo, que la paz pasa por una asamblea constituyente, idea que plasmó abiertamente Leyva Durán en el artículo en este diario. Esa idea nace de la experiencia que se tuvo con el M-19. La mayoría de la gente cree que la Constitución de 1991 es –en el fondo– un pacto de paz que le permitió a dicho grupo guerrillero justificar la dejación de las armas. Las Farc no se quieren quedar atrás. La historia de Colombia se caracteriza porque el cierre de cada guerra civil trae consigo una constitución debajo del brazo.
En este contexto, no se puede ignorar la propuesta –muy bien recibida por el país– del expresidente César Gaviria en el sentido de que la justicia transicional no sea solo para los de camuflado. Tiene toda la razón al argumentar que la paz debe ser para todos. Sin duda, un proceso constituyente –aun cuando no es la única alternativa– blindaría de manera más contundente las acciones indispensables para implementar esa paz para todos, que ha buscado Juan Manuel Santos, y de la que han hablado Gaviria y Kofi Annan.
Es en ese vértice en donde parecerían converger las distintas posiciones. Incluso la del Centro Democrático, que ha abogado por una constituyente que esperamos no sea solo para buscar la reelección de Álvaro Uribe. Parecería que el ajedrez de Leyva Durán –después de treinta años– le podría funcionar. Ojalá sea así, por él y por el país.
Díctum. Revelar órdenes militares secretas es un delito y raya con la definición de traición a la patria.
Gabriel Silva Luján
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO