¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

El arquitecto del rock británico tocará con la Filarmónica de Medellín

'No gasto ni 5 minutos en oír música pop', dice el reconocido Alan Parsons.

CARLOS SOLANO
“Esta semana todo el mundo está hablando de Miley Cyrus, ¿no?”. El tema lo trae a colación Alan Parsons, en medio de una conversación telefónica que debía navegar entre memorias de Abbey Road y de experimentos sonoros de alto vuelo intelectual. Se trata del ingeniero de sonido más brillante de la historia del rock progresivo, si no del rock en general. Y ahí estábamos, hablando del chisme del día.
“Bueno, si ves el hecho fuera de todo lo que se ha dicho, hay que abonarle (a Cyrus, con su escándalo en los premios MTV) que fue algo atrevido y fuera de lo convencional... Pero si te detienes a pensar en la música, ¡wow! Eso fue lo peor y nadie lo ha dicho, la música era terrible, ¡espantosa!”.
Lo dice el hombre que ha buscado siempre el detalle máximo del sonido, una suerte de monje de la edición, quien puso los parámetros más altos con bandas como Alan Parsons Project o con Pink Floyd, como ingeniero de sonido de Dark Side of The Moon.
El músico londinense, de 64 años, vuelve a Colombia por tercera vez, aunque es la primera que se presenta en Medellín, y en un formato muy especial: con su banda y acompañado por la Orquesta Filarmónica de Medellín, este sábado, en la inauguración del Festival Internacional de Música de la ciudad.
“Siempre es un gran privilegio tocar con orquesta. Entre otras cosas, porque yo no podría costearme una –apunta con una risa en su caballeroso tono inglés–. Cuando se trata de un concierto a gran escala como este, un evento nacional por televisión, sientes que es algo sensacional. Me preocupa un poco el tiempo de ensayo que tendremos, pero sé que la orquesta estará muy bien, todo el mundo se ha mostrado muy entusiasmado con el concierto, los técnicos hablan de esto todo el tiempo”, sostiene Parsons.
“Esto se siente bien, es llevar la orquesta a las masas. La música de las orquestas no suele llegar a la gente suficiente, y con el rock puede lograrlo”, agrega.
Esa comunicación entre Parsons y la Filarmónica ha requerido meses de intercambio de correos electrónicos que “han viajado de aquí a allá, como en Rápido y furioso: ciertamente, la tecnología sí nos ayuda mucho en estas cosas, nos evitamos enviar esas inmensas cajas de papel (la partituras) para los ensayos de la orquesta. Ahora todo es por PDF”.
Una ironía, pues él es el símbolo de lo más romántico del mundo análogo: fue cortando y pegando cintas con bisturí, sin ayudas digitales ni pulsar ‘control Z’ como Parsons dio cohesión al álbum más importante de Pink Floyd y que abrió un mundo de posibilidades en efectos sonoros.
“Esas tecnologías nos permitían vivir una experiencia muy intimista. Un montón de música moderna carece de ello porque mucho se resuelve en la postproducción. Pero sigo pensando que la mejor música proviene de músicos reales tocando juntos”, recordaba Parsons, en otra conversación con EL TIEMPO, en el 2011, cuando vino para tocar en el teatro Jorge Eliécer Gaitán, un espectáculo que, por cierto, estuvo a punto de ser cancelado apenas horas antes por la calidad del sonido que demandaba el artista.
La tecnología en contra
“Hoy los ingenieros comienzan con un sintetizador y van agregando cosas, las líneas de la percusión y luego del bajo. Yo siempre necesité la sensación de la banda tocando, es la forma en que siempre me ha gustado hacer las cosas. Así logras una atmósfera mucho mejor y más real –sostiene Parsons– La tecnología a veces trabaja en tu contra, hay incontables nuevos efectos que salen al mercado cada mes, que no necesariamente mejoran la calidad artística de una pieza”.
Ese conocimiento quedó registrado en el DVD The Art and Science of Sound Recording, que es como una biblia de su gremio (algunos lo verán como el antiguo testamento).
Con Alan Parsons Project grabó álbumes fundamentales para el rock progresivo –en parte, en la segunda mitad de los años 80, cuando el rock progresivo ya no tenía tanta atención frente a la explosión del punk–, como Tales of Mystery and Imagination (1976), I Robot (1977), Pyramid (1978), The Turn of a Friendly Card (1980) o el célebre Eye in the Sky (1982). Todo el repertorio de Medellín estará basado en esta historia.
El gran ingeniero
Se podría decir que la historia de Alan Parsons cruza la historia del rock británico: su primer crédito en producción aparece en Abbey Road, de los Beatles, como ingeniero asistente. Luego grabó a The Hollies y dos discos de Paul McCartney, antes de llegar al Dark Side of the Moon.
Otro momento brillante en su carrera fue cuando produjo The Year of the Cat, álbum del músico Al Stewart, que en su momento (1976) significó transformar el sonido de un músico folk en una lanzada propuesta de cantautor con visos de vanguardia. La industria confirmó lo que Parsons, un ingeniero que se “tomaba atrevimientos” en el estudio, era capaz de hacer.
“Cuando conocí a Al, estaba dentro de esa categoría de músico folk, e hicimos tres álbumes, entre ellos The Year of the Cat, que fue excepcional, más significativo por la calidad de la agrupación que montamos, la musicalidad, grandes solos y el saxofón, que fue una sorpresa para él. Lo sugerí porque sentí que iba a sonar diferente, no tanto como jazz, sino simplemente diferente. ¡Y fue una buena idea!”.
Ese reconocimiento lo llevó a dirigir por unos años los estudios Abbey Road y, luego, a ser vicepresidente de EMI Studios.
Tras 30 años, los fanáticos del rock progresivo sostienen que este subgénero no ha muerto. Y de hecho, bandas como Marillion y Coheed & Cambria le han dado un nuevo impulso, pero sus predecesoras, como Yes, Emerson, Lake & Palmer y King Crimson parecen condenadas a ser programadas solo en las emisoras especializadas en rock clásico. En el nuevo siglo, ir al crucero temático por el caribe ‘Cruise to the Edge’, de Yes, es para los melómanos como ir a un Disney del rock.
“Es gracioso. No debemos decir que el rock progresivo está de vuelta, porque eso es una contradicción”, afirma Parsons acerca de esa melancolía melómana: “Realmente es más una resurrección, no estamos volviendo en el tiempo (...). No me sé los nombres de la gente que está haciendo esta música hoy, saber eso siempre ha sido para la gente joven. Cuando éramos jóvenes, decíamos ‘nunca oiremos la música que nuestros padres escuchan’. Nada ha cambiado, siempre ha sido lo mismo, más allá de que unos entran y otros salen, mientras el rock evoluciona”.
Sobre la música pop, se despacha: “No gasto tiempo, ni cinco minutos, en escuchar una estación de pop, prefiero tal vez poner una de rock clásico. Y no culpo a la gente que se dedica a eso (lo comercial), ellos están haciendo grandes negocios, jugosos en dinero, les está yendo muy bien, están satisfaciendo unas necesidades del mercado, pero eso no significa que me siente a escucharlos por un momento”.
Pero sí reconoce el efecto de la explosión del rock indie, aunque no lo ve como una buena plataforma: “Pienso que es bueno que la tecnología exista hoy para todo el mundo. Hoy solo necesitas un computador para hacer música, a veces ni se necesita un micrófono, porque ya viene integrado. Me parece importante que la gente con talento tenga la forma de expresarse y decidir irse por la música de manera apropiada, pero hay que decir que hoy hay tanta música que llega a la gente a través de Internet, YouTube, tantas cosas, que realmente es muy difícil encontrar entre todo eso un talento nuevo”.
El concierto de Alan Parsons Live Project (como se llama hoy su banda, con P. J. Olsson, Manny Focarazzo, Danny Thompson, Guy Erez, Alastair Greene y Todd Cooper) junto con la Filarmónica de Medellín será este sábado a las 7 p.m., en el parque de los Pies Descalzos (evento con boletería, disponible en Tuboleta.com). Será la apertura de un festival que se extenderá hasta el 14 de septiembre. Toda la programación se puede consultar en el sitio web filarmed.com.
CARLOS SOLANO
REDACCIÓN CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
CARLOS SOLANO
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO