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Mundial Rusia 2018

Con esfuerzo y sacrificio, Wílmar Barrios cumple sus sueños

Wílmar Barrios, volante colombiano.

Wílmar Barrios, volante colombiano.

Foto:Reuters

De niño, el fútbol le abrió el porvenir. Ahora no tiene barreras para triunfar.

La historia se ha contado muchas veces. Se ha contado en él y en otros, en cientos. Se escribe en español, inglés, árabe o bengalí y se narra tanto en el oriente como en el sur del planeta.
Esta vez comienza en Cartagena de Indias, en el lado de atrás de la muralla donde se camina con los pies descalzos entre piedras y basuras de calles sin asfalto, donde vivir es sobrevivir. Otra vez la historia comienza en una casita de madera y zinc, ahora frente a un caño de aguas negras que calles abajo va a dar a la ciénaga de La Virgen.
Es el barrio La Candelaria, es la infancia de un pequeño criado por su abuela con un padre en otro hogar y una madre que se fue lejos de casa, es la vida del niño que vende bolsitas de hielo en los buses, que baila al vértigo de las caderas de la champeta, que se aleja de las pandillas y las balaceras desencadenadas por el microtráfico.
Esta vez es la historia de Wílmar Enrique Barrios Terán que, como la de tantos otros, se cuenta en la piel empapada en el sudor del deporte como la única opción de verle la cara al futuro y ponerle zapatos a la vida. Para él fue el fútbol el que le abrió el porvenir que soñó desde las menores del equipo aficionado Ciclones en Cartagena y en Cali siendo un jovencito de apenas 16 años, luego en el Deportes Tolima, después en el Boca Juniors argentino, ahora en la Selección Colombia y mañana, muy seguramente, en la rutilante Liga Premier inglesa.
Wílmar Barrios disputa un balón con Robert Lewandowski.

Wílmar Barrios disputa un balón con Robert Lewandowski.

Foto:AFP

El esfuerzo y los sacrificios le han regresado la pared al otro lado de la muralla de la vida, en pleno Mundial con la Selección Colombia que llegó hasta los octavos de final de Rusia.

Debut por accidente

Barrios, de 24 años y padre de una recién nacida que aún no cumple su primer mes, hizo un gran mundial cuando llegó a él en la lista de actores secundarios, en el reparto de los suplentes de José Pékerman.
El sorprendente Yerry Mina goleador y él fueron los dos jugadores fundamentales de la Selección que luchó a brazo de hierro contra las dificultades y se fue sobreponiendo a ellas como en una extensión de sus propias vidas.
Barrios, un volante de marca duro, rápido, que no esconde la pierna, experto conocedor del plano cartesiano del medio campo, se encontró con la Copa del Mundo después de una lesión muscular que lo hizo perderse el final de la Superliga argentina, de la que ya es bicampeón. Es ídolo de la ‘mitad más uno’ del fútbol argentino, de ese pueblo vestido de azul y oro que venera la fuerza y el temple de los guapos, de los villeros porteños del sur, de los criados en casitas de madera y zinc en el Caribe.
“No, no me siento ídolo. Estoy marcando, primero que todo, una huella. Los ídolos son los que han ganado todo con Boca. Estoy agradecido con la hinchada que siempre creyó en mí y me apoyó incluso cuando no jugaba. Voy marcando mi historia, que es lo que quiero, con los pies sobre la tierra y con humildad”, dijo antes de montarse en el avión que lo llevaría a la concentración previa de Colombia para la Copa del Mundo.
Wílmar Barrios, jugador colombiano.

Wílmar Barrios, jugador colombiano.

Foto:EFE

Justo antes de su debut en la Copa del Mundo no participó de un entrenamiento en Rusia por fatiga muscular, y el infortunio del comienzo de Colombia contra Japón, con el marcador 0-1 en contra y la expulsión de Carlos Sánchez a los 3 minutos, hizo que pasada la media hora entrara a la cancha y se estrenara en el campeonato más importante del planeta.
Lo hizo bien. Hizo un laborioso y esforzado partido con las manos del obrero juicioso que carga los bultos, mezcla la arena y el cemento, alinea los ladrillos y levanta el muro. Sin embargo, Colombia perdió 1-2. Con los pies hizo lo que anunció antes del partido en una rueda de prensa oficial: “La misión de nosotros, los volantes, es quitar y cuidar la pelota porque eso es lo que siempre ha caracterizado a la Selección”.

Mundial descomunal

Sin embargo, la verdadera dimensión futbolística de Barrios explotó en los otros dos partidos de los que hizo parte. Contra Polonia e Inglaterra fue un titán mulato de 1,78 metros de alto y 70 kilos compactos de peso. El día del 3-0 sobre Polonia, en el partido mágico de Colombia en Rusia, en el volver al pasado feliz de Brasil 2014, estuvo sensacional. Hizo parte del póquer de ases que ganó la partida: el de diamantes fue James Rodríguez, el de corazones fue Luis Fernando Quintero, el de tréboles fue Juan Guillermo Cuadrado y él fue el as de picas.
Se clavó en el medio campo como el pilar firme sobre el que se edificó el triunfo sensacional. Ordenado, seguro en cada pelota dividida, firme en cada recuperación, claro cuando al recuperar la pelota la entregaba a un compañero.
Y después, contra Inglaterra hizo parte de ese mecanismo defensivo que armó Pékerman para detener a Inglaterra como lo hizo. Uno de los pernos, el remache, que sujetó la gran estructura de bloque entre volantes y defensas. Sensacional. Valiente y sin temores. Se llenó las manos de grasa y se pasó el trapo para quitarse el sudor.
Cuando tuvo que meter la pierna, rozar, chocar, tirarse de atrás y anticiparse, lo hizo sin pena a pesar de tener menos masa muscular que los rivales. Se llevó una amarilla a los 40 minutos y a pesar de eso ni perdió firmeza ni disminuyó la intensidad hasta el minuto 133 con el extratiempo y los descuentos.
Momento de la falta que cometió Wilmar Barrios sobre Jordan Henderson.

Momento de la falta que cometió Wilmar Barrios sobre Jordan Henderson.

Foto:AFP

Las palabras de Pékerman después de la eliminación, al hacer el comentario general del partido, retratan el espíritu que tuvo el equipo entero y Barrios en particular: “Hemos sido un equipo valiente, hemos luchado. Nunca tiramos la toalla al enfrentar a un poderoso oponente. Hemos tenido la actitud y la mentalidad correctas”, dijo.
Barrios terminó llorando en una tribuna del Spartak de Moscú por la eliminación. Se lo vio sentado en la gradería rodeado de tres familiares. Cada uno, entre sollozos, secaba sus propias lágrimas.

Cifras impresionantes

Sus números de rendimiento son sensacionales: en dos partidos completos contra Polonia (99 minutos y 13 segundos) e Inglaterra (133 minutos y 30 segundos) y uno incompleto contra Japón (65 minutos y 28 segundos) corrió una barbaridad: ¡31,4 kilómetros!
Fueron 299 minutos y 11 segundos con el 92 por ciento de quites con éxito y 107 pases acertados.
Claro está que si Colombia hubiera jugado ayer contra Suecia la llave de cuartos de final, Barrios habría quedado fuera del partido por acumulación de tarjetas amarillas.
Antes del Mundial, el británico Daily Mail publicó un informe en el que el cazatalentos Neil McGuiness propuso seis ‘jugadores desconocidos’ candidatos a ser grandes sorpresas durante el Mundial. Uno de ellos fue Barrios. “A pesar de que hace muy bien su papel de romper el juego desde su rol de centrocampista de contención, también tiene una gran habilidad técnica con la pelota. Es un jugador que tiene equilibrio, agilidad y anticipa de manera astuta los movimientos del oponente”, dijo.
Y agregó: “Barrios es muy adecuado para el fútbol europeo y me sorprendería si se queda en el fútbol de Argentina mucho más tiempo. Colombia tiene un medio campo muy fuerte en la actualidad, por lo que esperaría que Barrios se involucre y se destaque”.
El que sabe, sabe; ya existe la posibilidad de que Barrios sea nuevo jugador del Tottenham Hotspur, pues fue pedido expresamente por su técnico, el argentino Mauricio Pochettino. Antes del Mundial se habló de 8 millones de euros por la transferencia, luego se mencionó que esa cifra subiría a 16 y ahora algunos medios hablan de hasta 25 millones de euros.
Una enorme fortuna por quien, de niño, corría a pie limpio detrás de una pelota por las calles de piedras y basura, frente a un caño de aguas sucias que daba a la ciénaga de La Virgen, en Cartagena de Indias.
GABRIEL MELUK
Enviado especial de EL TIEMPO
Moscú
En Twitter: @MelukLeCuenta
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