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Papa alienta a la Iglesia cubana a seguir adelante

En su homilía en Holguín, Francisco exaltó labor del clero en un país que recupera su fe católica.

La Habana. La segunda homilía del papa Francisco en Holguín tuvo más contenido pastoral que la de La Habana. El pontífice lanzó a la Iglesia cubana un mensaje de ánimo por su “esfuerzo y sacrificio” en su trabajo evangelizador con pocos medios y en particular por el de las Casas Misión, lugares erigidos como templos ante la escasez de estos.
El obispo de Roma ha expresado en sus mensajes la preocupación por los pobres, “los descartados”, incluidos los no nacidos, los enfermos, la guerra, el futuro de los jóvenes, el desempleo, y la necesidad de los cubanos de todas creencias e ideologías de trabajar unidos por el futuro del país.
Además, pidió a la Virgen de la Caridad, patrona de la isla, para que “sus ojos misericordiosos estén siempre atentos a cada uno” de los cubanos, incluyendo “a las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar”, alusión a la oposición, quejosa por no haber sido recibida por el santo padre.
Al igual que en La Habana, una multitud lo acompañó durante el recorrido por la ciudad oriental y durante el oficio religioso, cuidadosamente preparado para manifestar el sentimiento cubano de los holguineros, tanto en sus colores como en la música sacra.
El presidente Raúl Castro encabezó nuevamente la delegación oficial.
Las homilías del santo padre son breves pero contundentes. “Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aún en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo”, dijo. De los poco más de 500 sacerdotes, apenas un centenar son cubanos.
Les recomendó ser “siempre humildes y amables”, “comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor”. La víspera también pidió a los sacerdotes: “No se cansen de perdonar, sean perdonadores (…) donde hay misericordia está el espíritu de Jesús, donde hay rigidez están solamente sus ministros”.
Ayer recordaba que Jesús “nos invita a ir lentamente superando nuestros preconceptos, nuestras resistencias al cambio de los demás e incluso de nosotros mismos”. Coincide con las reiteradas peticiones del presidente Raúl Castro a “cambiar de mentalidad” para sacar adelante al país.
El jefe del Vaticano practica lo que predica, como recomendó a los jóvenes en un encuentro que cerró la agenda oficial del domingo: “Soñar a lo grande con un mundo mejor”; “dialogar de las diferencias, hablar sobre la base de lo común”; trabajar juntos por crear “amistad social” aunque “piensen diferente” porque “para llegar rápido se va mejor solo pero acompañado se llega más lejos”; y que la “enemistad destruye familias, países y el mundo”. La “peor enemistad es la guerra (…) negociemos pero no matemos más gente”.
Igualmente criticó el “grave” problema del desempleo juvenil en Europa al responder a un joven que aseguró que la juventud cubana estaba unida en “la esperanza en un futuro de cambios profundos y donde Cuba sea un hogar para todos sus hijos, piensen como piensen y estén donde estén”.
En Cuba muchos jóvenes aspiran a emigrar ante las difíciles condiciones económicas de la isla.
En cambio, Francisco denunció que “un pueblo que no se preocupa por dar trabajo a los jóvenes no tiene futuro”, que estos “entran a formar parte de la cultura del descarte” porque en el “imperio del dios dinero” se descartan cosas y personas”.
Dijo que cuando no hay trabajo lo que les queda a los jóvenes son “las adicciones, el suicidio, o irse por ahí buscando un ejército de destrucción para crear guerras”.
En la capital de la provincia holguinera, el santo padre hizo una breve parada, no prevista, en la catedral. Allí fue aclamado y permitió que le acercaran niños para ser bendecidos. Después subió hasta la Loma de la Cruz –un alto presidido por una gran cruz–, bendijo a la ciudad que tuvo la primera iglesia de la Caridad en la isla.
Una hora después, aterrizaba en Santiago de Cuba, donde se reunió con los obispos y visitó la basílica menor del Santuario nacional de la Caridad del Cobre, donde el martes celebrará misa antes tener el encuentro con las familias cubanas y despedirse para continuar viaje hacia Estados Unidos, donde permanecerá hasta el día 28.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
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