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Mario Jaramillo
 “No tengo velas en ese entierro”
Cuando no hay razones para meterme donde no me incumbe, estar donde nadie me ha invitado o no tengo nada que ver con lo que pasó, puedo decir que no tengo velas en ese entierro. La expresión pasó de España a nuestra tierra, aunque sufrió variaciones en el camino. Allá preguntan: “¿Quién te ha dado vela en este entierro?”. El origen de la expresión se debe a una vieja costumbre que aún se practica en algunos pueblos de la península ibérica: entregar velas a los parientes del fallecido durante el funeral. Si alguien se abstiene de hacerlo es porque no tenía una relación directa con el fallecido. No tiene velas en ese entierro.
“Año sabático”
Ocurre cuando se deja de trabajar durante un año y la persona se dedica a otras actividades. La expresión está frecuentemente relacionada con el tiempo libre que un profesor se gana en algunas universidades después de siete años dedicado a enseñar e investigar. Es habitual sobre todo en EE. UU. La expresión se gesta a partir del Génesis. Tras la creación del mundo, Dios descansó al séptimo día. El séptimo día es el “sabbath”, sábado, que significa descanso. La ley de Moisés mandaba consagrar un año cada siete, y durante ese tiempo, no se trabajaba el campo, el amo dejaba libre al esclavo y, lo mejor de todo, las deudas no se pagaban. Lastimosamente se ha perdido esta práctica de alejar a los “chepitos” durante 365 días.
“El día de la lechuza”
Pregunta un lector cuál fue la primera novela que trató el tema de la mafia. Se cree, generalmente, que fue ‘El padrino’ de Mario Puzo, cuyas versiones cinematográficas, por cierto, dieron popularidad a una frase que mucha gente suele emplear en circunstancias forzosas: “Le haré una oferta que no podrá rechazar”. Esta expresión, en la primera película de la trilogía, lleva al padrino a mandar a asesinar a un caballo, cuya cabeza sangrante aparece bajo las cobijas del productor de cine que se niega a darle un papel a su ahijado, supuestamente Frank Sinatra en la vida real. Pero mucho antes de que Puzo escribiera la famosa novela (1969), el tema de la mafia ya había sido tratado, aunque enfocado a la mafia en Sicilia. Se trata de ‘El día de la lechuza’, del escritor siciliano Leonardo Sciascia, novela corta publicada en 1961. En ella, el prestigioso novelista sitúa por primera vez a la mafia en el ojo del huracán. ‘El día de la lechuza’ fue una de sus más célebres novelas. Considerada por algunos críticos pionera del género policiaco italiano, narra con maravilloso estilo la dificultad para romper el silencio cómplice de una sociedad acallada por la omertá. El escritor, fallecido en 1989, basó buena parte de su literatura en hechos reales y llevó una vida dedicada a poner en evidencia los abusos del poder.
Mario Jaramillo
Mario Jaramillo
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