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Un tal Charlie Sheen / Sexo con Esther

Si algo queda claro es que ni la fama ni el dinero ni el poder blindan a nadie contra el sida.

ESTHER BALAC
Siempre que se haga siquiera el intento de censurar el derecho de la gente a disfrutar su vida sexual con plenitud, todos tendríamos que salir en defensa de esa bien ganada libertad.
Pero debo decir que hasta en este campo hay límites, y esa raya está en el respeto hacia otras personas.
Escribo esto pensando en Charlie Sheen, el actor de 50 años que tuvo que salir a reconocer públicamente, y movido por chantajes y presiones, que era portador del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida.
Aclaro: el problema aquí no es que viva con el virus o cómo lo adquirió; eso ya forma parte de su fuero interno, y merece todo el respeto del caso.
Lo grave e imperdonable es que, conociendo su situación, Sheen se la ocultara a sus parejas y, como si fuera cualquier cosa, sostuviera relaciones sexuales con ellas, sin protección.
¿Y qué creyó el tal Charlie Sheen? ¿En qué momento se le ocurrió pensar que también podía llevar a la cama su patanería actoral y personal y exponer de tal modo a los demás? Una cosa es llegar borracho o drogado a un estudio de grabación, y otra muy distinta es incurrir en una conducta tan irresponsable.
Que no venga ahora este patán a posar de víctima; que le quede claro que no basta con poner cara de “yo no fui” en cuanto talk show televisivo se le ocurra.
Esta es la vida real, tanto como lo es el sida, que mata a millones de personas cada año en el mundo. ¿Qué pensó este señor, que era una puesta en escena? Pues no, nada de eso.
De un tipo que se porta de este modo nada puede esperarse. Ni siquiera la posibilidad de que repare lo hecho. Así que cruza uno los dedos para que de esta falta no caiga otra vez parado y por que al menos de aquí en adelante entienda qué responsabilidades le caben como portador del VIH.
Si algo queda claro es que ni la fama ni el dinero ni el poder blindan a nadie contra él. Eso lo saben todos; por eso, es paradójico que justo en la semana en que se conmemora el Día Mundial del Sida le haya aparecido un antihéroe a quienes luchan contra este mal. Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO
ESTHER BALAC
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