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Europa

#Cuéntalo, el inventario inacabable de la violencia contra las mujeres

Este miércoles continuaban las protestas feministas contra la sentencia a los cinco hombres de 'La Manada'.

Este miércoles continuaban las protestas feministas contra la sentencia a los cinco hombres de 'La Manada'.

Foto:Chema Moya / EFE

NO ES HORA DE CALLAR

#NoesHoradeCallar campaña de EL TIEMPO.

La polémica sentencia contra ‘La Manada’, en España, motivó a millones a contar sus historias.

Que una golondrina no hace verano, dice el adagio popular, pero en las redes sociales, una invitación, hecha a tiempo y en el contexto que lo requiere, sí que puede convertirse en todo un fenómeno. Es el caso de lo que está pasando con #Cuéntalo, una etiqueta que ya acumula varios días como tendencia mundial y que nació de un relato de violencia sexual.
Fue Virginia P. Alonso, codirectora del portal informativo español publico.es, quien puso la ‘primera piedra’ en la construcción de este movimiento, que parece un nuevo #MeToo. En lo que se diferencia de aquel movimiento, uno de los más importantes de 2017, es en que es de origen hispano y no se enfoca en casos de acoso.
“Eran ocho o diez tipos, aunque a mí me parecieron cincuenta en el momento en el que tomé la decisión de levantarme y salir corriendo, y cincuenta mil a medida que me agarraban, levantaban la falda, sujetaban y manoseaban, mientras se reían y balbuceaban cosas que no entendía”: así comienza la columna ‘La ‘no violación’ ‘, de Alonso, quien también es presidenta de la Plataforma por la Libertad de Información de España.
La razón por la que ella escribió esa historia tanto tiempo después es que justo ese día, el 26 de abril, se conoció la condena contra ‘La Manada’ –“que, por cierto, no es un ente abstracto, sino cinco hombres con sus nombres y apellidos”, dice ella sobre los responsables de violar, juntos, a una mujer en Pamplona y difundir videos-, no por violación sino por abuso sexual, a nueve años de cárcel. Entonces, se desató la indignación.

Habían violado mi dignidad y mi integridad

Alfonso cuenta en su columna que logró zafarse y correr, que tenía 13 años y vivía en Inglaterra cuando ocurrió ese episodio que narra. “Acababa de aprender de golpe tres conceptos: dignidad, integridad física y violación. Habían violado mi dignidad y mi integridad”, continúa la mujer, quien explica cómo convivió tres décadas con el recuerdo de ese abuso, ocurrido en un bus cuando ella era una estudiante de intercambio.
¿Por qué no lo contó? Explica que no se debió tanto al miedo como sí a la “necesidad rabiosa de que esto no se interpusiese en mi libertad”. Pero tras ese relato, otra mujer, la periodista y escritora Cristina Fallarás, comenzó a promover la etiqueta #Cuéntalo a través de Twitter.
“Tenemos que contar las agresiones, violaciones, compañeras. Este relato nos lo han hurtado. Debemos construirlo para que otras reconozcan”, escribió Fallarás en el trino en el cual compartió la columna de Virginia Alonso.
Entonces, se desató la tendencia mundial y mujeres de todas las procedencias, edades y estatus comenzaron a contar sus historias. Incluso, en casos de feminicidio, asumieron la voz de quienes ya no pueden hablar para contar las suyas. En otros, como otra muestra de solidaridad, unas mujeres decidieron contar las historias de otras, cercanas, que no se atrevían a hacerlo.
“Obligada a volver con él me siguió golpeando durante 2 años: patadas, golpes, cachetadas, e incluso golpeó a mis amigos, me amenazó con matar y torturar a mi hermano, que hoy tiene 4 años…”; “Me lleva a una casa donde varios hombres me violan, torturan y estrangulan, al día siguiente me encuentran muerta en un campo. Lo cuento yo, ya que mi amiga Karen no puede”; “Al pasar unos días, me empezó a obligar a grabarlo mientras se tocaba o masturbaba, si me negaba me hablaba mal y sí o sí tenía que hacerlo porque él me decía que era mi forma de pagarle por explicarme matemáticas”; “Tenía 11 años, hacía natación en el colegio. El profesor de gimnasia me violó y asesinó. Me encontraron flotando, muerta. La sociedad dijo que yo era puta. Él está libre”.

El profesor de gimnasia me violó y asesinó

Así, con una historia tras otra, Twitter se convirtió en un inventario inacabable de historias de violencia sexual y de género, desde casos de acoso callejero, hasta violaciones y feminicidios, en todos los países hispanos, principalmente en España, Argentina, México, Chile, Perú, Guatemala y Colombia. Varios de los medios más grandes del mundo, como The New York Times, The Guardian y BBC, también han hecho eco de la avalancha de historias.
“El problema de la violencia que hemos sufrido todas nosotras es que no se conoce porque se ha ocultado. ¿Por qué se ha ocultado? Porque no han existido los mecanismos de identificación”, escribió en Twitter Fallarás, quien explicó que #Cuéntalo es justamente eso, una herramienta para identificarse, porque cuando no se cuenta el horror de la violencia sencilla “resulta sencillo sostener que los tocamientos no existen”.
En las manifestaciones se han contado por miles las mujeres que han salido a protestar, indignadas por la condena a 'La Manada'.

En las manifestaciones se han contado por miles las mujeres que han salido a protestar, indignadas por la condena a 'La Manada'.

Foto:Juanjo Martín / EFE

Mientras las historias siguen apareciendo en redes sociales, este miércoles 2 de mayo, un día de festividad política en España, las protestas contra la condena a ‘La Manada’ continúan. La Puerta del Sol, en Madrid, se convirtió en el escenario para que la autodenominada ‘manada feminista’, vestida del púrpura con el que se identifican las iniciativas contra la violencia sexual y de género, coreara frases como “tranquila, hermana, aquí está tu manada”, “no es abuso, es violación” o “qué casualidad, qué casualidad, que uno de ellos era militar”, y consignas como “disculpen las molestias, nos están asesinando”.
Movimiento tras movimiento, historia tras historia, queda claro que no es una sino millones las golondrinas que piden terminar de una vez por todas con la violencia machista. Tal vez esas millones sí hagan verano.
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