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Guantánamo, una historia que todavía no se cierra

Cinco reos de la criticada cárcel van a Uruguay. Colombia analiza petición.

SERGIO GÓMEZ MASERI
En Uruguay hay una tormenta política desde que el presidente José Mujica aceptó el traslado a su país, de cinco presos de la cárcel de Guantánamo, en Cuba. En Colombia, el pedido de Estados Unidos para que reciba a un número indeterminado de ellos también promete ser un capítulo polémico.
Aunque inicialmente Mujica habló de cobrarle el favor a su homólogo Barack Obama, durante la semana aclaró que la oferta no tenía condiciones, y que si lo hizo fue para ayudar al líder estadounidense en su esfuerzo por “cerrar definitivamente una prisión que es motivo de vergüenza para la humanidad”. Su explicación no está lejos de la realidad.
Si bien Obama no ha podido cumplir con la promesa que hizo cuando llegó a la presidencia en el 2009 –que cerraría el centro penitenciario en tan solo un año–, desde entonces viene adoptando medidas que apuntan a su eventual clausura.
Con cuentagotas, Obama ha transferido varios detenidos a otros países y ya solo restan unos 150 de los casi 800 que alguna vez estuvieron bajo custodia de EE. UU. en esta base militar.
Y de esos 150 que permanecen, al menos 79 ya recibieron el visto bueno para su traslado, a la espera de que algún país los reciba.
En América Latina, aparte de Uruguay, solo El Salvador se ha prestado para ese fin y falta saber qué decisión adopta Colombia frente a la solicitud, pues en el caso de Uruguay los prisioneros de Guantánamo llegarían como hombres libres o en calidad de refugiados.
En Europa son muchos más los que se han ofrecido; entre ellos Francia, España, Alemania, Suiza, Portugal, Italia, Irlanda y Dinamarca.
El principal obstáculo con el que se encontró Obama para materializar el cierre, fueron las leyes de su país, que no solo impedían el traslado de presos a territorio estadounidense sino que requerían estándares muy altos en caso de repatriaciones o envío a terceros países.
De entrada, había países como Yemen y Sudán a los que estaba prohibido enviarlos, así fueran sus nacionales. En los demás, las leyes exigían garantías para evitar que estos pudieran abandonar el país en caso de ser puestos en libertad y evitar así su reincidencia en actos de terrorismo.
Las leyes fueron suavizadas en diciembre del año pasado cuando el Congreso aprobó el Acto para la Defensa Nacional del 2014 y desde entonces el proceso se ha acelerado.
11 traslados en 3 meses
Meta ambiciosa para el cierre en pocos meses
En tres meses se han transferido 11 prisioneros, más los 5 que irán a Montevideo. A ese paso, la prisión estaría cerrando antes de que Obama abandone la Casa Blanca. “La prioridad es ubicar a los 79 que ya recibieron el visto bueno. De los 71 restantes, hay 8 a los que se les abrió un proceso criminal. A los otros 63 se les revisará su situación para determinar qué se puede hacer con ellos”, explica Cliff Sloan, enviado especial del Departamento de Estado para el cierre de Guantánamo.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington.
SERGIO GÓMEZ MASERI
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