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Latinoamérica

'Con Maduro en el poder, ya no se cuentan las horas, sino los muertos'

María Corina Machado dice que el único diálogo productivo posible es el que tenga como propósito la salida de Maduro.

María Corina Machado dice que el único diálogo productivo posible es el que tenga como propósito la salida de Maduro.

Foto:Juan Barreto / AFP

Entrevista de María Isabel Rueda a María Corina Machado para EL TIEMPO.

¿La mediación del Papa, a través del Estado Vaticano, servirá para algo?
Agradecemos los esfuerzos del santo padre, pero recordamos: en el pasado los venezolanos ya hemos tenido terribles llamados a diálogos con Chávez y después con Maduro, que solo desembocaron en traición a los acuerdos y en darle más tiempo al régimen por la vía de la desarticulación de la protesta y de la presión internacional.
¿En esta situación de Venezuela, cuál puede ser el propósito de un diálogo?
El diálogo que sea productivo tiene que partir de que solo tiene un propósito, y es la salida de Maduro. Y debe contar con mediadores confiables para la sociedad. Yo les pregunto: ¿puede el señor Ernesto Samper, de Colombia, generar alguna credibilidad en la población venezolana? ¿O el señor José Luis Rodríguez Zapatero, quien reiteradamente ha dicho aquí en Venezuela que puede o no haber referendo revocatorio, que eso no importa?
Cualquier diálogo que se lleve adelante en esta transición en Venezuela debe como mínimo incluir al Secretario General de la OEA y a otras personas de la comunidad internacional que estén más allá de cualquier duda acerca de su intención.
¿En quién más confiaría la oposición venezolana para el diálogo?
El expresidente Óscar Arias, el expresidente Lagos, Felipe González, Andrés Pastrana, Tuto Quiroga, Laura Chinchilla, es decir, hay suficientes personas que generan confianza en la sociedad venezolana, en su condición de mediadores.
Y en cuanto a quienes van en nombre de las fuerzas democráticas, estas deben ampliarse a representantes legítimos de toda la sociedad, como los estudiantes, las universidades, muchos sectores de la sociedad civil.
La confrontación en Venezuela sube y sube. Para el día 3 de noviembre se planea la quizás más grande marcha de las que hemos visto contra Maduro. ¿Esa rebeldía de la oposición es irreversible?
La confrontación es la demostración de la dictadura que existe en Venezuela, a partir del bloqueo definitivo de la vía institucional del referendo revocatorio. Ya por eso nadie duda en calificar el régimen de Maduro como dictador. Esas marchas son un testimonio ciudadano de una profundidad y de una convicción que, yo te digo, es indetenible. Pero además, hay la plena conciencia de la urgencia de evitar la muerte.
¿Cómo así?
Con la permanencia de Maduro en el poder, cada día ya no se cuentan horas, sino muertos. Literalmente, los muertos. Se nos están muriendo los bebés de difteria, María Isabel, algo que se había erradicado hace 25 años... Y que simplemente se resuelve con la triple, una vacuna que existe desde la Segunda Guerra Mundial. Pero no solamente desde la perspectiva digamos humanitaria o ética, es desde una perspectiva política, fría, pragmática como el régimen utiliza el tiempo a su favor. Cada día que pasa cierra medios, encarcela periodistas, aumenta la represión, cierra empresas, obliga a venezolanos a dejar el país, asesina, asesina.
Entonces, nosotros hoy tenemos los argumentos, dentro y fuera del país para avanzar en un proceso que obligue a Maduro y a su régimen a aceptar que deben ponerse a un lado y facilitar una transición democrática, una transición constitucional.
¿Qué papel debería jugar Estados Unidos?
Como principal influencia en el hemisferio, es hacer respetar los propios acuerdos suscritos en el marco de la Organización de Estados Americanos, y me refiero a la Carta Democrática Interamericana. Ya se inició el proceso de activación, ante la evidencia de que se ha producido una ruptura total del orden constitucional en Venezuela, y por lo tanto es hora de que se apliquen de manera firme y clara los términos de la misma.
¿Qué esperan ustedes de Colombia?
Mucho más. La paz sostenible de Colombia pasa por una democracia en Venezuela.
Colombia no parece interesada en ser la más firme defensora de la democracia venezolana...
Frente a Colombia quizás he sido yo una de las personas que durante años ha demandado posiciones claras de la comunidad internacional. Desde luego, tuvo que preceder el cambio en las posiciones ideológicas de los principales países de la región, como Argentina, Brasil y Perú.
También por razones económicas, la debacle financiera de Venezuela impide que las ‘petrochequeras’ sigan comprando solidaridades. Pero también hay una razón. Creo que la forma como se ha develado la naturaleza del Estado mafioso venezolano, los vínculos que tiene el régimen con el crimen organizado, el narcotráfico, el lavado de dólares, hace que muchos de estos gobiernos que podrían haber tenido posiciones de indiferencia o de distancia pues estén asumiendo posiciones más firmes.
Este fin de semana se reunió en Cartagena la Cumbre Iberoamericana. Ganó la Canciller colombiana. Ni un renglón en el comunicado final sobre la crisis de Venezuela...
Es insólito que no haya habido un pronunciamiento sobre el tema central que debe atraer la preocupación y la ocupación de todos los jefes centrales del hemisferio. Solo el planteamiento del presidente del Perú fue claro en esa dirección. Los venezolanos lo agradecemos.
Los jefes de Estado tienen que tener muy presente que darle más tiempo a Maduro es entregarle más vidas, más vidas reales, irreparabes, de los venezolanos, y crear unas condiciones de aumento de presión social que pueden desembocar en escenarios terribles no solo para Venezuela, sino para la región.
Me pregunto si la confusión que ha generado la intervención del Vaticano, en un diálogo que no ha comenzado, fue uno de los elementos de que esa resolución de Cartagena no se produjera tan clara como la esperábamos. De la cumbre habríamos esperado los venezolanos un pronunciamiento firme, inequívoco, acerca de la ruptura del orden constitucional en Venezuela, y el respeto a las decisiones que está llevando adelante a esta hora la Asamblea Nacional.
¿En qué está hoy la Asamblea venezolana? ¿Está en ejercicio de sus plenos poderes? ¿Destituida por un régimen dictatorial? ¿Ejerce sus funciones o nadie le obedece?
Ni siquiera tiene servicio eléctrico: en el momento de esta entrevista se lo han cortado tres veces. Es decir, cuando Nicolás Maduro amenaza con que va a disolver la Asamblea, de hecho, el Ejecutivo y el Poder Judicial ya han aniquilado a la Asamblea con todas sus potestades.
No hay una sola ley que esté en vigencia que haya sido aprobada por esta Asamblea Nacional. No hay un solo funcionario que haya atendido la invitación o el llamado, que es obligatorio, para una interpelación frente al Congreso. No ha habido ni siquiera el cumplimiento del voto de censura. Y, peor aún, hace ya unos días se le arrebató –esto es inconcebible– la potestad al Parlamento de aprobar el presupuesto.
La Asamblea ha sido simplemente desconocida, anulada, inclusive por la Sala Constitucional que está integrada por magistrados que fueron nombrados horas antes de la instalación de esta nueva Asamblea, violando todo el proceso constitucional. Es decir, unos magistrados cuyas decisiones son totalmente ilegítimas.
Vimos imágenes del recinto sagrado de la Asamblea venezolana siendo asaltado por hombres armados...
Los diputados son agredidos y amenazados diariamente. Qué tal que en el Congreso colombiano sucediera lo mismo: que personas armadas ingresen al Congreso, en plena sesión, agredan a sus miembros. ¿Y que finalmente quede al descubierto que estaban comandados nada más ni nada menos que por el alcalde de Caracas y por el llamado jefe de la cúpula cívico-militar, o de la junta cívico-militar, o del comando cívico-militar de la revolución, Jorge Rodríguez, persona que además el régimen escoge menos de 24 horas después para ser su vocero, llamando a un supuesto diálogo? Entonces estamos hablando de una Asamblea Nacional que está rodeada, asfixiada.
Pero ¿qué sigue en adelante?
A esta hora está llevando adelante el cumplimiento de la Constitución y de su labor, y por lo tanto tiene el respaldo de la sociedad venezolana, que es avanzar por una ruta constitucional, porque si bien cerraron la vía institucional del referendo revocatorio, yo quiero ser muy firme aquí: existen otros mecanismos igualmente democráticos, igualmente constitucionales, que permiten hacer valer el mandato del 6 de diciembre, que fue el cambio de régimen este año, en los plazos que la sociedad exigió.
Todo esto tiene un jugador fundamental en Venezuela, y totalmente impredecible, que es el Ejército. ¿En qué está?
Desde que Chávez llegó al poder, y precisamente porque venía de su seno, tenía muy claro que una Fuerza Armada institucional y profesional jamás habría permitido la instalación de un régimen totalitario, tutelado por el castrocomunismo y que hubiese entregado la soberanía nacional de una manera tan cruel.
Es decir, no solamente nuestras fronteras: estoy hablando de la presencia de la guerrilla y de otros grupos irregulares en el corazón de Venezuela. Hay vastas extensiones del territorio nacional en las cuales las fuerzas armadas no pueden ni siquiera hacer presencia. Las sacaron con mecanismos perversos, destrucción del mérito, la ideologización, corrupción de columnas instauradas para generar la desmoralización de las Fuerzas Armadas.
Distinto de su cúpula, ¿cómo la están pasando realmente los cuerpos militares en Venezuela?
Es pésimo el estado del apresto militar, tanto en equipamiento como en entrenamiento, salarios y dotación humana. Tenemos militares en los cuarteles, soldados que están pésimamente uniformados, alimentados y que no pueden mantener dignamente a su familia. Enfrentan delincuentes y grupos delictivos que están mejor armados que ellos. Ya han asesinado más de 200 efectivos militares en lo que va del año, para robarles sus armas, es decir, una cosa brutal lo que está viviendo la Fuerza Armada.
¿Y el Ministro de Defensa?
En las últimas horas, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ignorando la Constitución, se dirige de manera amenazante al país, vestido de campaña, con una foto de Chávez y gritando ‘patria socialista y chavista’, con la Constitución en la mano, cuando nuestra Constitución establece que la Fuerza Armada se debe exclusivamente a la Nación y jamás a un proyecto particular o político alguno.
¿Se puede confiar en alguien allá?
Confío en la reserva moral que existe en oficiales, soldados, Guardia Nacional. Y sé que la última alocución, del día martes, del general Padrino López generó profundo rechazo en el seno de la inmensa mayoría de nuestra institución militar. Tendrán que atender a su conciencia, a su juramento, y estarán del lado de la Constitución, porque ese es su deber: cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional.
Mientras tanto, la emigración venezolana sigue avanzando...
Lo que está ocurriendo en términos de emigración de venezolanos a Colombia, a las islas e incluso a Brasil, es tristísimo. Se habla de más de 45.000 venezolanos en condiciones paupérrimas en Boa Vista. Algunos deambulan en la más extrema pobreza, realmente es una situación humana insostenible.
María Corina, ¿estás pesimista u optimista?
Si algo tenemos que reconocer es la admirable fuerza que ha tenido la sociedad venezolana, aquellos incluso que han tenido que dejar, en contra de su voluntad, su país; miles y miles de personas que están en Colombia, en Estados Unidos, en Europa, y que desde donde están han sido nuestras voces. Y desde luego, los venezolanos, que, aun estando sometidos a la supervivencia, han salido con esa fuerza a la calle.
Son tiempos de hambre, hambre de alimentos, pero también hambre de justicia, de dignidad, de libertad. Por eso esto no lo detiene nadie. Los venezolanos, a fuerza y a punta de convicción y de energía y valentía, ya habíamos derrocado una dictadura en el 58. Y es ese espíritu el que hoy nos infunde, pero eso sí, con una diferencia: esta sí será la última, está sí será la última.
Esperamos todos, de verdad, los demócratas del continente, y hablo por los colombianos demócratas, que somos muchos, estar ahí al lado, apoyándolos; aquí tienen un país que de verdad sufre con ustedes y que vive con ustedes esta situación, y aspira profundamente a salir de esta horrible noche lo más pronto que se pueda...
No, María Isabel, te digo, lo del día de ayer (miércoles): más de 150 detenidos, más de 200 heridos, casi asesinan al pobre padre Palmar; yo hablé con él ayer en Maracaibo, le cayeron a palo a un sacerdote que estaba en la marcha, después lo siguieron hasta el hospital y casi lo terminan de rematar allí grupos violentos paramilitares ordenados por el gobernador.
¿Y cómo has hecho tú, cómo has hecho tú?
Bueno, yo digo que a mí me cuida la gente en estos recorridos por el país, pero me amenazan todos los días, todos los días, todos los días. ¿Tú puedes creer que el vicepresidente Aristóbulo Istúriz la semana antepasada retuiteó a su Director General de la Vicepresidencia diciendo que me tenían ya lista por criminal y me insultan y tal, ‘esta es la celda, ya te tenemos la celda lista’? ¡El Vicepresidente de la República, chica!
No, no, no...
Esos tipos no tienen límite. Pero vamos para adelante, vamos para adelante; y las mujeres, en primera fila.
Cerrando esta entrevista, se dice que sin el partido de Leopoldo López comienza el diálogo en Venezuela. ¿Qué significa esto?
Creemos en una negociación genuina, pero solo para lograr la transición este año. Ello requiere mediadores confiables y representantes legítimos. Este no es el caso.
¿El vaticano no es el caso?
Exigimos la participación de un representante de la OEA entre los mediadores.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
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