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Trump vs. Clinton, el primer 'round' de los candidatos

Este lunes, ambos candidatos, muy cercanos en las encuestas, se enfrentarán en un primer debate.

SERGIO GÓMEZ MASERI
En el proceso electoral estadounidense, los debates presidenciales siempre han sido importantes. Casi vitales. Si no que lo diga el expresidente Jimmy Carter, que prácticamente perdió su reelección luego de un mal momento durante el mano a mano que sostuvo con Ronald Reagan en 1980. O el encuentro entre Richard Nixon y John F. Kennedy, en 1960, tras el cual la balanza terminó inclinándose en la dirección del segundo, entonces joven senador por Massachusetts.
De allí que todos los ojos estén puestos en este lunes, cuando el magnate Donald Trump y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton medirán fuerzas en el primero de los tres debates que se han pactado antes de las elecciones generales del 8 de noviembre.
Y las apuestas están muy altas. De acuerdo con un sondeo reciente de Reuters/Ipsos, un 20 por ciento del público aún no decide por quién votará cuando llegue el momento. Una cifra muy alta si se compara con el 12 por ciento que pensaba lo mismo a estas alturas de la carrera del 2012. Y muchos de ellos, probablemente, comenzarán a definir su color tras esta serie de contiendas.
Según el último promedio de encuestas de Real Clear Politics, Clinton llega a la cita con una leve ventaja a nivel nacional del 41,8 por ciento contra el 39,7 de Trump, en una medición que tiene en cuenta a los otros dos candidatos, que son independientes.
Dicho eso, es Trump el que viene en ascenso tras un par de semanas que han resultado terribles para la ex primera dama. Su vahído el pasado 11 de septiembre –que la hizo ver vulnerable– y el insulto que le lanzó a la mitad de los votantes republicanos –los llamó deplorables–, han beneficiado a un Trump que ya de por sí venía subiendo al adoptar un tono más medido que ha dado algo de tranquilidad a un sector de su partido que aún no acepta su candidatura. De hecho, el multimillonario ha recuperado terreno en estados considerados vitales para ganar la elección (como Florida. Ohio, Iowa, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte y Colorado) e incluso ya la supera en algunos de ellos.
Para la mayoría de los analistas, Hillary aún tiene por delante un panorama más claro para llegar a los 270 votos del colegio electoral que se requieren para ganar la presidencia. Pero los números se están volviendo más estrechos con cada día que pasa.
“Clinton tiene que parar el desangre, y los debates, especialmente este por ser el primero, son una gran oportunidad pues les estará hablando directamente a millones de estadounidenses que apenas ahora se comienzan a sintonizar con las elecciones. En este punto de la carrera un traspié podría resultar mortal para sus aspiraciones”, afirma Larry Sabato, director del programa electoral de la Universidad de Virginia. Para Sabato, es clave que Hillary se conecte con el voto joven, que fue crucial en las dos triunfos de Barack Obama, pero que en esta ocasión o no están motivados o le están apostando a los dos candidatos que representan a “terceros partidos” en estas elecciones y no tienen chance de ganar.
La tesis de estos expertos es que, si bien los debates no provocan cambios significativos entre los votantes –pues muchos ya están decididos–, sí pueden reactivar o deprimir el entusiasmo frente a un candidato.
Sobre el papel, Clinton tiene las mejores cartas para salir airosa de estos duelos televisivos. Su experiencia y vasto conocimiento de los temas, producto de los años como primera dama, senadora y secretaria de Estado, son armas que todos le reconocen. Asimismo, está curtida en este tipo de cuadriláteros: cuatro mano a mano con Obama en las elecciones del 2012 y seis con el senador por Vermont Bernie Sanders durante esta campaña.
Para Trump, por su parte, este sería el primer debate que realiza contra una sola persona, ya que todos los anteriores en este ciclo 2015-2016 han sido contra al menos tres rivales. En ese sentido, la estrategia de Clinton estará enfocada en marcar un contraste entre ella –con su vasta experiencia– y un Trump que ha sido descalificado hasta por las vacas sagradas de su partido. Como el expresidente George H. W. Bush que, según se supo esta semana, votará por la exsecretaria de Estado.
“La clave para Hillary es mostrar la enorme distancia que existe entre ella y Trump, exponiendo su falta de experiencia, falta de conocimientos y torpeza a la ahora de referirse a los temas que le importan al país. Algo así como preguntar si los estadounidenses dormirían tranquilos si una persona como Trump es quien tiene el dedo en el gatillo del arsenal nuclear”, sostiene Anita Dunn, que asesoró al presidente Obama para los debates del 2012 contra Mitt Romney. Pero Trump también tiene buenas cartas, algunas de ellas ases. En primer lugar, entra ganando en el juego de las expectativas pues poco se espera de él en términos de sustancia.
En otras palabras, un desempeño que lo haga ver fluido y coherente en los temas y actuando de manera “presidenciable” podría espantar las dudas que todavía existen frente a su preparación.
El magnate, además, es todo un maestro del espectáculo televisivo –género que aprendió a manejar durante sus años en la serie ‘El aprendiz’– y que le permitió triturar a los 16 rivales que enfrentó durante las primarias republicanas.
De alguna manera también lo favorecen los recientes ataques terroristas en Nueva Jersey y Nueva York pues ponen el tema de la seguridad nacional en primer plano y siembran el interrogante de si esta administración, de la cual Clinton hizo parte, está haciendo la suficiente para derrotar el enemigo.
“Quiéralo o no, Hillary representa los ocho años de Obama en estas elecciones y debe defender el récord. Cualquier cosa que cuestione esos resultados es algo que juega en su contra”, opina Sabato.
A eso se suma el impredecible carácter de Trump y su tendencia a lanzar golpes bajos o “políticamente incorrectos” que descalificarían a cualquier otro pero que en su caso parecen resbalarle.
Hillary lleva varias semanas preparándose para este primer encuentro y, según sus asesores, está lista para confrontar a cualquiera de los Trump que suba al escenario: el explosivo o el moderado.
Trump ha dicho que se abstendrá de la “guerra sucia” siempre y cuando su rival haga lo mismo.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington.
SERGIO GÓMEZ MASERI
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