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Nave espacial Messenger está a punto de estrellarse con Mercurio

Lanzada en 2004, viajó 6 años y medio para orbitar al planeta del sistema solar más cercano al Sol.

REDACCIÓN VIDA
Un choque a una velocidad de cuatro kilómetros por segundo pondrá fin este jueves 30 de abril a la misión Messenger, la primera en la historia que puso una nave en la órbita del planeta Mercurio.
El impacto, que se dará en la cara del planeta opuesta a la Tierra y que los ingenieros de control estiman podría formar un cráter de 16 metros de diámetro que podría ser fotografiado en el futuro, se dará una vez la sonda consuma todo su combustible.
Messenger, de un tamaño similar al de un automóvil, despegó de la Tierra desde el centro espacial de Cabo Cañaveral, en Florida (EE. UU.), el 3 de agosto del 2004, como parte de un trabajo pionero después de más de tres décadas sin una sola misión a Mercurio.
La sonda Mariner 10 había sido la única en alcanzar este planeta, que solo sobrevoló tres veces, entre 1974 y 1975, y del que registró menos de la mitad de su superficie.
Antes de ponerse en la órbita de Mercurio, el 18 de marzo del 2011, cuando hizo historia al convertirse en la primera nave en lograrlo, esta sonda recorrió cerca de 7.900 millones de kilómetros, incluyendo 15 vueltas al Sol y sobrevuelos de la Tierra (una vez), Venus (dos veces) y Mercurio (tres veces).
Su objetivo inicial era dar una sola vuelta alrededor de Mercurio, pero las circunstancias se mostraron favorables y el combustible con el que contaba para entonces permitió que la misión se prolongara en dos ocasiones, ampliándose cuatro años más de lo previsto, hasta este jueves.
No hay hora definida, pero el aviso llegará al centro de control en tierra cuando la comunicación se interrumpa, lo que ocurrirá instantes antes de su destrucción contra el planeta más cercano a nuestra estrella.
Así se pondrá fin a cuatro años del más detallado estudio logrado por la ciencia de la superficie de Mercurio, un planeta en el que el Sol se pone una vez cada 88 días terrestres, la duración de un día allí.
Una de las observaciones más sorprendente hechas por Messenger fue el hallazgo, en el 2012, de pruebas que sugieren que Mercurio alberga agua congelada en cantidades abundantes en sus cráteres polares, a los que jamás llega la luz del Sol. Ha logrado acercarse hasta ubicarse a 100 kilómetros de la superficie de este planeta y con sus cámaras e instrumentos a bordo, ha enviado 256.000 imágenes, según indica la Nasa. El costo total de la misión supera los 400 millones de dólares.
Gracias a su tecnología, logró soportar la elevada densidad de Mercurio, sumada a la variación de temperatura, que durante la noche puede disminuir hasta los -180 grados centígrados, mientras que en el día supera los 450 grados.
Mantenerse en órbita fue una de las maniobras más complejas que afrontó Messenger. Lo consiguió gracias a que está equipada con un parasol térmico altamente reflectante, hecho de un material cerámico que aísla los instrumentos de la sonda y su electrónica de la radiación solar directa.
“La cara del escudo, orientada rutinariamente al Sol, ha soportado temperaturas superiores a los 300 grados centígrados, mientras que la mayoría de los componentes de la nave han estado operando a unos 20 grados centígrados”, explicó Helene Winters, jefa del proyecto en el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins.
Una tecnología –agregó Winters– enfocada en proteger los instrumentos de la sonda espacial, que ha sido clave en el éxito de la misión.
La ciencia destaca los logros obtenidos por Messenger, y, para los investigadores, con la destrucción de la sonda no terminará todo. “Ahora comienza una misión mucho más larga, que consiste en analizar los datos que permitirán conocer los secretos científicos de Mercurio”, concluyó John Grunsfeld, director de ciencia de la Nasa.
REDACCIÓN VIDA
REDACCIÓN VIDA
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