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Latinoamérica

Los reclamos de los trabajadores en varios países del mundo

Estados Unidos fue escenario de marchas contra Donald Trump. En otros países marcharon contra sus mandatarios.

Estados Unidos fue escenario de marchas contra Donald Trump. En otros países marcharon contra sus mandatarios.

Foto:Gerardo Mora / EFE

Elecciones, corrupción y violencia, algunos de los temas que reclamaron los manifestantes.

A 131 años de los hechos por los que se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores –una revuelta obrera en Estados Unidos, principalmente en Chicago, que dejó un número indeterminado de muertos–, el Primero de Mayo sigue siendo fecha habitual de concentración de grupos sociales de raíz obrera. Sin embargo, los reclamos sindicales y laborales no son los únicos que emergen durante la jornada.
Así quedó demostrado este lunes, cuando los manifestantes de cada país aprovecharon para poner en la agenda política otros temas de discusión y controversia frente a sus respectivos poderes. Si bien en algunos como México y Argentina los reclamos laborales marcaron la parada, en otros apareció el tema electoral, como en Chile y Francia. Estos fueron algunos de los llamados que hicieron los manifestantes de varios países en el Día del Trabajo.

Venezuela, en medio de la crisis política

Mientras los simpatizantes del oficialismo celebraban la decisión del presidente Nicolás Maduro de aumentar 60 por ciento el salario mínimo mensual, la oposición cumplía un mes de férreas manifestaciones contra el gobierno.
Esto representa uno de los escenarios más atípicos respecto a los roles que suelen jugarse en una jornada del Día del Trabajo. Mientras Maduro anunciaba su convocatoria a una constituyente “decididamente obrera”, sectores de base trabajadora lo acompañaban y vitoreaban. La oposición, sin embargo, con fuertes manifestaciones en Caracas y otras ciudades y un amplio apoyo, se apegó a sus propias consignas y no a las de la conmemoración: elecciones, respeto a la Asamblea Nacional y desarme de los grupos “paramilitares”.
Frente a una situación económica marcada por factores como una escasez de productos básicos y una inflación de tres dígitos, los reclamos de corte económico se salen de ámbitos tradicionales como los sindicatos –muchos de estos simpatizantes del chavismo– y se generalizan en la población venezolana.

Chile, una marcha preelectoral

Con 51 detenidos y 8 policías heridos terminó la marcha de la Central de Trabajadores de Chile, en Santiago. Su presidenta, Bárbara Figueroa, dijo: “Hoy se cierne sobre nuestras cabezas la amenaza real de que la derecha vuelva al gobierno”. Y es que Chile se acerca a una nueva elección presidencial, en noviembre, y el expresidente conservador Sebastián Piñera (2010-2014) lidera los sondeos. Entretanto, la izquierda, cercana a la presidenta Michelle Bachelet, todavía no coincide en un candidato.
Para Figueroa, “el peor escenario para los trabajadores es que vuelva la derecha al gobierno”. El panorama de los trabajadores está marcado por su división frente al gobierno de Bachelet. De hecho, en Santiago se celebraron marchas separadas. Sobre esto, dijo Figueroa que le preocupa “que para algunos sectores lo relevante sea venir a cuestionar la CUT cuando en Chile hay problemas más complejos, como corrupción y candidatos imputados”.

Brasil anti-Temer

El presidente Michel Temer, quien reemplazó a Dilma Rousseff tras su destitución, no logra convencer a los sectores sociales que constituyen la base social del Partido de los Trabajadores, de izquierda. En Sao Paulo, centro económico del país, las principales centrales obreras celebraron actos independientes pero con reivindicaciones en común: rechazo a los proyectos de reforma del sistema de jubilaciones y de flexibilización de los contratos de trabajo. Según las cuentas de los propios sindicatos, las manifestaciones, que se extienden desde el pasado viernes, han sumado entre 35 y 40 millones de trabajadores.
Desde que Temer llegó al gobierno ha implementado sucesivas reformas para tratar de sacar a flote la economía de Brasil que, pese a ser la más grande de América Latina, sufre la mayor recesión de su historia. Un paquete de cambios laborales que hacen trámite en el congreso de ese país, con un nivel de desempleo de 13,7 por ciento, son hoy la manzana de la discordia entre los sindicatos que apoyaron los sucesivos gobiernos de izquierda de Lula Da Silva y Dilma Rousseff y el de Temer. Según este, la reforma ofrece “innumerables ventajas” y “más armonía en las relaciones de trabajo”.

Colombia, marchas marcadas por el proceso de paz

Más allá de sus reclamos sectoriales, los sectores sociales colombianos enmarcaron sus marchas en el momento de implementación de los acuerdos de paz alcanzados con las Farc y, en particular, en los riesgos que el desarme de esta guerrilla ha abierto en las regiones, donde han sido asesinados al menos 14 defensores de derechos humanos en lo corrido del año, según cifras de la ONU, organismos que ha recibido 41 denuncias de este tipo en 2017.
En Colombia, las manifestaciones sindicales han estado atravesadas por el conflicto armado, pues según cifras de la Escuela Nacional Sindical, el país ocupó durante décadas el primer lugar en crímenes contra sindicalistas: más de 2.500 fueron asesinados desde comienzos de los años 1990, principalmente por grupos paramilitares.
Por eso, y frente a los riesgos que corren líderes sociales y defensores de derechos humanos con los vacíos de poder que genera la desmovilización de las Farc, los trabajadores colombianos reclamaron acciones de protección más efectivas, sumadas a sus críticas habituales al modelo económico del país.

Estados Unidos, con los inmigrantes en el centro

Aunque el Primero de Mayo no es feriado en Estados Unidos –el ‘labor day’ se celebra en septiembre–, miles de personas lo aprovecharon para parar sus actividades. La petición de “no ir al trabajo, no llevar los niños a la escuela, no abrir los negocios y no comprar productos” tuvo eco en ciudades como Los Ángeles, donde la mayor protesta era contra las medidas antiinmigrantes del gobierno de Donald Trump.
Movimientos sindicales coordinaron actividades en más de 25 estados en apoyo a los inmigrantes. El objetivo era simular cómo funcionaría –o dejaría de hacerlo– el país en una jornada donde los inmigrantes no asistan a sus lugares habituales de trabajo como una demostración de poder económico. “Ya estamos cansados de ser señalados como ‘los malos’ y utilizados como chivos expiatorios”, dijo a la agencia Efe la activista Olga Rendón, del movimiento Resiste.
En el país del ‘sueño americano’, el mismo donde nació la conmemoración del Día de los Trabajadores, la mayor preocupación de los manifestantes atraviesa los derechos civiles de los miles de migrantes que se sienten inseguros desde la llegada de Donald Trump a la presidencia.

Francia, ‘ad portas’ de la segunda vuelta

Los sindicatos franceses llegaron divididos a la jornada del Primero de Mayo. Todo por cuenta de la máxima tensión que vive Francia a menos de una semana de la segunda vuelta electoral. Mientras Marine Le Pen, candidata del movimiento de extrema derecha Frente Nacional, se presentó como la candidata “del pueblo y de los obreros”, la mayoría de estos, agrupados en varios sindicatos, hicieron un llamado evitar que la candidata llegue a la Presidencia.
Mientras los sindicatos más reformistas piden sin ambages el voto por el candidato socioliberal Emmanuel Macron, los de izquierda más radical tratan de desmarcarse de ambos, pues dicen no compartir el programa de ninguno. No obstante, señalan con mayor énfasis el “peligro” de que Le Pen resulte triunfadora en la jornada del domingo.
Francia padece una desindustrialización y desempleo endémico de 10 por ciento, además de problemas de tipo identitario que dividen a los votantes sobre cuál de los candidatos, Macron o Le Pen, tiene la mejor propuesta para el país en los años por venir.
ELTIEMPO.COM*
*Con información de EFE y AFP
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