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Libros / por Jorge Iván Parra

Análisis de las más recientes publicaciones recomendadas de autores nacionales e internacionales.

Consejos de Gay Talese
'El Silencio del héroe', de Gay Talese. Edición Alfaguara.
Un curso de cómo hacer buenas crónicas, “dictado” por un viejo zorro del periodismo. Su interés por resaltar el heroísmo deportivo está detrás de la escritura. Retrata los mitos del deporte, en especial los del boxeo, en su faceta humana. Es así como muestra a un Joe Louis ya retirado y fofo reivindicando a los negros desde su rol empresarial, y al gran Alí (ya con Parkinson) haciendo obras de beneficencia en Cuba y padeciendo la tacañería de Fidel Castro.
Evocación a la memoria
'Magdalena quiere memoria', de Amparo Fortaleché Triana. Thalassa Editores.
Tanto los relatos como los poemas que dan cuerpo a este libro están escritos desde una emocionalidad evidente. Se refleja el respeto por el paisaje y se siente la nostalgia que aviva recuerdos de una infancia, dramática a veces; pero dejando siempre resquicios para reconciliarse con la vida. Un prurito de estética, un sentido de pertenencia hacia la región bañada por el río, una conciencia de nación y un tono de ternura caracteriza todas sus páginas.
Palabras para líderes
'En busca de respuestas', de Felipe González. Edición Debate.
El discurso del exmandatario español tuvo en el pasado Hay Festival un efecto de ventarrón, y este libro nos permite profundizarlo. Su potencia radica en que no está orientado solamente a políticos y gobernantes, sino a empresarios, educadores y a todo aquel que tenga responsabilidad frente a un grupo, es decir, a un líder. Este no es el que manda ni impone, sino el que se hace cargo del sentimiento de los demás, el que es capaz de encontrar y promover talentos en sus subordinados... el que sabe cuándo debe irse.
González, al hablar de trabajo en equipo, señala que un grupo no tiene por qué ser homogéneo, lo que tiene que hacer es manejar la diversidad, administrar las diferencias y enriquecerse con ellas. Respecto al líder, sus equipos de trabajo no deben confundir lealtad con sumisión; nada de seguirlo incondicionalmente ni de halagarlo con el consabido “sí, señor”, en vez de decirle la verdad aunque no le guste: “El mayor error del liderazgo se produce cuando el que decide la selección de equipos no soporta que los componentes sean más brillantes que él mismo. Es el error de los mediocres que no soportan que nadie destaque en su entorno”.
El expresidente distingue también entre poder y autoridad, y para qué sirve lo uno y lo otro. Habla de la fortaleza emocional que impide que un líder haga mucha bulla con un triunfo pasajero, o se deprima con una derrota. En fin, un libro indispensable sobre todo para aquellos líderes orates que controlan con amenazas del tipo “el que no está conmigo está contra mí”.
La Colombia de Mendoza
'Lady Masacre', de Mario Mendoza. Edición Planeta.
El asesinato de un político que le debía a cada santo una vela, y su posterior investigación por parte de un detective privado, que como auténtico protagonista de las novelas de Mario Mendoza, vive en el borde, son el asunto de una trama muy bien urdida. Pero, aparte del rollo policiaco, la novela trae más. Se trata de una mirada sesuda a la realidad nacional y una interpretación laudable del cruce de circunstancias que han descompuesto a nuestra sociedad.
Por medio de las voces de los actuantes (y les da voz a todos, inclusive a los que la moral del lector catalogaría como los malos) la novela toma posición y configura un discurso, es decir, nos dice cosas. Nos revela cómo son las alianzas entre la clase política y los paramilitares; entre la oligarquía que acuna a delincuentes de cuello blanco y las fuerzas oscuras. Nos habla de lo que hay detrás del poder, el éxito y la fortuna. Pero la novela sorprende, además, por su ambición literaria y su diversidad de géneros: lo gótico (la escena de las catacumbas y las cloacas nos recuerda páginas de Ruiz Zafón); lo real degradado (el protagonista Frank Molina, drogado, expulsado de su trabajo y muerto de hambre, parece un personaje de Irvine Welsh); lo psicológico abunda, al igual que lo antropológico-social.
Uno de los asuntos llamativos de la narración, desde un punto de vista técnico y estratégico, es que el complejo personaje que le da el título hace esperar al lector 200 páginas para hacer su aparición y ser utilizado(a) por Mendoza para derribar tabúes e insuflar fuerza alegórica al libro.
Otros Recomendados:
'Hacer mundos: El nombrar y la significatividad', de Freddy Santamaría Velasco
De vieja data es para la filosofía el problema de la relación entre los nombres y lo que designan. Platón se lo planteó y, en la modernidad, Foucault, Russell, Wittgenstein y Goodman, entre otros. Los tres últimos soportan este trabajo. El aporte del autor es centrarse en “el problema de la significatividad de los nombres de ficción”. ¿Realmente significan algo? ¿Cuál es su referente? ¿Tienen el mismo sentido los nombres de ficción y los de la realidad? Filósofos, lingüistas, literatos y estudiosos del discurso tienen en este texto cómo orientarse en tan álgido tema. USTA
'El amigo de la muerte', de Pedro Antonio De Alarcón
Mucho le debe esta novela al ‘Fausto’, de Goethe, por aquello de que un enamorado perdido entra en negocios con un ser extraterreno (con la muerte personificada) para conseguir lo que anhela. Pero De Alarcón pasa de lo romántico a lo gótico y de ahí a lo fantástico; es decir, se mueve con propiedad (y en pocas páginas) por los géneros narrativos más emblemáticos del siglo XIX. Eso sin hacerle mucha bulla a los ramalazos de prosa modernista con los que también nos deleita. La cereza del ponqué es el relato “La mujer alta”, incluido en el libro. “Un cuento de miedo” lo llama él, y razón no le falta, pues no hay nada para envidiarle a Le Fanu. Eneida
'La solterona', de Edith Wharton
Con la misma agudeza e ironía con que la mejor escritora norteamericana del siglo XIX examina la vida burguesa que tan bien conoció, en ‘La edad de la inocencia’ y en sus mejores cuentos, procede en esta delicada novela corta. Qué lío tan tremendo era quedarse embarazada, ser madre soltera o algo peor: solterona. En una demencial carrera por salvar las apariencias, entre dos primas terminan criando a la misma niña, hasta que ya casadera hace que las dos mamás entren en conflicto y se saquen los cueros al sol. El tema parece gastado por los melodramas de hoy, pero hace un siglo le movería el piso a más de un moralista. Impedimenta
'Algún día nos lo contaremos todo', de Daniela Krien
Novela que se sostiene por su sencillez narrativa y la tranquila desenvoltura de su trama. Se mueve entre dos paradigmas novelescos modernos: el de Madame Bovary (por la infidelidad y el desajuste de la protagonista) y el de Lolita (por la relación amorosa entre un hombre y una preadolescente 13 años menor que él). ¿Qué encuentra la colegiala María, ya integrada a la familia de su novio Johannes, en el rústico borracho Henner? ¿Por qué se le vuelve imprescindible, si la trata con brutalidad? Interesante debut literario de esta autora alemana que sabe explorar los sentimientos. Salamandra
'El juego de Ripper', de Isabel Allende
Una serie de escabrosos asesinatos en California, aparentemente sin conexión alguna, son el acicate para que jugadores de Ripper trasladen a la realidad sus habilidades detectivescas. Pero la novela va más allá de lo policial, pues la célebre y ya bastante madura escritora chilena explora el lado oculto del ‘American way of life’, la vida militar, el día a día de los inmigrantes, la segregación y, en el caso de Ayani, la exótica modelo africana, el precio de la fama. Los aficionados a la criminología (y a los juegos de roles) gozarán de la novela y los demás lectores, unos se entretendrán y otros encontrarán motivo para comerse las uñas. Plaza & Janés
'Guía de la Kultura', de Ezra Pound
Esta obra casi hermética, de tan difícil y densa, fue escrita por un poeta, filósofo (a su manera), defensor del fascismo y loco. Según él, quien quiera preciarse de culto ha de tener en su acervo: las analectas de Confucio en chino; las obras de Homero, Ovidio, Cátulo, Dante y Villón, y de complemento, lo que dejaron Voltaire, Stendhal, Flaubert y Rimbaud. A los filósofos griegos nos los tenía en muy alta estima, y de Romain Rolland y Gide dijo que escribían majaderías. A los que escriben muy confiados en su genio, les deja esta perla: el escritor o artista que no es intolerante con sus propios defectos técnicos es un chapucero. Capitán Swing
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