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'Sin petróleo no hay crecimiento': Pablo Dávalos

El exviceministro de Economía advirtió en entrevista los riesgos por la dependencia del petróleo.

SANDRA RAMÍREZ CARREÑO
¿Cuál es el panorama de la economía ecuatoriana?
La economía ecuatoriana depende mucho del precio del petróleo. Es una economía cuyas exportaciones dependen en dos tercios del precio del petróleo. No es una economía que genere valor agregado o diversificación en su industria.
El 90 por ciento de la economía está orientado a servicios y a la industria petrolera y apenas el 10 por ciento a industrias que tienen capacidad de generar valor agregado.
Sin embargo, la economía vive en una expansión del consumo en las grandes ciudades. Hay mucho consumo que está siendo financiado y avalado por la política fiscal del Gobierno. La burocracia ha crecido y ese aparato burocrático se traduce en capacidad de consumo. Pero en el agro, en el sector rural no hay políticas agrarias, hay pobreza.
¿Cómo se explica que Ecuador sea el país con mayor crecimiento en América Latina?
El crecimiento de Ecuador es como una locomotora y está arrastrado por el petróleo. Si uno quita el petróleo, no hay crecimiento de la economía, el crecimiento es muy débil. Hay que ser críticos: sí hay crecimiento, pero se debe a los precios de petróleo y a la coyuntura internacional. Además, el Gobierno ha invertido mucho en la economía, pero eso no quita que la estructura de la economía ecuatoriana sea primaria.
¿Es cierto que Ecuador se endeuda para crecer?
En el año 2007 el gobierno ecuatoriano hizo una recompra de su deuda a valor presente, que significó un descuento fuerte, lo que le permitió bajar la deuda externa a alrededor de unos 7.000 millones de dólares.
El día de hoy la deuda está en unos 22.000 millones, sin considerar los endeudamientos de los contratos de deuda con China, que es el factoring. Es decir, China nos da dinero efectivo y nosotros le pagamos con petróleo a una tasa de intereses muy alta.
¿Eso quiere decir que el petróleo no le alcanza a Ecuador para pagar deudas?
No solo no le alcanza. ¿Qué hay? Hay un crecimiento del gobierno… Para hacerse una idea, el Gobierno tenía un impacto en la economía hace unos 10 años de alrededor de una cuarta parte del PIB, el día de hoy es la mitad del PIB.
Eso significa que el Gobierno necesita una liquidez para sustentar una economía cada vez más creciente. Pero hay una restricción y es que el Gobierno no tiene una política monetaria. Para compensar esa liquidez, el Gobierno busca mecanismos que le permitan sustentar esa liquidez sin necesidad de buscarlos fuera sino dentro del país.
¿Por qué? Porque su capacidad de endeudamiento ya está rebasando los límites que ellos mismos se habían impuesto: el nivel de endeudamiento no debería superar el 40 por ciento del PIB.
En este momento está en el 23 por ciento, sin contar varios mecanismos de negociación bilateral, sobre todo con China. Si se suma eso, el Gobierno ya está rebasando el 30 por ciento de la relación deuda-PIB.
¿Por esto aparece el Código Monetario y Financiero?
Sí. En este código establece la creación de una junta de la política monetaria y financiera, que tiene entre sus funciones determinar los niveles de liquidez global de la economía. El riesgo que tiene es que el sistema puede colapsar; se pone en riesgo el sistema de dolarización.
¿La inversión pública qué representa en términos de disminución de pobreza y desigualdad?
Hay una especie de desconexión entre la obra pública, la industria nacional, el comercio, el empleo y la pobreza. ¿Por qué? Porque hay una importante obra pública en infraestructura en obra nacional, en carreteras, en aeropuertos, pero esas infraestructuras no están pensadas en función de la industria nacional.
Por eso es que la industria nacional sigue teniendo una relación con respecto al PIB en los últimos 10 años, que es el 12 por ciento, que no crece, está estancada. Esas obras están pensadas en integrar zonas de extracción petrolera y minera, zonas de extractivismo.
¿Por qué no se estimulan otros sectores económicos?
Porque los otros sectores no generan renta al Gobierno. El Gobierno vive de las rentas porque esas rentas le permiten ganar votos, contratan nómina, subsidiar el consumo de la clase media y generar la sensación de estabilidad y crecimiento económico.
SANDRA RAMÍREZ CARREÑO
Enviada especial de EL TIEMPO
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