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Encuentro de los mandatarios fue una dura lucha para lograr deshielo

El embargo, Guantánamo y los derechos humanos siguen distanciando a EE. UU. y a la isla.

Con amplias sonrisas, Raúl Castro y Barack Obama se saludaron en el Palacio de la Revolución, sellando un deshielo que está costando trabajo derretir porque aún hay muchas diferencias en la aproximación de las partes en temas como derechos humanos, Guantánamo o el embargo o bloqueo, como lo llaman en la isla. Pero, como coincidieron en decir, se han dado significativos “pasos adelante” en un proceso que se vislumbra largo y complejo.
El tema Colombia, como lo mencionaron los dos líderes, estuvo presente en la charla, con lo que se evidencia el apoyo a este proceso, mucho más cuando el secretario de Estado, John Kerry, se reuniera este lunes con las partes.
La jornada empezó muy temprano para el presidente Obama cuando llegó hasta el monumento a José Martí, donde puso una ofrenda floral en homenaje al poeta y héroe cubano.
Algunos cubanos de a pie criticaron la “frialdad” del recibimiento al presidente estadounidense, pues delegaron el recibimiento en el aeropuerto al canciller, e incluso para la ofrenda floral lo acompañó el vicepresidente Salvador Valdez Mesa, y no el propio Castro o su segundo, Miguel Díaz Canel.
Si al poderoso invitado le pareció mal, no se notó. Por el contrario, una vez depositada la ofrenda, un adorno de colores blanco, azul y rojo, en la plaza de la Revolución rompió el protocolo para posar para una foto con la imagen del guerrillero Ernesto Che Guevara, puesta desde hace muchos años en el edificio del Ministerio del Interior.
También prefirió llegar a la escalinata de la sede del gobierno, cubierta con una alfombra roja, caminando y conversando en lugar de hacerlo en su auto. Y volvió a saltarse el protocolo para saludar a la banda de música que interpretó el himno estadounidense.
Ya en el Palacio de la Revolución, el emblemático edificio de líneas soviéticas, un Raúl Castro sonriente lo recibió ante la mirada de las respectivas comitivas y de millones de personas que siguieron la transmisión en el mundo por TV.
Vino la foto oficial de rigor y, después, ambos gobernantes se sentaron para conversar sobre los logros y los pendientes desde que el 17 de diciembre del 2014 anunciaron el restablecimiento de relaciones. Después de unas dos horas, ofrecieron declaraciones a la prensa, algo usual para el jefe de la Casa Blanca, pero mucho más novedoso para Castro, que suele reservar esos contactos solo para cuando está en el extranjero.
Obama escuchó atentamente la declaración del presidente comunista. Castro dio la bienvenida a Obama y “su familia”, reiteró la exigencia de que el bloqueo sea levantado y agregó que ambos habían coincidido en que “queda por delante un largo camino por recorrer”.
El gobernante cubano remarcó que le expresó a su invitado su oposición hacia la “manipulación política sobre los DD. HH.”, uno de los temas de mayor divergencia, pues la Casa Blanca insiste en la democratización de Cuba, lo que pasaría por la autorización de partidos políticos. El congreso del Partido Comunista de abril y algunos comentarios apuntan a una posible reforma política, pero es imposible valorar su alcance.
Aquí se dio uno de los momentos tensos de la rueda de prensa. A una pregunta de un periodista sobre la existencia de presos políticos en la isla, Castro respondió irritado: “Dame la lista para soltarlos, dime los nombres o cuando concluya me das los nombres y van a estar sueltos”.
En otros temas, Castro dijo: “Se han dado los primeros pasos y debemos continuar, estamos seguros de que podremos convivir en beneficio de nosotros y otros pueblos, como por ejemplo la batalla por el cólera”.
En su mensaje, Obama reiteró: "(El embargo) va a terminar, lo que no sabemos es cuándo”; y coincidió en que “el camino por venir no será fácil (...). Continuaremos adelante a pesar de las dificultades”. Después agradeció a Castro “por ser anfitrión de las conversaciones del proceso de paz en Colombia”, y señaló: “Queremos ayudar a los cubanos a que tengan un buen acceso a internet”.
Respecto a los derechos humanos respondió: “Habría que revisar el tema. No podemos obligar cambios, deben ser internos”.
Posteriormente, Obama se dirigió a una reunión entre empresarios cubanos y estadounidenses en la que ambas partes mostraron sus puntos fuertes y, sobre todo, la confianza de que las relaciones se puedan traducir en acuerdos concretos.
La agenda del martes
Estas son las actividades que llevará a cabo Barack Obama en su último día en La Habana:
En la mañana:
- Mensaje a la población desde El Gran Teatro de La Habana.
- Reunión con disidentes y líderes de la población civil.
En la tarde:
- Asistencia al encuentro de béisbol entre la selección de Cuba y los Tampa Bay Rays.
- Salida hacia Buenos Aires.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
La Habana.
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