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Esperanza y humor, común denominador en Cuba para que la vida cambie

El humor ha salido a flor de piel entre los cubanos por el deshielo con Washington.

“Señores imperialistas, ¡No les tenemos absolutamente ningún miedo!”. Era el mensaje de un letrero que desde los años 80 se destacaba junto al gran edificio que alberga desde antes del triunfo de la Revolución la ahora llamada oficina de la Sección de Intereses de EE. UU. en Cuba.
El nuevo clima de deshielo se reflejó en la veta humorística de los cubanos. El cartel casi no se ve, pero las redes sociales se llenaron de chistes y bromas donde supuestamente los enemigos pasaron a ser "los compañeros imperialistas".
Igualmente, se bromea con que un retrato de Barak Obama sustituyó a la imagen del ‘Ché’ Guevara en la plaza de la Revolución.
De todas maneras, un anciano que luchó en la Sierra Maestra pero completa su jubilación de 250 pesos (10 dólares)
vendiendo periódicos y por ello presume de estar enterado de “todo” asegura que “con los gringos hay que tener cuidado”.
Entre los jóvenes la preocupación es que sigan llegando las manzanas ‘Old Virgin Apples’, la única fruta no local que se consigue con facilidad en Cuba. “Lo que haría falta es que ahora que vamos a ser amigos le bajen el precio porque necesito 2 dólares para comprar 4 manzanas”, dice a EL TIEMPO Marizta, una maestra de 40 años, en el centro comercial Carlos III, de La Habana.
Y puestos a esperar, también quisieran que las estanterías, ahora semivacías de los supermercados, se llenen. En los últimos tiempos es complicado encontrar carne de res –un lujo que como mínimo cuesta 10 dólares el kilo– que acaparan los ‘paladares’ que han surgido con la apertura económica. “Hasta el pollo está perdido”, se queja Sonia Hernández.
En los pasillos del Palacio de Convenciones, donde sesiona la Asamblea Nacional y los diálogos entre el gobierno colombiano y las Farc, más de 200 periodistas comentan sobre la importancia de estos contactos. También, negociadores de las Farc observan las carreras de los comunicadores. Pero a consultas de EL TIEMPO dijeron no querer opinar en asuntos de otros países.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
La Habana
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