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Cortes

El Ejército tendrá 5.000 hombres con alta tecnología para desminar

El viernes pasado, el general Mejía presentó la doctrina Damasco, que guiará en adelante a los hombres de la institución.

El viernes pasado, el general Mejía presentó la doctrina Damasco, que guiará en adelante a los hombres de la institución.

Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO

El general, Alberto Mejía, dice que la institución garantizará seguridad de los guerrilleros.

Con base en el acuerdo sobre los protocolos de cese del fuego y desarme de las Farc, el cual se firmó el viernes en La Habana, el comandante del Ejército, general Alberto Mejía, anuncia que “será el Ejército el que desplegará todos los dispositivos para garantizar la vida de todos los que participan en el proceso de dejación de armas y reintegración por parte de las Farc”.
El alto militar asegura que la seguridad personal de los exalzados en armas está garantizada por parte del Ejército y de la Policía.
Además, el general Mejía expresa su apoyo a los acuerdos de paz de La Habana y afirma que “la historia de los conflictos irregulares demuestra que todos terminan en una negociación”. También dice que el resultado del plebiscito “será la antorcha del Ejército”. Y con el acuerdo se garantiza “el fin de las Farc alzadas en armas”.
Y hace un resumen de la recuperación de zonas que hoy son de las Farc, así como de la heroica tarea del desminado.
¿Cuál es su opinión sobre los acuerdos de paz?
Nosotros cumplimos con nuestra misión. Se llega a este momento por la victoria de los soldados sobre las Farc. Durante 50 años, las Farc trataron de llegar al poder por la vía de las armas. En la medida en que perdieron a sus principales cabecillas, perdieron su estructura, se debilitaron y tomaron el camino de la negociación.
Hay quienes piensan que la guerra debe continuar. ¿Está de acuerdo?
La historia de las guerras y de los conflictos irregulares demuestra que todos terminan en una negociación. Yo me siento muy orgulloso de conducir a un ejército que llega a la victoria y que propició este proceso de conversaciones para proteger al pueblo colombiano. Lo único que tenemos que hacer ahora es continuar avanzando para conquistar la paz lo más rápido posible.
¿No cree que se conquiste la paz con los acuerdos de La Habana?
Viene un tiempo prudencial para conquistar la paz; recuerde que hay lo que denominamos el sistema de amenaza persistente.
¿En qué consiste?
Posibles disidencias; el Eln, si no se suma al proceso; el narcotráfico, grupos armados organizados, delincuencia organizada, minería ilegal... Todas esas amenazas. No hay descanso, vamos a seguir adelante, más fuertes, para conquistar la paz.
En su opinión, ¿qué decidirá el pueblo colombiano en el plebiscito?
Nuestro pueblo ha sufrido mucho y es este el que nos marcará la ruta, nos marcará el camino. El pueblo colombiano, en su inteligencia, va a decidir lo correcto para el futuro, y lo que nos marque ese pueblo será nuestra antorcha.
¿El acuerdo que se firme en La Habana es el comienzo de la paz?
Será el fin de las Farc alzadas en armas. Con el fin de esa amenaza se inicia una nueva campaña para estabilizar y consolidar el país y para conquistar la paz.
¿Para conquistar la paz? Es decir, ¿en el posconflicto, seguirán los combates?
Contra todo aquel que esté por fuera del marco de la ley.
Usted dice que se necesitará un tiempo para la paz. ¿Por qué?
Se necesita un esfuerzo mayúsculo para lograr el control institucional del territorio, que el Estado colombiano llegue a todos los sitios donde hoy no está. En muchos lugares de Colombia solo hay un teniente, un sargento y un soldado en representación del Estado. No queremos que eso siga siendo así. Visionamos que llegue la salud, la educación, el empleo, y vamos a ser grandes facilitadores del proceso para que haya desarrollo y para que ninguna región vuelva a sufrir la violencia. Eso no se hace de un día para otro.
¿Hay riesgo de que criminales ocupen los espacios que abandonarán las Farc?
Este es uno de los grandes desafíos del posacuerdo y es una de las mayores preocupaciones del Presidente y del Ministro de Defensa, quienes nos dicen que no podemos permitir lo que se denomina “espacios no gobernados”. Precisamente por eso es que el Ejército no se puede debilitar y no se puede reducir. Estas dos situaciones no van a suceder.
¿Cuál es su opinión sobre lo que debe ocurrir con los militares que están investigados o condenados por delitos en el conflicto?
La justicia transicional se aplica a los militares y tiene algunos temas que quisiera mencionar: esta justicia transicional es diferente a la de las Farc. Todos nuestros actos se presumen legales, y todos los actos de ellos se presumen ilegales. Pero algo muy importante es que esta justicia mira nuestra acción bajo la lupa del Derecho Internacional Humanitario. Es cierto que nosotros tuvimos algunas equivocaciones en esta guerra y se ha pagado muy caro por esos errores.
Una de las peores amenazas que han tenido que enfrentar el Ejército y la Policía es la siembra de minas en el país…
Sí, y de este flagelo nuestros hombres han sido las principales víctimas, pero también muchos humildes colombianos. Por esta razón estamos fortaleciendo la capacidad de desminado humanitario. Muestra de ello es que este sábado el Presidente activó la primera Brigada de Desminado Humanitario en Tolemaida, que va a tener 5.000 hombres con equipo de alta tecnología para efectuar el desminado bajo estándares internacionales.
Somos, con Afganistán, el país con más minas en su territorio…
Es una tragedia porque estas minas han sido sembradas en gran parte de Colombia de manera indiscriminada; es decir, no se sabe dónde están.
Pero hay unos procesos, como en el caso de El Orejón y otro en los Llanos…
Sí. Allí las Farc han hecho un acuerdo con el Gobierno bajo una monitoría de garantes internacionales para hacer planes pilotos. Serán planes de desminado paralelos a los que vamos a hacer nosotros. Ya tenemos diseñado un plan con la Dirección para Acción Integral contra Minas Antipersonal (Daicma), de la Presidencia, ya sabemos cuáles van a ser los municipios por los que vamos a iniciar.
Déjeme volver a la idea de la activación de la brigada de desminado: no tiene un arma, no tiene un fusil; es una brigada con uniforme azul; de expertos con perros entrenados, detectores, robots, aviones no tripulados, apoyo aéreo y toda una gran estructura en comunicaciones satelitales. La brigada va a estar mirando cada centímetro de los municipios, arrancando las minas, eliminándolas alrededor de las escuelas para que los niños puedan jugar tranquilos. Esta brigada de desminado humanitario significa una sola cosa, y lo dice el himno nacional: “Cesó la horrible noche”. Y cesó porque vamos a arrancar todas las minas de nuestros territorios.
¿Y cómo se seleccionaron estos hombres?
Son unos gigantes de coraje y de valor. Este es el trabajo más peligroso del mundo, y estos hombres tienen dos características especiales: todos son voluntarios y cuentan con la preparación requerida para esta labor. También de esta brigada hacen parte grupos de mujeres.
¿Cómo será la seguridad en los lugares de concentración de las Farc?
Vamos a contribuir de dos formas: la primera, bajo la sombrilla de la ONU, con oficiales, suboficiales y soldados que harán parte del esquema de verificación. Ya están siendo seleccionados, entrenados y certificados. Este grupo tendrá personal de todas las fuerzas y serán los garantes de que en estas zonas se cumplan los protocolos que se han acordado.
Esa es una forma, ¿y la otra?
En cuanto a la seguridad exterior o perimétrica de estas zonas, allí habrá 31 unidades del tamaño mínimo de un batallón, es decir, más de doce mil hombres. Estamos evaluando quienes conformarían estas unidades con el fin de que tengan el perfil y todas las condiciones requeridas.
¿Qué papel jugará el Ejército en el protocolo que acordaron el Gobierno y las Farc para la dejación de armas y el cese del fuego bilateral?
El Ejército Nacional es el pilar fundamental para atender la seguridad del mecanismo de monitoreo y verificación con ONU, Gobierno y Farc. La población civil en las áreas también es encargada de la seguridad de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y los Puntos Transitorios de Normalización (PTN).
Es el Ejército el que despliega todos los dispositivos para garantizar la vida, honra y bienes de la población de la vereda y los sectores aledaños, así como todos los que participan en el proceso de dejación de armas y reintegración por parte de las Farc.
Es un ejercicio de confianza en nuestro Ejército Nacional, pues al término de los 180 días las Farc terminan sin ningún armamento y su seguridad personal es garantizada por el Ejército Nacional y la Policía Nacional. Siempre en cumplimiento de sus funciones constitucionales y legales y de las órdenes del Presidente de la República.
¿Tendrá participación el Ejército en el desplazamiento de las Farc a las zonas de concentración? ¿Brindará algún tipo de seguridad para los futuros desmovilizados de las Farc?
El Ejército habilitará unos corredores para facilitar la movilidad de los miembros de las Farc hacia las áreas de concentración, en cumplimiento del protocolo establecido entre los plenipotenciarios del Gobierno Nacional y los miembros representantes de las Farc, garantizando la seguridad de dicho desplazamiento. Lo anterior, una vez sea autorizado por el Gobierno Nacional. El Ejército continuará garantizando la vida, honra, bienes de la población civil, que es en lo que se convierte un guerrillero ya desmovilizado y reintegrado.
¿Tendrá alguna actuación el Ejército en caso de que se registre un incidente dentro de esas zonas de concentración?
El Ejército se atiene a los protocolos acordados entre los plenipotenciarios del Gobierno Nacional y los miembros representantes de las Farc, y al mecanismo local, regional y nacional, que solucionarán las controversias que se presenten dentro de las zonas y su kilómetro de zona de seguridad.

Voto militar: ‘por ahora, no’

¿Usted no es partidario de que los militares tengan derecho al voto?
Ese es un tema exclusivo del ámbito político, pero tengo un concepto personal: estoy de acuerdo con el voto, pero no ahora. Necesitamos que el país se estabilice, que haya un proceso de control institucional del territorio y, cuando pase toda esta gran dificultad, ahí sí seremos como todos estos ejércitos que hoy en día votan, en América Latina, en Estados Unidos, en Europa. Estoy de acuerdo personalmente con el derecho al voto de los militares, pero lo más lógico y lo más inteligente es que sea más adelante. Por ahora, zapatero a tus zapatos; por ahora, asegurar que la paz pueda realmente alcanzarse.

‘Revolcón’ en la libreta militar

¿Y la libreta militar?
Cursa en el Congreso un proyecto de ley que plantea una reingeniería al proceso de reclutamiento. Por ejemplo, establece que en el servicio militar haya un solo tipo de soldado, es decir, que no existan soldados bachilleres, soldados campesinos, soldados regulares, soldados indígenas. Cuando hay varios tipos de soldados se nos hace difícil la administración del personal del Ejército. Otro punto relevante de la iniciativa de ley es que para el servicio militar se plantea un tiempo estándar no de 24 meses sino de 18 para todos.
¿Hoy cuánto le pagan a un soldado?
Esa es la otra gran reforma: quien está prestando el servicio militar recibe una bonificación de 101.727 pesos mensuales. Este proyecto de ley propone avanzar por fases hasta llegar a un salario mínimo. Por ahora, en la primera etapa se pagaría hasta 50 por ciento del salario mínimo. Por otra parte, las clases o los estratos más bajos no van a pagar por el trámite de su libreta militar, y las clases más favorecidas ya no pagarán de acuerdo con su declaración de renta, sino hasta la suma de 14 millones de pesos. Esto nos permitirá darle más transparencia al proceso de reclutamiento y contribuir al mejoramiento de las condiciones de quienes prestan el servicio militar.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO
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