El tabú aún rodea el amor entre mujeres

Invierno en Nueva York, década de 1950. Carol Aird enfrenta un proceso de divorcio y la atormenta siquiera pensar en separarse de su pequeña hija. Todo lo que haga será usado para atacarla, pero pesa más su propia naturaleza: se ha enamorado de Therese Belivet. El argumento del filme ‘Carol’, que se estrena el jueves, aborda el polémico tema del amor entre dos mujeres.

La actriz australiana Cate Blanchett, dos veces ganadora del Óscar, comparte el crédito con Rooney Mara en los papeles principales de la adaptación cinematográfica de la novela escrita por la tejana Patricia Highsmith.

“La tendencia cuando se lleva a la pantalla este tipo de relaciones es que tenga una resolución trágica”, cuenta Todd Haynes, director de ‘Carol’, en una entrevista con el diario británico ‘The Guardian’. El realizador logra un relato sutil que desvela la relación romántica entre una mujer de 40 y otra de 20, a través de un viaje que acaba de forma inesperada.

Julián David Correa, director de la Cinemateca Distrital, donde anualmente se realiza el Ciclo Rosa (especializado en filmes de temática LGBTI), acota al respecto: “Ese es un tema recurrente de las películas de amor gay. No hay finales felices”.

Un repaso rápido por algunos títulos inspirados en historias de amor lésbico concuerda con los comentarios: ‘La vida de Adele’ (2013), ‘Bound’ (1996), ‘Mulholland Drive’ (2001), ‘Boys don’t Cry’ (1999) y ‘Habitación en Roma’ (2010).

El primer registro de una escena de sexo entre mujeres data de 1922, en la cinta muda ‘Häxan’ (Las brujas), producida por Suecia y Dinamarca, que además contenía orgías, violaciones y actos sacrílegos. Un relato perturbador para su época. En Hollywood las cosas fueron distintas. La implementación del código Hays, entre 1934 y 1967, llenó de restricciones la pantalla. Los besos apasionados, los escotes profundos y hasta los inodoros desaparecieron de las películas.

“Luego de eso, en los años 70, en San Francisco surgió un movimiento homosexual audiovisual muy fuerte, que impuso una estética femenina descarnada, la de Barbara Hammer (Dyketactics, Love Other), una directora que hace cine directo, chocante, que reivindica una dimensión que no se permite expresar”, cuenta Correa.

Películas como Carol no encajan en ese molde, tal como sucede con ‘Los chicos están bien’ (2010), en el que los hijos de una pareja de mujeres conoce a su padre biológico, o Freeheld, que refleja la lucha de una lesbiana para que su pareja herede su pensión.

Sin embargo, todas rompen con los esquemas y prejuicios que hay alrededor del amor lésbico en el celuloide, que muchas veces responden más a la satisfacción de una fantasía heterosexual (sea masculina o femenina).

‘Carol’ ostenta la mayor cantidad de postulaciones en los próximos premios Bafta del cine británico (nueve en total), y tiene seis para los Óscar. Muchas voces críticas se alzaron cuando la producción no fue tenida en cuenta por la Academia de Hollywood en las categorías de mejor película y dirección. “Hollywood es un negocio, una máquina de hacer dinero. Siempre hacen estudios de mercado, para calcular el poder adquisitivo de las poblaciones a las que se dirigen, que es lo que suena mejor y que es políticamente correcto”, agrega Correa, que también fue jurado en el Festival de Cine de Berlín del 2014, en los Teddy Awards, que destacan filmes de temática homosexual.

Blanchett, una joya que deslumbra

Hace rato que Cate Blanchett es una actriz fetiche en Hollywood. La estrella que todo director quiere incluir en su reparto. La intérprete que evoca a las estrellas de la época dorada del cine. Paradigma de versatilidad y solidez. No hay ningún papel que se le resista. Pasó con su primer protagónico, ‘Elizabeth’, (1998) que la tuvo cerca al Óscar. De la mano del director estadounidense Martin Scorsese, esta australiana de 47 años consiguió su primer Óscar metiéndose en la piel de otra grande del cine: Katherine Hepburn en ‘El aviador’. Con ese impulso siguió experimentando arriesgadas transformaciones emocionales que la llevaron a asumir con acierto papeles como el de ‘Coffee and Cigarettes’, cinta en la que habla consigo misma; ‘Verónica Guerin’, en la que interpreta a una periodista en peligro; ‘Diario de un escándalo’, en la que se enamora de un menor de edad y consigue una de sus interpretaciones más brillantes, en un mano a mano actoral inolvidable con Judi Dench. En ‘I’m not There’, no se arrugó ante el reto de interpretar al legendario músico Bob Dylan en uno de los apartes más interesantes de esa película. En el 2014 recibió otro Óscar, en la categoría de mejor actriz, por ‘Blue Jasmine’, de la mano de Woody Allen. Su personaje es una mujer que vive en la opulencia y que, tras la crisis económica, ve su mundo de oropel venirse abajo. Pronto llegará a las salas un nuevo trabajo: la productora de noticias de la CBS Mary Mapes, en ‘Conspiración y poder’ (11 de febrero): un personaje frágil que enfrenta a un sistema corrupto y reflexiona acerca del trabajo periodístico. Mientras, todo apunta a que su papel en ‘Carol’ podría ser su tercer Óscar.

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