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Mozart se toma Bogotá con sus sinfonías y sus óperas

Son 63 conciertos que irán del primero al 4 de abril en 15 escenarios.

En 35 años de vida, Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756 - Viena, 5 de diciembre de 1791) compuso 626 obras. La primera fue a los 5 años, lo que equivale casi a 21 por año en tres décadas de creación.
Sin embargo, el año 1786 fue especialmente prolífico, cuando empezó a trabajar con el libretista Lorenzo da Ponte y nació su versión de Las bodas de Fígaro, estrenada en Viena.
También fue muy productivo el año de su muerte, 1791: compuso la ópera La flauta mágica, el Concierto para clarinete en La mayor KV 622 y el Réquiem en Re menor, que no alcanzó a terminar.
Algo de esta música se escuchará en Bogotá, donde se disfrutará de 63 conciertos en el festival ‘Bogotá es Mozart’, actividad organizada por el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Durante cuatro días (del primero al 4 de abril), en 15 escenarios de 10 localidades se podrá conocer o reconocer su música y disfrutarla. Sus creaciones tienen mucho de culto y popular (compuso música para fiestas y hasta piezas escatológicas).
Así que toda su magia y su espíritu rondarán Bogotá. Mozart es uno de los más grandes músicos clásicos y su creación y su alma tendrán un lugar en la ciudad, pues su huella se pierde el día de su entierro, el 6 de diciembre de 1791, ya que nadie sabe dónde están sus restos.
El hombre de las diez flautas
Cuando el flautista Hernando Leal estudiaba en la Universidad Nacional, en Bogotá, hace más de 20 años, un compañero le prestó un disco del flautista irlandés James Galway, en el que había un concierto de Mozart.
“Me pareció muy perfecto ese sonido para ser real. Incluso, llegué a pensar que se trataba de una flauta sintetizada o electrónicamente modificada”, dice Leal. Luego supo que no tenía intervención.
Después se fue a estudiar a Suiza y Alemania (países en los que reside) y tuvo “la gran suerte de conocer a Galway, que vive en Suiza y con quien me encontré varias veces, ya que nuestras casas quedan cerca”, agrega Leal.
El flautista colombiano Hernando Leal ofrecerá tres conciertos.
Este flautista colombiano, nacido en Pamplona (Norte de Santander), es uno de los invitados a ‘Bogotá es Mozart’ y descubrió el amor por este instrumento desde niño, en la casa de sus padres, donde se hacían veladas musicales y de poesía.
“Ese mágico sonido atrajo toda mi atención, así que me dediqué a ver conciertos que pasaban por televisión y conseguí grabaciones de flautistas como el francés Jean-Pierre Rampal (fallecido en el 2000), para mí, un maestro legendario”, agrega.
Desde hace 19 años vive en Europa y hace parte de varias agrupaciones de cámara y sinfónicas, “trabajando en proyectos que van desde la música antigua hasta la contemporánea”, dice este músico que en un solo concierto puede interpretar hasta 10 tipos de flautas, “entre las del Renacimiento, barrocas, clásicas y modernas”.
De Mozart, dice, “fue un genio. Tenía una imaginación increíble y una maravillosa facilidad para crear bellas melodías, sencillas, agradables y comunicadoras de afectos”.
‘Su música es un golpe de aire fresco’
Para acercar a Mozart a la gente que va a estar en sus conciertos de ‘Bogotá es Mozart’, la arpista Bibiana Ordóñez afirma que la música del austriaco es “como un golpe de aire fresco”.
Ordóñez, que estará con el flautista Gabriel Ahumada, manifiesta que los sonidos de este músico “son ligeros, alegres, transparentes. Fue un genio desde niño y escribió maravillas. Eso se transmite en su música”, agrega.
Pero no por eso deja de ser un “poquito lejano” para ella, porque el austriaco compuso muy poco para arpa. “Entonces, nos dimos a la tarea de buscar y hacer adaptaciones de música que se pueda tocar en el arpa y descubrimos que sí es posible hacer las cosas con un color diferente”, agrega.
Aunque inicialmente su relación con el arpa fue difícil, ahora Bibiana Ordóñez dice que andan muy bien juntas por la vida.
El concierto incluye Sonata en Fa mayor para flauta y arpa K 13, Sonata en Do mayor para flauta y arpa K 14, Andante en Do mayor para flauta y arpa K 315/285e y Variaciones sobre La ci darem la mano, de la ópera Don Giovanni para arpa sola, de Mozart; Entreacto para flauta y arpa, de Ibert; Preludio a la siesta de un fauno para flauta y arpa, de Debussy; Arrullo para flauta y arpa Op. 16, de Fauré; Scherzo para flauta y arpa, de Rangel; Cinco matices para flauta y arpa, de Berthomieu, y Pieza en forma de habanera para flauta y arpa en Sol menor, de Ravel.
“Mezclamos con obras que no son de Mozart para hacer un hilo conductor y para que la gente pueda disfrutar de un buen espectáculo”, comenta Ordóñez, que estudió en la Universidad Nacional de Bogotá, ciudad donde nació; lleva 28 años de carrera y viene de un hogar donde nadie estaba interesado en la música clásica.
Cuando estudiaba en la Nacional, le pidieron escoger un instrumento. Dijo que piano o flauta, y el profesor le respondió que en ninguno había cupos. Pero le comentó que en arpa (el primero de la lista, por la a) sí había disponibilidad.
“Y después de un tiempo me enamoré de ella, me di cuenta de lo bueno que era que fuéramos juntas por la vida. Sí, inicialmente la sentí grande y complicada. Los profesores de este instrumento aquí no eran los mejores en ese momento; fue una lucha dura, pero la vida da palo con moderación y encontré el camino”, dice.
Cuando viajó a estudiar, lo hizo primero con una beca de la Agencia de Cooperación Española, en Asturias, y luego se fue cinco años a París, donde se dio cuenta “de que si tiraba una piedra, donde esta caía salía un arpista. Allí están las mejores escuelas, Francia es un país idóneo para perfeccionar el arpa”.
Este instrumento, agrega Ordóñez, fue muy importante en la antigüedad, pero luego, en la época de Mozart y Beethoven, no tuvo tanta relevancia.
“De 1900 para adelante está presente en mucha música clásica”, comenta la arpista, que actualmente trabaja con la Fundación Salvi.
OLGA LUCÍA MARTÍNEZ ANTE
Coordinadora de Eskpe
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