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'No hay límites cuando la tecnología entra a las aulas':J. Noé Sánchez

MinTIC premió al profesor por enseñar a sus alumnos del Quindío a aplicar las TIC al campo.

RAFAEL CARO SUÁREZ
Desde que el profesor de matemáticas José Noé Sánchez llegó a la institución educativa de la vereda El Naranjal, en el municipio de Montenegro (Quindío), supo que a sus alumnos nunca les iba a gustar el mundo de los números y las ecuaciones resolviendo únicamente los ejercicios del Álgebra de Baldor, el ‘coco’ de millares de estudiantes en el país.
Por eso, Sánchez diseñó el proyecto pedagógico Agromatic, que fusiona matemáticas y ciencias agropecuarias con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
El primer reto fue ganar la confianza de sus alumnos. “Más que amigo, quería convertirme en el guía de ellos: alguien a quien no sólo respetaran, sino que le creyeran y le profesaran cariño”, pensó. Entonces procuró establecer en sus clases espacios dedicados al diálogo, al intercambio de saberes y a la resolución de problemas de la cotidianidad. Hoy, cinco años después, esos lazos se mantienen indisolubles.
Gracias al impacto social generado por Agromatic, el docente fue declarado recientemente ganador de Educa Digital Colombia, categoría Fortalecimiento de las áreas básicas.
Este es un reconocimiento que concede cada año el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) a los profesores con las mejores experiencias de uso de las TIC en el aula. Recibió, además, un computador portátil, y la escuela El Naranjal, 10 equipos de última tecnología de Computadores para Educar.
Así fue el comienzo
El ‘profe’ Noé (como lo llaman en El Naranjal) recuerda que en una de esas charlas, sus alumnos le contaron que se les dificultaba lograr que los surcos en sus cultivos fueran simétricos. El ‘profe’ identificó así un campo para aplicar la tecnología.
La escuela El Naranjal, de orientación pedagógica rural, posee una huerta experimental en la que los estudiantes practican las técnicas agrícolas que luego aplicarán en sus propias granjas.
Así, Agromatic se convirtió en la salvación de los estudiantes, que aprendieron a construir sus eras delineadas y organizadas, de modo que los surcos ahora tienen las medidas exactas que optimizan cada espacio sembrado.
Todo esto gracias a la ayuda de un software de realidad aumentada, que el ‘Profe’ les enseñó a manejar para diseñar gráficos en 3D que simulaban los terrenos, construidos según los cálculos matemáticos que los chicos resolvían en los computadores.
“Yo no les llego con problemas del Álgebra de Baldor, porque eso los aburre. Les formulo ejercicios relacionados con la construcción de sus propias huertas; así ellos llegan a sus fincas, felices, a trabajar. Con las matemáticas y las TIC, saben que pueden convertirse más adelante en productores agrícolas innovadores, y optimizar su productividad y ganar dinero de su actividad”, cuenta.
Al principio fue difícil para los estudiantes apropiarse de la tecnología.
José Noé tuvo que esmerarse para explicarles paso a paso, sin regaños ni reparos, cómo debían utilizar Agromatic. “Así se les quitó el miedo a utilizar los computadores”, agrega.
Vidas tocadas por las TIC
La vereda El Naranjal es un caserío de no más de cuatro calles, y decenas de fincas de suelos fértiles y generosos, en los que se cultivan plátano, café, cebolla larga, rábano y lechuga, entre otros productos. Es un enclave agrícola rico y fecundo que se ha convertido en los últimos años en corredor estratégico, gracias a su ubicación en las inmediaciones de tres municipios: Montenegro, Filandia y Quimbaya.
Con solo 32 años, el 'profe' José Noé se convirtió en un innovador que utiliza la tecnología aplicada a las rutinas del cultivo de la tierra en el campo, en una vereda quindiana. Foto: Rafael Caro Suárez
Los niños y jóvenes que habitan en la zona son de estrato 1, beneficiarios del Sisbén, pues son hijos de padres peones y jornaleros de las fincas. No son propietarios de tierras.
Otros, en menor proporción, son empleados de una fábrica de tajaditas de plátano dulces y saladas, que se comercializan en las grandes ciudades.
“Aunque el alimento nunca les falta, los aparatos tecnológicos son un lujo que estas familias no pueden darse: ninguno tiene computador en su casa, y mucho menos internet. Eso sí, desde que utilizan la Sala de Informática que el MinTic nos donó, se apasionaron por las tecnologías. Hasta trabajan al destajo en sus ratos libres con tal de ganarse unos pesos para comprarse los teléfonos inteligentes más sofisticados del mercado”, relata el ‘profe’.
Gracias a la donación de 20 equipos de Computadores para Educar con conexión a internet de alta velocidad, hace poco menos de un año, se produjo la revolución educativa que hoy les pinta un futuro promisorio a los muchachos de esta comunidad campesina.
No olvida que sin la ayuda de sus colegas de la escuela El Naranjal jamás hubiese podido finalizar Agromatic. “Creo firmemente en el trabajo en equipo, porque uno solo no puede conseguir sus objetivos. Las ideas ambiciosas se pueden llevar a la realidad solamente cuando uno es capaz de asociarse con compañeros que le aporten a uno”, reconoció. Como en su caso, cuando sus amigos Ana María Ortiz (profesora de Informática), Antonio Rivera y Roosevelt Ramos (docentes de ciencias agropecuarias) lo asesoraron.
Luego llegaron aquellos fines de semana intensos, pero fructíferos, donde trabajó sin descanso hasta culminar su proyecto. Por eso dice a boca llena que el primer lugar en Educa Digital Colombia no fue producto del azar, sino el reconocimiento de su esfuerzo constante, silencioso y apasionado por llevar las TIC a las aulas.
“Porque cuando la tecnología entra al salón de clases, uno no conoce los límites. Más cuando uno tiene alumnos campesinos, que saben que si no aprovechan ahora jamás les llegarán las oportunidades. Tal vez por eso no pierden el tiempo en chats inoficiosos, o mirando facebooks ajenos. Nada de eso, ellos sólo se dedican a estudiar”, sentencia.
Todas las mañanas, cuando el día clarea, el ‘profe’ Noé recibe a sus estudiantes con sabios consejos que les ha escuchado a los personajes que más admira: “La disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia”, le escuchó decir un día a Yokoi Kenji Díaz, profesor de ascendencia japonesa que fue invitado a Educa Digital Colombia.
El modelo pedagógico de Kenji, llamado Estudio en Clase, lo viene aplicando desde hace rato porque le gusta que “los colegas te vean dictando la clase, ya sea para felicitarte o darte recomendaciones de lo que debes mejorar”, señala.
La tecnología les ha cambiado la vida al ‘profe’ y a sus alumnos. “Ellos aprenden de mí, y yo aprendo de ellos. Siempre me encuentro con niños y jóvenes inteligentes, pero que a veces se echan a la vagancia; entonces, yo les digo que no desaprovechen los recursos que Dios les ha dado: a eso hay que añadirle esfuerzo, responsabilidad, compromiso”.
Nunca olvidará a Geraldine Ospina (de 16 años), su pupila de 11.° grado, menudita, taciturna, siempre escondida detrás de una coraza invisible. La indujo a manejar los computadores, a escribir en el blog para ayudarle a consignar allí todos los ejercicios de clase. Y se convirtió en su alumna más aventajada, el modelo por mostrar.
Tal vez su reto más arduo fue ayudar a Joan Andrés Arango (de 17), cuya discapacidad cognitiva la adquirió siendo un chiquillo. Mientras jugueteaba por los senderos sinuosos de la vereda, fue embestido por un jeep. Desde entonces, es un joven de aprendizaje especial, al que le cuesta comprender los conceptos estudiados en el colegio.
“Apenas yo le explicaba algo, se salía del salón entre ofuscado y decepcionado”, recuerda Noé.
Entonces le preguntó qué era lo que más le gustaba. Cuando supo que la agricultura y las TIC eran su pasión, se empeñó en enseñarle a usar Agromatic. Hace poco, el chico finalizó su proyecto de huerta y, según el ‘profe’, ya está preparado para asumir nuevos retos: ser un productor agrícola, por ejemplo.
¿Hasta dónde llegarán los más de 300 niños y niñas que estudian en la escuela rural de El Naranjal?
Eso está por verse, reflexiona el ‘profe’ Noé. Pero mientras todos los docentes del país trabajen con pasión, en equipo, y aprovechando la tecnología que el Gobierno les proporciona, a Colombia le espera un gran futuro.
“Porque un pueblo bien educado, capaz de convertir en realidad hasta las ideas más locas, con seguridad saldrá del atraso”, vaticina.
Y agrega: “He documentado todas mis experiencias en fotografías y videos publicados hoy en el blog del proyecto. Invito a los profesores de todo el país a consultar mis metodologías y a seguir lo que hemos hecho".
RAFAEL CARO SUÁREZ
Especial para EL TIEMPO
RAFAEL CARO SUÁREZ
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