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Investigación

‘Mapa de la coca muestra que las Farc han cumplido’

Por ello, Tumaco se convirtió en el municipio más afectado con cultivos ilícitos.

Por ello, Tumaco se convirtió en el municipio más afectado con cultivos ilícitos.

Foto:Carlos Ortega / EL TIEMPO

El informe Simci, de Naciones Unidas, reveló que cultivos crecieron en zonas de bandas criminales.

Bo Mathiasen, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), explica cuáles son las razones por las que en el último año se duplicaron los cultivos de coca en el país, según el último informe del Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci). Afirma que la aspersión aérea no es el camino y confía en que la erradicación y sustitución voluntaria traigan resultados positivos en los próximos años.
¿Por qué se dispararon los cultivos de coca?
En 2012 se alcanzó un nivel muy bajito, con apenas 48.000 hectáreas de coca en el país. Entonces, en los últimos cuatro años vimos cómo subía a las 69.000, luego a 96.000; y aquí estamos, en 146.000 hectáreas. No hay una explicación simple, hay varias. Una explicación es que en el 2014 se logró el acuerdo sobre el punto cuatro en las negociaciones con las Farc (Solución al problema de drogas ilícitas). Y en ese momento quedó claro el mensaje de que quien tenía coca iba a tener beneficios.
Empezaron, tal vez, unas expectativas que pudieron motivar el incremento de sembradíos. En 2015, cuando se terminó la fumigación aérea con glifosato, se creó una percepción (entre los campesinos) de riesgo más bajo. Entonces, menos riesgo y una percepción de más beneficios para los que tienen coca generaron tal vez un espacio en donde las comunidades pensaron: ‘si tú no tienes coca, no vas a tener nada, entonces mejor sembrar’.
¿Los grupos ilegales vieron una oportunidad?
Este último año se incrementó la percepción de oportunidad, sobre todo para los otros grupos armados que están en el narcotráfico. Vemos en el Simci que donde hay incremento no eran zonas de las Farc, pero sí de otros grupos. Voy a dar un ejemplo: en el norte de Antioquia, de 2015 a 2016 hay un incremento de más o menos 2.000 hectáreas. En esta zona y en el sur de Córdoba tenemos un incremento muy brutal, muy fuerte, y eso es una zona dominada por el ‘clan del Golfo' o ‘clan Úsuga’. Mire lo que pasa en Norte de Santander y Nariño, allí los cultivos se duplicaron. Aquí tenemos otros grupos que siguen delinquiendo, siguen obligando a las comunidades a sembrar coca porque quieren comprarla y quieren transformarla con fines de exportación. Si uno ve el mapa, los cultivos crecieron donde no están las Farc, es decir, las Farc no hicieron trampa, han cumplido.

Se asperjaba, y volvían a sembrar. No se logró el cambio deseado

¿El pago de la hoja de coca en qué incide?
Tiene mucho que ver con que estamos en un negocio donde toda la cadena, hasta la comercialización, es dolarizada. Al mismo tiempo que hubo un incremento en el precio en pesos, hubo una desvalorización muy fuerte del peso colombiano con el dólar. Otro tema que influye es el alza del oro porque en algunas zonas en Colombia, la explotación del oro de manera ilegal está en competencia directa con los narcocultivos. Es decir, para atraer a los campesinos a raspar la hoja de coca les estaban ofreciendo trabajo en la minería ilegal, apoyados en el alza fuerte en el precio del oro. Era fácil atraerlos en el norte de Antioquia y Chocó.
¿Deberíamos volver a la aspersión aérea?
Es un tema soberano de Colombia. Pero se podría analizar el impacto del glifosato en el pasado. ¿Realmente sirvió de algo y dio los resultados deseados? Yo creo que no. A mediano plazo siempre hubo resiembra en estas zonas. Se asperjaba, y volvían a sembrar. No se logró el cambio deseado.
¿El trabajo con comunidades y la sustitución voluntaria traerá resultados positivos?
Están trabajando sobre una transformación real del territorio, una transformación económica en términos de inversión y ayuda social, y eso es lo que va a lograr de manera sostenible un cambio. Es claro que los cocaleros son mal pagos, sus ingresos son bajos. No es un gran negocio, es la falta de oportunidades. No han tenido la oportunidad de ingresar a la economía formal. Desde el punto de vista económico, esos programas son sensatos porque generan el desarrollo de la economía local, y los campesinos se van a sentir como colombianos y no como delincuentes. Hay que brindarles la seguridad a estas comunidades, con la Fuerza Pública y fiscales, para expulsar a los grupos al margen de la ley y que puedan vivir en paz.
¿Colombia algún día dejará de ser el primer productor de coca con estos programas?
Yo creo que sí. Tengo la plena confianza en que esa es la vía por seguir. Es claro que hay una gran polarización política, pero, a mediano y largo plazo, esto se logrará a través del desarrollo y la inclusión social.
¿En cuánto tiempo?
Eso no será rápido, es un proyecto de muchos años. El problema es significativo, y hay que hacer inversión para mejorar las vías, traer a la institucionalidad, las escuelas, la seguridad, el imperio de la ley. Eso no es de un año para otro. Pero se va a lograr.
¿Qué efectos tiene en los cultivos ilícitos tener a las Farc en la vida civil?
Es muy importante que ahora estén reintegrándose a la sociedad. Seria muy negativo que volvieran a las economías ilegales por falta de oportunidades. Es importante ofrecerles oportunidades dignas para que sigan en este camino.

Narcocultivos en parques

Bo Mathiasen asegura que en los parques naturales y resguardos de comunidades étnicas se encontró el 32 % de los cultivos ilícitos, por lo que afirmó que hay que pensar en una política diferencial para erradicar la coca en esas zonas. Sostuvo que Nariño es la región donde hay más comunidades afrodescendientes con estos sembradíos. “Hay que hacer el proceso correcto, que es realizar una consulta previa antes de hacer cualquier cosa en su territorio”, dijo.
También señaló que en los casos de comunidades indígenas, muchas veces los cultivos no son suyos, sino de colonos o personas que están invadiendo sus territorios.
JUSTICIA
justicia@eltiempo.com
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